Capítulo 146: La gloriosa misión ha sido completada

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ADVERTENCIA: El capítulo incluye contenido restringido, solo apto para mayores de edad

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En la silenciosa habitación enmascarada por el dulce olor impregnado por una pequeña botella sostenida con seguridad entre las cálidas manos de Gu Hai, el lubricante restante fue oprimido en su propio miembro. Asegurándose de esparcir uniformemente el aceite en aquel amigo aparentemente efervescente y abrazador, que presionó bajo la cintura de Bai Luoyin.

Tomando un profundo respiro, lentamente permitió que su miembro se enfrentara a su objetivo de su deseo y poco a poco avanzara en su camino. 

En esa fracción de segundo, los ojos tierra de Bai Luoyin, que en algún momento estuvieron cerrados firmemente por su arrojo sexual, de inmediato se abrieron de golpe. 

Apretando sus dientes con fuerza entre sí, como si su preciosa vida dependiera de ello, produjo un perfil indistinto y hermoso de su mandíbula inferior. Por un momento en este espacio indefinido, su respiración brevemente se relajó, dando paso por su rostro una sensación abrumadora. Las grandes venas en su cuello, que latían bajo la brillante piel, eran una clara evidencia de que su vida estaba por ser arrebatada. Que aún seguía con vida.

La respiración de Gu Hai se paralizó por un breve instante, cuando se introdujo hace un segundo. Esta vez, descubrió que Bai Luoyin no gritó ni bramó en furia. Con gran alivio hinchado en su alguna vez rígido pecho, sonrió con calidez. Sin embargo, no pudo evitar que hubiera una ligera diversión en la forma en que las esquinas de sus labios se curvearon. 

“¿Confías en mí esta vez? Dije que no dejaría que tuvieras dolor, así que definitivamente no lo tendrás.”

Bai Luoyin mantuvo la mirada perdida en el espacio por algunos segundos y son aviso, dejó escapar un gemido de angustia, “¡Confiar en tu trasero! ¿Qué no duele? ¡El dolor me está matando!”

Hubo una pausa en los movimientos de Gu Hai, en quien una expresión de escepticismo rápidamente cruzó por su rostro, “No puede ser ¿eh? Tan solo hace un momento, los tres dedos entraron... de acuerdo a lo que leí, ¡no debería haber ningún problema!”

“Tres dedos, tres malditos dedos...”, Bai Luoyin, furioso, apretó sus dientes mientras giraba para mirar tras de él. “¿Qué de bueno son tres malditos dedos, eh? Estás jugando, ¡el tuyo son más de cinco dedos!”, maldijo aún lleno de irritación.

Las cejas de Gu Hai se elevaron de forma simultánea mientras preguntaba con jocosidad, “¿Me estás alabando o burlándote de mi?”

Are You Addicted? (Volumen I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora