Capítulo 41: "La puerta 666"

92 30 23
                                    

.

.

Capítulo 41:

.

.

Desnuda bajo las sábanas rojas de la cama infernal, se encontraba encadenada al cuello desde la pared hasta el grillete de oro. Sus ojos ya estaban en la normalidad mientras apretaba esas mismas sábanas que la cubrían sobre su pecho. Angélica lloraba en silencio, mirando a sus pies descalzos, los cuales señalaban hacia la puerta de esa habitación.

No había que ser adivino para saber qué es lo que había pasado ahí, y mucho menos doctor para saber que eso le había causado un dolor muy brusco en todo su cuerpo.

—Kevin... Ángel... —decía entre susurros repetidos en todo momento—. Sáquenme de aquí.

La puerta se abrió y Adriel entró con una bandeja de comida que variaba entre carnes y frutas. Angélica solo bajó la mirada a sus pies temblorosos.

—Debes alimentarte, mi futura reina. Eres una mortal, ahora no aguantarías nada si no comes. —Dejó la bandeja frente a ella mientras se sentaba en la cama, acariciando sus piernas; pero de un momento a otro, Angélica pateó la bandeja con fuerza, tirándola al suelo.

—¡ALÉJATE DE MI VISTA! ¡Cuando Kevin y Ángel vengan por mí, entonces sí vas a morir! —gritó con fuerza y los ojos de Adriel se achicaron, agarrándola bruscamente del cuello de un momento a otro y apretándola, recostándola a la cama.

Angélica empezó a toser y a querer zafarse de su agarre mientras pataleaba sobre la cama, apretando sus piernas.

—Escúchame lo que te voy a decir por última vez, Angélica —susurró con intensidad para ella—. Vas a ser mi reina quieras o no. Eres mía y si yo muero. tú te vas al infierno conmigo. ¡¿Entendido?!

El miedo que recorría el cuerpo de la castaña era aún más grande que el placer que había sentido al entregarse a Kevin. Era desgarrador. Su oxígeno se ahogaba en cada quejido que daba y sus brazos no paraban de forcejear contra los de Adriel, pero era inútil.

Ella solo pudo asentir, llorando, y Adriel la soltó, levantándose de ahí y sacudiendo sus manos.

—Le diré a uno de mis demonios que venga a limpiar este desastre. ¡Vístete de una buena vez! En algunos momentos estaremos preparando algo importante para la ceremonia de mañana —dijo arreglándose las mangas y el cuello de su camisa—. Y olvídate de comer, acabas de desaprovechar tu oportunidad.

Con esa salió de la habitación, cerrando las puertas y un demonio entró a recoger el desastre. Angélica sujetaba su cuello entre sollozos.

*

En la oscuridad de la madrugada, bajo la luz de la luna, Kevin y Ángel se encontraban parados frente a las puertas del infierno; en otras palabras: la cabaña.

—Vamos a entrar —dijo Kevin dando un paso adelante, pero Ángel lo agarró del hombro.

—No, espera. Son muchos demonios y aún no llegan los demás, Kevin.

—¡Joder, no sabemos lo que ese imbécil le está haciendo! —gruñó y Ángel lo miró de forma seria.

—Es mi hermana, Kevin, y más que tú quiero sacarla de ahí.

COMO CAÍDA DEL CIELO (CCDC) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora