1.Lennox

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De nuevo estoy en esta estúpida situación. Yo, Lennox, un chico de 16 años, me encuentro frente a Nora, la chica de la que llevo enamorado dos años.
Aquí, sentados en este banco a las 18:34, con gente pasando por delante de nosotros, mirándonos el uno al otro, en silencio, podría creer que ella siente lo mismo que yo, pero podría creer también que no.
De poco sirve estar aquí en silencio, mirándonos, si ninguno puede pronunciar sus sentimientos. En caso de hacerlo, el que lo hiciera se vería recluido en los edificios que hay a las afueras de esta ciudad conocida como Etérea.
A los confinados constantemente en esos edificios se les conoce como E.V.A. (engendros vallados a las afueras).
A los recluidos únicamente en momentos puntuales se les llama "marcados", puesto que la primera vez que llegas allí te hacen un tatuaje en la muñeca, con la frase que te hizo ir allí.
Son las 18:35, y es entonces que me pregunto si merecería la pena.
Podría decirle a Nora que la quiero, y vivir el resto de mi vida con mi tatuaje, podría taparlo para que la gente no me viera como alguien sucio, impuro. Puede que no estuviera tan mal.
¿Pero y si ella no sintiera nada y el sacrificio no valiera de nada?
Miro el reloj, son las 18:37.
El terror me recorre pero es entonces cuando veo a Nora abrir la boca, como si fuera a decir algo, y viendo el terror en sus ojos hablo antes de que ella pueda decir palabra alguna.
-Me gustas.- le digo, y veo sorpresa en sus ojos.
Son las 18:38 y, a pesar de haberlo dicho bajo, se oye una alarma a pocos metros de nosotros, van a venir a por mí.
Nora, aún asustada, me abraza, y luego se va corriendo, sabiendo que esas palabras van a llevarme a una vida distinta de la que he tenido hasta entonces.
Llega un coche rojo a las 18:40, y el conductor me indica con un gesto de la mano que me suba.

Palabras hacia el EdénWhere stories live. Discover now