CAPÍTULO 17: "El minino negro"

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Capítulo 17:

El gato y el perro: animales que o pueden quererse mucho, o pueden ser enemigos a muerte. Previamente, la primera opción no era la que les pegaba a Kevin y a Adriel en estos momentos.

Ambos se miraban fijamente, uno con odio y el otro con diversión.

La pelirroja entró detrás de Adriel y al ver la escena volteó a ver a la castaña.

-Creo que vinimos en mal momento -dijo Camila y Angélica asintió.

-La verdad es que sí -respondió la castaña, solo para Camila, y miró a los chicos.

-¿Qué hace este imbécil aquí? -preguntó Adriel sin dejar de mirar serio al de cabellos negros, el cual no se dejó ofender.

-Adriel. -La castaña lo miró abriendo sus ojos en grande por su lenguaje-. ¿Qué te pasa?

Adriel se quedó callado mirando a Kevin. Angélica hizo que él la mirara.

-No vuelvas a insultar a alguien así y menos dentro de mi casa. -Le solto el mentón-. Kevin es mi amigo y puede estar aquí cuantas veces le dé la gana. ¿Entendido?

Adriel gruñó.

-No entiendo que te ha hecho Kevin para que lo trates así.

Camila solo miraba la escena, algo orgullosa de que hubieran puesto a Adriel en su lugar por primera vez en la faz de la Tierra. Solo que Adriel no estaba muy de acuerdo con eso y para nada feliz.

Angélica caminó hacia ellos y se puso en el medio de ambos, de espaldas a Kevin y mirando fijamente a Adriel.

El silencio que se hizo en la sala fue roto por los maullidos de Ángel, quien se sentó a los pies de Angélica y miro seriamente a Adriel. Este al verlo se puso algo pálido.

-¡Oh, pero que gatito más lindo! -Chilló la ingenua de Camila para cargarlo y acariciarlo.

Angélica volteó a ver a Kevin y cuando iba a hablar, él lo hizo primero.

-Tranquila, ya me voy. -Fue con ella y besó su mejilla, luego fue a la puerta y la abrió.

-Kevin.

El la volteó a ver y Angélica fue corriendo con él.

-¿Nos vemos mañana?

-Nos vemos mañana. -Sonrió y se fue de ahí.

Entonces ella cerró la puerta y volteó a ver, encontrando una cuarta persona en la sala.

-Ángel.

El pequeño minino se había convertido en un pelinegro de ojos color café casi miel.

-¿Serás Imbécil? -Ángel agarraba a Adriel de la playera alzándolo contra una pared-. ¿Cómo te atreves a querer arruinar la misión de mi hermana?

Camila estaba totalmente atónita mirando al chico sin camisa delante de sus ojos, que tapaba sus partes inferiores detrás del sofá, ya que estaba completamente desnudo.

-Yo no intento arruinar su misión -Adriel gruñó y Angélica fue con ellos separando a Ángel de Adriel.

-¡Basta ya! -Ambos la miraron sorprendidos-. Adriel, en serio no entendí tu comportamiento. -Miró al rubio que desvío la mirada de ella-. ¿Qué pretendías haciendo ese show?

-Angélica...

-¡Angélica nada! -gritó, algo enojada, por lo que tuvo que cerrar sus ojos para calmarse.

Todos en la sala la miraron.

Ángel se sentó al igual que los otros dos ángeles. Angélica, la cual se iba a sentar a su lado, terminó siendo jalada por sus manos y sentada en las piernas de su hermano.

La cara de Adriel se volvió ira pura, pero debía controlarse ya que Angélica lo miraba.

Inmaduros.

Una vez que todos estaban sentados, la Angélica miró a sus amigos.

-¿A qué vinieron? -Los miró-. Y más vale que sea importante, porque no hay justificación para nada de lo que han causado en la tranquilidad de mi hogar.

Ángel solo miraba serio a Adriel mientras este estaba sorprendido de verlo ahí aún.

-Es sobre nuestro señor -dijo Camila y la miró-. Quiere hablar con nosotros mañana en la mañana.

-¿Sabes para qué es?

-Ni idea, pero sí quiere hablar directamente contigo.

-Mañana estaré ahí.

Angélica se levantó y caminó a la puerta, la abrió.

-Ahora, si me disculpan, quiero estar sola con mi hermano. -Miró al rubio y a la pelirroja.

Estos se levantaron y caminaron hasta ella.

-Angélica. -Adriel tomó su mano y la besó levemente. Ella se la quitó.

-Vete. -Lo miró y él suspiró.

Los dos de fueron y Angélica cerró la puerta. Y Ángel se le paró detrás.

-Un consejo -susurró en su oído y ella lo volteó a ver-. Aléjate de Adriel, no he sabido buena espina.

-¿Quieres un consejo tú? -El chico asintió-. Ponte algo de ropa o vuelve a ser un gato no tengo por qué verte desnudo.

-Eso es un muy buen consejo.

El agarró una de las cortinas de la sala y la arrancó, envolviéndola en su cintura.

-¡Oye, mis cortinas!

-Deja de quejarte y abraza a tu hermano -El chico los jaló hacia él y la abrazó escondiéndola en su cuello.

-Hasta que te dignas en transformarte.

El rió y se quedaron abrazados. Por otro lado, Adriel bajaba por el elevador del edificio echando humo por los oídos. Las luces empezaron a parpadear.

-Adriel, calma. -Camila intentó tocarlo pero se asustó cuando vio una vena negra recorrer por el brazo de su compañero.

-Ángel, ese imbécil. Juro que cuando logre tener a Angélica solo para mí, me desaré de él y de Kevin. -Su voz sonaba como un eco tenebroso-. Y entonces nadie me va a impedir que logre lo que quiero.

Camila lo miraba con miedo cuando todos los espejos del elevador empezaron a romperse uno por uno, distorsionando el reflejo angelical de Adriel por algo sacado del infierno.

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CAPÍTULO CON EDICIÓN CONCLUIDA

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COMO CAÍDA DEL CIELO (CCDC) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora