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Seungmin llamo a la ambulancia en el momento que vio a su amiga desmayarse, los médicos no tardaron en llegar y la llevaron de emergencia al hospital. El chico tenía el corazón en la garganta, no supo en qué momento comenzó a cortarse las venas, después de todo la chica sabía cómo esconder su tristeza y, a pesar de Seungmin subir su ánimo todos los días, sentía que ya no podía más con su vida porque había perdido todo.

Las horas pasaron y no daban noticias de la castaña. Seungmin dudaba si llamar a Minho o no. Su teléfono estaba en el número del pelinegro pero sin embargo no lo llamo.

Jihu no puede verlo, todavía no.

— Familiares de Eun Jihu — el castaño se levantó inmediato de su asiento y fue al llamado del doctor.

— Soy, soy tu tutor — firmo los papeles que el médico le entrego y escucho el veredicto de la intervención.

— Ha perdido mucha sangre, tienes suerte tu amiga logro resistir a la operación. Ahora está descansado, puedes pasar a verla, dentro de dos semanas podrá volver a casa.

Fue hasta la habitación de la chica, sus muñecas tenían una venda alrededor. El sonido estresante de esas máquinas que verifican los latidos de su corazón. Tenía miedo de que pudiera colapsar, bueno solo eran unas simples cortadas, pensó.

Pero volvió a pensar, esas simples cortadas pudieron acabar con la vida de su amiga.

Esa noche no despertó, tampoco al siguiente día, pasaron unos tres días y la chica recién estaba cobrando la consciencia.

Seungmin no había ido a casa por la preocupación que tenía de ella, después de avisarle que saldría a darse un baño y cambiar su ropa por primera vez la dejo sola.

Una vez que Seungmin volvió al hospital vio a Minho en la sala de espera.

— ¿Que hace aquí Hyung? — su tono era frío pero sobre todo no le alegraba ver al mayor ahí

— ¿Cómo está? — su voz sonaba apagada y por un momento pensó que en realidad la salud de su amiga le había importado.

— Despertó hoy, pero te pido que la visites cuando esté en casa.

Asintió.

Lo que ahora necesitaba la chica era estar tranquila, estar fuera de algunas preocupaciones debe estar bien, y por eso debía ir a terapias dónde podía salir de todo, superaría su ansiedad y depresión y lo haría por la fuerza que emana de ella.

Lo haría por ella y por nadie más.

Los días pasaban y cada vez estaba mejor, los días en los que estaba en el hospital una psicóloga había ido a visitarla y desde ese momento ha estado en terapias, claro que después de ser Dada de alta en el hospital debe ir de todas formas a las terapias que hasta ahora la han ayudado.

El timbre sonó sacándola de sus pensamientos, se levantó del sofá y fue hacia la puerta principal.

Minho estaba parado ahí, sonrió al ver a la castaña.

— Hola, ¿Cómo estás?

— Bien, estoy mejor. Las terapias han ayudado mucho.

Se alegro al escuchar eso. Sonrió y la envolvió en un abrazo, la chica no se negó, después ser todo los abrazos de Minho siempre habían sido los más sinceros. Y eso le encantaba a la castaña.

— Quería darte esto — tomo la mano de su amiga y puso una pequeña pulsera en esta, las estrellas eran lo que más le gustaba a ella y por eso la había comprado.

— Muchas gracias — sonrió y lo abrazó.

Sus lágrimas no tardaron en salir pues la chica extrañaba mucho al su gran amigo, el chico que logro enamorarla.

Pero sabía que está a mal desear que fueran más que amigos, él tiene novia y a pesar de las palabras que el mismo me había dicho anteriormente no dejará de amar a Suk porque es su primer amor y al que realmente ama.

Rompiendo el abrazo trato de ir al baño para tomar un poco de papales higiénico y limpiar sus ojos y nariz. El castaño no la dejo. Tomo la mano de la chica haciéndola caer encima suyo.

Sus labios quedaron a pocos centímetros y como si fuera poco él chico termino con la distancia y unio sus labios con los de ella creando un hermoso Vaivén entre ambos.

Se podía sentir el amor de ambos. Era un beso que los dos deseaban pero ninguno se atrevía a dárselo al otro.

Dudo, dudo si estaba haciendo lo correcto y después de meditarlo se separó.

Se puso de pie y miró al chico sentado, no pudo evitar que sus lágrimas salieran sin parar.

— Te quiero, te quiero muchísimo pero no quiero ser la segunda, tienes novia — reprochó — no puedes jugar con el sentimiento de las dos. No me hagas más daño del que me has causado, Minho no me des falsas esperanzas si al final vas a irte con ella y yo solo seré para pasar el rato, Minho no soy un trofeo o algo que tú puedes tener cuántas veces desees. Te quiero pero también aprendí a quererme yo, y si tú no puedes ver qué mi amor es sincero y solo me ves como un juego para ti, es mejor que no intentemos nada y puedas seguir con tu vida como yo con la mía — Suspiro, sus lágrimas volvieron a aparecer — se que me arrepentiré de esto pero.. debes elegir, Suk o yo








 debes elegir, Suk o yo

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— Dai-n.

𝑯𝒖𝒈 𝑴𝒆  ; 𝓛𝓮𝓮 𝓜𝓲𝓷𝓱𝓸. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora