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El frío de la mañana choco en mi cara cuando salí del establecimiento donde me encontraba, hoy era sábado y tenía la última presentación de mis proyectos. Mi maestra me ayudó a organizar los planos que serían presentados en la feria de casas y decoraciones. Y debía estar presentes para exhibirlos.

Después de haberme preparado mentalmente salí a la feria y me puse frente a mi puesto junto a la maestra.

Todo iba bien, muchas personas se llevaron varias muestras de las baldosas, telas, y demás accesorios de lo que se trataba mi puesto. Era algo más exótico, más juvenil.

Una rubia con gafas se presentó en mi puesto, me parecía conocida, después de haberse quitado sus lentes de sol, la reconocí, era Suk.

— ¿Enserio? ¿Mármol? ¿Es lo único que tienes para presentar? — tan malos estaban — porque mejor no piensas en otras cosas y combinas mejor, esto es una basura.

Boto las cosas de la mesas y las pisoteo todas, la fotografía grande donde estaba los diferentes tipos de accesorios para decorar también la había tirado, incluso se había partido en dos.

— ¿Estás loca? ¿Por qué haces todo esto? Si no te agradaba mi colección no debías venir y listo, hay muchas aquí.

— Quería ver tu potencial, porque quería contratarte para que pudieras remodelar el lugar donde viviré con mi futuro esposo.

Sonrió.

Sentía un nudo en la garganta, mi pecho comenzó a cerrar y mis piernas comenzaron a flaquear. Su sonrisa fue desapareciendo. Y entonces volvió a hablar.

— No te lo dijo — no respondí — Minho y yo nos casaremos.

No dije nada fue como si una ratón se hubiera comido mi lengua, no podía argumentar nada. Mi cabeza estaba nula y mi corazón hecho pedazos, dijo que su relación con ella estaba a punto de acabar.

Volví a creer en alguien que no me quiere lo suficiente. Soy un tonta.

— Me alegro por ustedes — hablé lo más tranquila posible.

— Ser dentro de dos semanas y..

— Porque mejor no te enfocas en tu vida y en las cosas que harás en un futuro, déjame en paz, no me interesa nada que tenga que ver contigo o con Minho. Enfócate en él y en ti. A mí déjame en paz, creeme que está será la última vez que no vemos. Ahora lárgate. Que la carne de burro no es transparente.

Viro los ojos y se fue del lugar, mis ojos se llenaron de lágrimas en el momento que salió, caí de rodillas al piso.

Me arrepiento, lo perdí para siempre, no correspondì sus sentimientos en ese momento y solo logré alejarlo de mi. Todos los momentos que pasábamos juntos como amigos quedó en mis recuerdo porque tal vez él ya no tenga en mente.

Mi maestra saco mi celular de su bolsillo y marco al primer número que le aprecio en pantalla.

Lo malo era que Minho estaba en llamadas recientes.

.....

— Fue suficiente — había llegado cinco minutos después, por pura casualidad estaba cerca de la feria.

Me miró confuso, mis labios temblaron y hable.

— ¿Por qué no me dijiste que te casarías? ¿Sabes? Me hubiera ahorrado la ilusión de poder tenerte a mi lado.

— No eso no es...

— Ella me lo dijo todo.

—¿Suk? — asentí. — Terminamos hace varias semanas atrás. Estos últimos días estaba planeando como arreglar mis errores, ya no estamos juntos, no te preocupes por eso. Tengo una casa nueva y he estado remodelandola, por eso pasaba por aqui. Ella no sabe dónde vivo. Mi corazón volvió a ti, te amo a ti.

Se acero y beso mis labios castamente.

¿Le creí? Lo hice. Y espero no arrepentirme de hacerlo.

Lo quiero a mi lado, quiero que todo lo que compartimos como amigos lo hagamos ahora como pareja.

Volví a unir nuestros labios está vez haciendo el beso duradero. No sé en qué momento quedé encima suyo en el asiento del conductor. Al separarnos me sonrojo por él acto.

— Querida, quiero estar contigo pero cuando seamos una pareja oficial, quiero que sea especial.

Beso por Última vez mis labios y me llevo a casa.

Una de las razones por las cuales Minho estaba en mis llamadas recientes era porque los últimos días estábamos saliendo. A diferentes lugares de la ciudad. Estamos empezando a tener algo y cuando Suk dijo aquello no sabía que hacer, había vuelto a desconfiar.

Llegamos a mi casa, baje del auto y me dirigí a la puerta, Minho me siguió detrás.

— Hasta mañana — sonreí — nos vemos otro día

— Quiero verte mañana

— Nos vimos hoy

— Quiero hacerlo también mañana.

— Me avisas, ahora debo entrar. Adiós.

Iba a entrar pero una mano me lo impidió, lo mire a los ojos y este me había robado un beso haciéndome sonrojar.

— Te quiero preciosa, nos vemos mañana.

Beso mi mejilla y se fue.

 — Dai-n

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— Dai-n.

𝑯𝒖𝒈 𝑴𝒆  ; 𝓛𝓮𝓮 𝓜𝓲𝓷𝓱𝓸. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora