CAPÍTULO 22: "ME NIEGO"

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Capítulo 22:

—Yo sé de uno —dijo Angélica sonriendo y miró a los demás que en seguida le devolvieron la mirada.

Kevin miró a Angélica y la agarró de la mano, él no quería y Angélica sí. Ella haría de todo por devolverle la felicidad a él, aunque así se enojara con ella.

—Y está justo aquí. —Todos alzaron su mirada a Kevin y este empezó a maldecir por lo bajo.

—¿Tocas la guitarra? —preguntó Álex volviendo a sonreír.

—Sí y no. —Kevin se cruzó de brazos.

—Por favor, Kevin. —Angélica lo miró.

—Ya dije que no. Además... ¿Por qué no tienen guitarrista?

—Renunció —le respondió la morena y caminó hasta ponerse a un lado de Ale—. Al igual que nuestra antigua cantante —agregó y miró al azabache.

Se notaba que ambos tenían un carácter muy parecido: frío y seco.

—¿Se puede saber por qué? —Este preguntó nuevamente, a lo que la morena respondió:

—Porque nuestra banda es un asco. —Álex le abrió tanto los ojos que parecía que se le fueran a salir.

—¿Pero qué dices, Luna? —Sonrió nervioso y fue donde ella—. No le hagan caso, no sé ni por qué está diciendo tantas tonterías hoy.

Era obvio que Luna no quería a Alejandro cerca de Angélica, como Kevin no quería a Angélica ni cerca de Alejandro, ni cerca de Álex.

—¿Oigan, y si hacemos un ensayo para que la nueva nos escuche? —preguntó Jessica, a lo cual todos la miraron.

—Podría ser, pero esto no será lo mismo sin un guitarrista —habló el de ojos esmeraldas para luego hacer un chasquido con su lengua.

Todos miraron a Kevin de nuevo, casi haciéndole ojitos de perrito hambriento.

—Pena, yo solo sé tocar el arpa —dijo Angélica y todos la enfocaron rápido

—¡¿Sabes tocar el arpa?! —preguntaron todos al unísono.

—Sí —hizo una pausa—. ¿Tiene algo malo?

—No, para nada —dijo Kevin, mirándola y cruzando sus brazos—. Solo que es raro que alguien sepa tocar el arpa. Ahorita te salen alas de ángel y todo.

—Si... —Soltó una carcajada nerviosa y lo volteó a ver—. Kevin puede tocar la guitarra, solo debe querer hacerlo.

—No, no, no y no. No pienso tocar la guitarra; ya te expliqué, Angélica.

—¿Sabes tocar la guitarra? —preguntó Luna descruzando  sus manos—. Lo dudo.

—¿Yo? No —respondió el azabache y se cruzó de brazos evitando la mirada de Angélica.

Aunque la pequeña ángel tenía grabado en los ojos las letras que formaban una cita muy usual en el reino de los cielos: “Mentir es pecado”, permaneció callada, con la mirada sobre el joven Demon quien ya sentía el peso y trataba de ignorarlo.

Kevin estaba decidido, no quería tener nada que ver con su pasado, con aquel instrumento de cuerda, con la música, la felicidad que alguna vez sintió. No quería nada parecido a lo vivido, pues una parte de su alma, aunque ocultada bajo nubes negras, siempre lloraba por aquel trágico suceso que le hizo cambiar su vida para siempre.

En un ligero movimiento miró a las guitarras apiladas a un lado de los músicos, e increíblemente sus palabras tomaron un rumbo distinto al que todos habían esperado.

—Va, voy a tocar la guitarra pero solo esta vez —anunció—, solo hasta que consigan un guitarrista nuevo.

Una sonrisa se enmarcó en todos los que les rodeaba, y Alex apretó su puño de emoción de haber logrado su objetivo.

—¡Yes! —dijo haciendo un movimiento hacia abajo con su codo, ocasionando risas a su alrededor.

—Vale, coge una guitarra —le dijo Luna—, vamos a ver si en verdad sabes tocarla.

—Tan bien como que mi nombre es Kevin Demon —confirmó y todos comenzaron a ir al lugar donde tocarían.

Pero cuando Angélica dio su primer paso para seguir a aquel grupo de músicos, sintió una incomodidad bastante notable como si no le quitaran el ojo de encima. Todos hemos sentido una inexplicable sensación cuando alguien nos mira desde algún lugar, lo sabemos porque sí, y nos volteamos a ver quién es esa persona. Pero cuando nuestra ángel se volteó hacia atrás, no vio a nadie.

<<¡Qué extraño! Juraría que hay alguien observándome desde algún sitio>>. Pensó Angélica, confusa.

Su curiosidad la llevó a mirar por el cristal de la ventana, pero nadie le parecía sospechoso, pero justo cuando iba a mirar a su derecha, donde había varios edificios naciendo al lado de la pequeña tienda, Kevin la llamó.

—¿Angélica, vienes o no? Porque te juro que me salgo de aquí y no toco nada —dictaminó.

—Ya voy. Ya voy —se apresuró la chica.

—Vamos, vamos —dijo Alex—, que nuestra cantante tiene que demostrarles a todos su talento.

—Sí, sí. Es muy buena —afirmó Alejandro haciendo que una tierna sonrisa se dibujara en los labios de la castaña.

Kevin la observó cuando fue con ellos, cuando se acercó a los instrumentos y cuando tomó entre sus manos una guitarra color rojo intenso con negro.

—Esta guitarra me gusta —comunicó Kevin.

—Bueno, en eso estamos de acuerdo. Nos gusta la misma guitarra —le dijo Luna a su lado, haciendo que Kevin la mirara—. Creo que nos vas a caer bien después de todo.

—No es la primera vez que me sorprende que a alguien yo le caiga bien —le respondió el joven, causando que todos se empezaran a reír de él, quien los miró con la pregunta casi dibujaba en su frente con color rojo: ¿Por qué se ríen?

Y entonces, su pulso se detuvo cuando la joven Angélica le implantó un delicado beso sobre su mejilla, inconscientemente saliéndole una sonrisa coqueta.

Jessica, la otra chica del grupo se les quedó mirando, sospechando de que algo comenzaba a formarse o que algo había ya entre esos dos. Y así siguió, lo que Angélica no sabía que si miraba hacia su derecha, en el momento que Kevin la interrumpió, iba a encontrarse con aquella persona misteriosa que justo ahora todos queremos saber quién carajos es. Aunque… siendo así el narrador de esta historia podría revelarle quien es, pero me gustaría dejarlos con un poco más de intriga.

¿Quién será esa silueta misteriosa? ¿Quién le quiere arruinar la vida a Kevin? ¿Y por qué? Si no es Diana, ¿Quién más puede ser?

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CAPÍTULO CON EDICIÓN CONCLUIDA

(Muchas gracias a Lenacolorado por ayudarme con este capítulo. Te amo amiga)

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COMO CAÍDA DEL CIELO (CCDC) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora