Capítulo 180: La negociación formal entre padre e hijo

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“¿Amor?” Los ojos de Gu Wei Ting se abrieron como los de un feroz tigre al borde de una sangrienta batalla, “¿Dos hombres tiene la audacia de hablar aquí tan desvergonzadamente sobre amor?”

Inmediatamente después de decir esto, caminó hacia Gu Hai y lo jaló del cuello de la camiseta con la intención de lanzarlo hacia la puerta principal. Sin embargo, Gu Hai ya había establecido una defensa contra él al mantener firme sus pies contra el piso. Incluso con una formidable furia similar a la de un tornado imparable, Gu Wei Ting siguió siendo incapaz de arrastrar de su lugar a Gu Hai. Ni siquiera un poco.

“Regresa conmigo ahora mismo a la base militar. Es hora de que tengamos una buena plática.”

“¡No voy!” Los agudos ojos de Gu Hai seguían a la par con su tono, claro y preciso, “No voy a ningún lugar. Me quedaré justo aquí.”

“Irás hoy, ¡ya sea que quieras o no!”

Gu Wei Ting de nuevo intentó sujetarlo. Si hubiese sucedido hace tres o cuatro años, disciplinarlo habría sido lo mismo que lanzar un juguete a un lado. Ahora era imposible. Él ya era más viejo mientras que su hijo se encontraba en su mejor momento. Irónicamente, Gu Wei Ting alguna vez ansió y esperó el día en que su hijo ya no se rindiera bajo su poder y autoridad. Pero cuando ese día realmente llegó, descubrió en sí mismo una sensación de pérdida y decepción.

Ahora deseaba que Gu Hai aún fuese tan alto como la mesa. Así mientras abriera ampliamente sus ojos siquiera un poco, obedientemente permanecería a un lado.

“¡Te atreves a ir en contra de mi deseo!” Gu Wei Ting le dio una patada en las pantorrillas.

Aunque los zapatos eran de cuero, no muchos podrían soportar la formidable fuerza que envolvía sus patadas. Las dos rodillas de Gu Hai casi ceden y se estrellaron contra el piso. sin embargo, incluso entonces, obstinadamente resistió, no cedió ni se doblegó bajo la intensamente oscura aura. Sin importar lo que le lanzara, se negaba a irse con él.

Cuando la mano de Gu Wei Ting se movió hacia su cintura, una fría respiración de aire frío se precipitó hacia los pulmones de Bai Luoyin.

Un segundo después, un arma fue presionada firmemente contra la sien de Gu Hai.

“¡Vamos!”

Las órdenes de una palabra son las que a menudo no pueden ser desafiadas.

Gu Hai miró fijamente la robusta cara de Gu Wei Ting. Era como si hubiese sido esculpida por mil espadas ya que se contraía y le devolvía la mirada sin rastro de miedo o sentido de derrota. 

Al notar el intercambio inquebrantable, el color de la cara de Bai Luoyin cambió repentinamente. Una vez que el dedo de Gu Wei Ting se movió lo más mínimo, su corazón se saltó un latido, casi deteniéndose en ese momento.

“Regresa con tu papá.” Se abrió la boca de Bai Luoyin, grabando un camino para que aquellas palabras salieran arrastrándose.

Gu Hai no giró su cabeza mientras habló, “¡No! ¡No iré!”

El dedo de Gu Wei Ting ya había tocado el gatillo.

El pánico apareció en la pálida cara de Bai Luoyin. Aunque entendía el dicho, una cruel y salvaje bestia no devorará a sus propias crías, pero en el momento en que vio la expresión que enmascaraba Gu Wei Ting, la posibilidad de que disparara hizo exprimir sus ojos en dolor.

Are You Addicted? (Volumen I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora