CAPÍTULO 33: "La princesa del infierno"

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"A veces, la felicidad solo dura unos minutos en todo el infierno. Pero a veces, el infierno se forja de esa felicidad."

Aylena Rodríguez.

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Capítulo 33:

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Angélica agarró a Kevin de la mano, jalándolo con fuerza hacia la cámara de los espejos, donde todo era un laberinto de estos. Verse gordos, flacos, deformados o simplemente terroríficos, era aterrador y saber que un demonio los estaba persiguiendo lo era aún más.

—Mataron a mi hermano ¿Y ahora me tienen tanto miedo? —La chica habló, caminando de forma rápida tras ellos.

—¡¿Quién es ella?! —Preguntó Kevin.

—¡Tú solo corre!

Kevin corría tras Angélica, agarrado de su mano. Ella lo jalaba a él y aunque intentaban no separarse a ninguna costa, fue algo imposible de hacer. La pelinegra lanzó un hechizo y para defenderse, Angélica formó un escudo soltando la mano de Kevin, quien sin darse cuenta de lo que pasaba siguió corriendo.

Angélica lanzó uno de sus rayos de luz, pero este salió muy débil. Miró sus manos con algo de miedo.

—¿El ángel más poderoso está perdiendo sus poderes? —La demonio soltó una risa de maldad cuando miró a Angélica—. Totalmente ridículo. —Lanzó otro conjuro y de no ser por los buenos reflejos de Angélica, le hubiera dado justo en el pecho como a Adriel.

—¿Qué carajos quieres de mí, Víbora? —Angélica sostenía su hombro, pues al parecer no había resultado intacta.

—¿Angélica soltando palabrotas? Baff, no me lo creo. —Ella se preparó para otro conjuro.

*

Saliendo por la puerta trasera de la cámara de los espejos, Kevin se sostuvo de sus rodillas para tomar algo de aire.

—Creo que la perdimos. —Él volteó hacia atrás, pero no vio a Angélica—. ¿Angélica?

Su mirada recorrió su alrededor para darse cuenta de que ella estaba aún en la cámara de los espejos. Rápidamente volvió a entrar para buscarla, aunque entre tantos espejos no sabía por dónde había venido.

Estaba desesperado por encontrar el camino, una desesperación que si hubiera tenido algún súper poder lo utilizaría para romper todos los espejos y ver a su amada; pero eso era difícil, más que difícil: imposible. Y eso lo frustró, tenía miedo porque Angélica estaba perdiendo sus poderes y tal vez no podría defenderse.

Logró ver en el reflejo de un espejo como Víbora se iba por la otra puerta de la cámara, y se aterrorizó; porque no se iba mal, se iba con una gran sonrisa en el rostro.

Kevin corrió tropezándose con más espejos aún. Quería llegar lo más rápido posible con Angélica, y lo hizo.

Llegó donde estaba su cuerpo desparramado en el suelo sin conciencia.

—¡Angélica!

Pasaron los días después de una escena donde Kevin salía gritando ayuda con Angélica en sus brazos casi sin respiración. Donde Alejandro y Álex salieron corriendo de la rueda de la fortuna al escuchar sus gritos de terror. Donde Ángel al abrir la puerta de su departamento se encontró a su hermana casi muerta en los brazos de Kevin.

Pasaron días donde Angélica no despertaba. Días de desesperación para todos, pero sobre todo, de Kevin echándose la culpa de todo lo sucedido.

Ya era de noche, seis días exactos habían pasado y el azabache se encontraba recostando su cabeza a un lado de la cama, donde descansaba el cuerpo inconsciente de su castaña.

Angélica respiraba levemente, tenía sus manos sobre su vientre y sus cabellos estaban peinados a los lados: responsabilidad de Ángel que tampoco le despegaba el ojo.

La puerta de la habitación se abrió y el hermano de la chica entró con una bandeja.

—¿Cuándo despertará? —Preguntó Kevin para luego mirarla a ella.

—De haber tenido sus poderes no debería haber quedado inconsciente. Ahora no sé cuándo despertará...

El suspiró y Kevin solo volvió a recostar su cabeza.

—Joder...

Angélica empezó a abrir sus ojos y movió una de sus manos, haciendo que Kevin levantase la mirada para verla. Su mirada tomó algo de sorpresa y volteó a mirarla.

—Angélica…

Él se levantó rápido y le dio la vuelta a la cama. Se agachó en el otro lado y acarició su mejilla haciendo que la joven lo mirara.

—Hey, Angélica...

Kevin la volvía a llamar, pero no reaccionaba. Solo escuchaba todo, aturdida. La luz le molestaba.

—Ke-Kevin...

—Aquí estoy, tranquila. —Se acercó y dejó un beso en su frente—. Estoy aquí.

Ella solo se mantuvo callada y volvió a cerrar los ojos, sonriendo levemente.

—Descansa.

Ella asintió esta vez, quedándose dormida. Kevin miró a Ángel quien sonreía cada que posaba sus ojos en la chica acostada.

—Ya pasó lo peor. —Suspiró aliviado—. Avísales al grupo.

Kevin asintió y él salió de la habitación.

*

Víbora miraba todo desde la bola de Cristal de Adriel, emitiendo una sonrisa ladina.

—Solo se salva porque no la puedo matar, de ser así nunca hubiera despertado. ¿O no, hermanito? —Ella soltó una risa y miró el retrato de Adriel en una de las paredes de la cabaña.

Otros demonios se le quedaban viendo, mientras hacían sus trabajos en ese lugar. Entre ellos salió nuestra querida “perfecta mentirosa” llamada Anyi, quien traía lo que parecía ser una foto en sus manos.

—La encontré —dijo, provocando que Víbora alzara su mirada para ver lo que sostenía Anyi entre sus manos.

En la foto se veía a una Camila encapuchada entrando a un departamento.

—¿Y ella pensaba que se iba a librar tan fácil de nosotros? —La pelinegra sonrió y tomó la foto en sus manos—. Ridícula. —Alzó su mirada para ver a Anyi a los ojos—. La quiero aquí y la quiero para ayer, así que apúrense o me tocará desterrar a un cierto demonio.

—Como usted ordene, princesa...

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CAPÍTULO CON EDICIÓN CONCLUIDA

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COMO CAÍDA DEL CIELO (CCDC) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora