CAPÍTULO 19: "Cambio De Estación"

198 61 24
                                    


Capítulo 19:

—¿Linda? —Kevin pasó su mano por delante del rostro de Angélica y esto fue lo que la hizo reaccionar.

—¿Si? —Sacudió su cabeza alejando esos pensamientos.

—Te preguntaba que… ¿Cual película querías ver? —responde Kevin, aun mirándola extraño, pero con una pequeña sonrisa.

—Cualquier cosa, menos una de terror. —Sonrió Angélica mientras soltaba leves risitas.

—¿No te gustan las películas de terror?

—No y menos si son de payasos.

—Entonces vamos —Demon llevó consigo a la mesita de la sala, frente al sofá, la pizza recién horneada.

Risas, miradas y palabras los dominaron en aquella noche de amigos, y justo así, nuestro amigo el tiempo hizo sus grandes desfiles de semanas, haciendo que el otoño quedara atrás, cubriéndolo de copos de nieve y luces navideñas por todas partes.

La nieve caía desde el gran y hermoso cielo azul. Los niños corrían y formaban sus hermosos, amigables y sonrientes hombres de nieve, o se tiraban en el suelo moviendo sus manos y pies para formar pequeños ángeles.

El chico de cabellos rubios apretó un vaso desechable de café caliente ya vacío. Estaban en la escalera de la Universidad, frente al gran parque donde una vez Angélica y Kevin tuvieron su primera conversación.

—Adriel, calma —se escuchó la voz de la pelirroja que abrazaba su brazo izquierdo.

—¿Cómo quieres que me calme? —Señaló al de cabellos negros y a la castaña que hacían una guerra de bolas de nieve en el parque frente a ellos —Míralos, parecen que fueran novios. Se la pasan demasiado juntos para ser amigos.

En un estado de furia, estrujó el vaso de su mano y lo lanzó al suelo.

—¡Ash! —Soltó a la pelirroja de su brazo y se fue furioso, tanto que solo faltaba que le saliera humo por las orejas para parecer cafetera.

—¡ADRIEL, ESPERA! —La de pecas corrió detrás de él.

—¡Vete a la mierda tú y todos!

—¡Adriel!

En el parque Angélica reía a carcajadas por el muñeco de nieves de Kevin y Sebastián.

—¡Oye, no te rías! —Sebastián se quejó y se quitó el gorro, tirándolo al suelo.

—Ay, no te enojes. Solo que parece que al pobre le hubiera nacido la nariz en el trasero.

—Entre tanta bondad hay mucha maldad en ti, Angélica...

—Eso es mentira.

—Es verdad —dijo él, ella hizo puchero y se cruzó de brazos.

—Ya dejen de discutir, parecen novios —dijo Kevin y ambos lo miraron.

—Oye, no.

—¿Verdad que es hermosa mi novia? —Sebas tomó la cintura de Angélica apegándola a él —Dame un beso, novia mía.

—Wacala, Sebas —Angélica echó su cabeza hacia atrás —¿Qué comiste? Pareces mofeta.

—Solo fueron algunos tacos, de la taquería deliciosa de ahí al frente.

—Con ese aliento podrías derretir la nieve —Kevin seguía arreglando el muñeco de nieve cuando una bola de esta le cayó en la cara.

Sebas y Angélica se echaron a reír y Kevin, de forma seria, se quitó la nieve de la cara.

—¿Con que con esas tenemos, no? —Los miró a ambos —¿Quién fue?

Sebas señaló a Angélica y el la miró.

—¿Qué? Mentiroso. Kevin, fue él, no le hagas ca... —Una bola de nieve se estampó contra su cara —¡Kevin!

—Ups —El joven de cabellos negros puso su mano en la boca, haciendo como si lo hubiera hecho sin querer y después se le escapó una risita.

—Señorito Kevin Demon, usted va a morir ahora. —Caminó hacia el de cabellos negros, pero este empezó a correr.

—¡Eso si es que me atrapas! —gritó, alejándose de Angélica mientras esta lo perseguía.

—¡HUIR ES DE COBARDES, MIEDOSO! —Aceleró su paso tanto como pudo, aunque Kevin seguía siendo más rápido que ella. —¡YA VERÁS, DEJA QUE TE ATRAPE!

Un carrito de bebidas calientes llegó al parque y se paró en una esquina.

—Uy, bebidas calentitas. —Sebas sonrió y sacó su billetera del bolsillo, fue directo al carrito mientras aquellos dos querían matarse.

Tanto Angélica como Kevin se pasaron corriendo entre ellos, como Jaguar persiguiendo a su presa, hasta que de repente, Angélica tropezó con alguien terminando con las manos en el pecho de esa persona.

Angélica empezó a subir su mirada, pasando por un cuello de piel morena y luego por una sonrisa que ella conocía de algún lugar: Álex.

—Pero mira a quien tenemos por acá —dijo el mulato mientras abrazó la cintura de Angélica, esta había quedado en un estado congelado.

—Eres el chico de la tarjeta.

—Tarjeta que aún no has utilizado para llamarnos. ¿No crees?

—He estado muy ocupada.

Kevin, nuestro chico celoso, se acercó de manera rápida y tomó una de las manos de Angélica para jalarla hacia él haciendo que la pequeña terminara con las manos encima de su pecho, y abrazó su cintura.

Alzó su mirada y contempló a Álex de forma seria, mientras este metía sus manos en el bolsillo de su pantalón.

—¿Qué necesita? —La voz de Kevin cambió de tono, de uno tierno a uno altamente tóxico. Cuidado y no explote una bomba nuclear aquí mismo.

—Hey, hey. Tranquilo, amigo; no quiero tener problemas. Solo vi a la chica y quise saludar. —Álex sacó su mano derecha de su bolsillo y la estiró hacia Kevin, este detalló su mano con desagrado y luego lo reparó.

—Solo no te acerques a ella así, la puedes asustar —dijo Kevin y Álex bajó su mano para guardarla en el bolsillo nuevamente.

Angélica lo contempló y tragó saliva. De alguna forma le encantaban esos celos de Kevin, pero a la vez la asustaban un poco. ¿La pantera y el demonio se van a enfrentar o se van a amansar?

.

.

.

CAPITULO CON EDICIÓN CONCLUIDA.

COMO CAÍDA DEL CIELO (CCDC) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora