CAPÍTULO 28: "Un Ángel, Un Demonio"

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Capítulo 28:

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La vida es muy corta y muy injusta, no importa si acabas de llegar al mundo o si ya estás esperando irte, la muerte puede llegar en cualquier momento inesperado y llevarte con ella bajo esa túnica negra y una sonrisa de bondad. Podría describir la muerte como una mujer vestida de negro, con sus labios pintados de rojo y el cabello largo y negro hasta la cintura; podría describir el tiempo como alguien de elegancia y disciplina, con un reloj de bolsillo en sus manos y el cabello largo y castaño recogido en un pequeño moño.

La pareja perfecta.

Todos tenemos el tiempo contado para que la muerte nos venga a buscar. Pero no todos respetan ese tiempo, hay algunos que simplemente se entregan a ella.

La tarde se estaba poniendo aún más fría y otra tormenta se estaba acercando. Sebastián y Angélica corrían por las calles hacia una dirección en específico; la respiración de ambos era agitada, debían llegar a tiempo antes de que una tragedia peor ocurriera.

-¿Pero quién le dio la carta a Kevin? -Preguntó la castaña, agitada, sin parar el paso que resonaba en el concreto.

-¡No sé, simplemente cuando desperté él estaba leyendo eso, quise acercarme y de repente empezó a romperlo todo!

-¡Está bien, pero no me grites! -Angélica le reclamó.

-Si tan solo le hubieras dicho que sí, esto no hubiera pasado.

-¡Hey, tengo inseguridades como tú y como todos! ¡Perdón si no soy perfecta! ¡Trato de remediar mi error!

Sebas reviró sus ojos y ambos siguieron corriendo. Angélica tenía la esperanza de poder salvar a Kevin, no lo iba a dejar derrumbarse sin más e iba a encontrar en culpable de esa carta. Y cuando lo hallara, no iba a tener piedad.

23 de diciembre 2018.

Querido Kevin:

Al parecer tu mundo se derrumba. Te lo dije una vez: una persona que no sabe proteger a su familia, nunca sabría tenerla a ella. Te engañó...

Decía la carta que Angélica había leído hace algunos minutos, antes de salir corriendo con Sebastián.

...Te engañó sin piedad de lo que pasaría contigo. Así como te abandonó Diana, te abandonó ella. Ahora, ven, quédate conmigo en el infierno. Con suerte encontrarás a tu padre ahí. No, no pongas esa cara de furia leyéndome. Sabes que no te miento. ¿Tal vez ya es hora de terminar con algo que hace rato deberías haber terminado, no? Hay unas hermosas puestas de Sol en el viejo techo del edificio abandonado. ¿Te gustaría verla conmigo o tienes miedo a morir?

Angélica había revisado esa carta por todos lados y no encontró alguna firma, sello o dirección de un remitente. No había nada y eso la cabreaba. ¿Quién quería destruir a Kevin? ¿Por qué? ¿Y para qué?

Corrieron rápido y llegaron a un gran edificio abandonado, se escondieron detrás de un muro y esperaron a que un guardia de seguridad pasara sin verlos, para luego entrar.

-¿Dónde están las escaleras? -Preguntó Sebastián, mirando a todos lados.

-¡Ahí! -Angélica señaló a las escaleras de emergencia y ambos corrieron a estas.

*

El viento le pegaba fuerte en la cara, le acariciaba la piel sin dulzura y la besaba despacio, y frío, con los pequeños copitos de nieve que empezaron a caer. El cielo volvió a nublarse, tanto así como la mirada de Kevin, y la soledad del edificio lo abrazaba. Él estaba parado en la terraza del edificio, detrás de la reja, mirando hacia abajo.

COMO CAÍDA DEL CIELO (CCDC) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora