CAPÍTULO 35: "¿Celos?"

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Capítulo 35:

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Casi una semana pasó y el Sol comenzó a salir por detrás de los edificios y sobre las olas del mar, llevando a sus rayos de luz a través de las cortinas de la habitación de Angélica, donde nuestra chica dormía cómodamente acurrucada en su almohada y tapada con su manta.

Al darse la vuelta, el rayo de Sol que se colaba por la ventana cayó sobre sus ojos, así que empezó a abrirlos, luego de haberlos restregado con sus manos de seda.

Sus ojos tomaron una intensidad de color muy grande, tan grande que parecían dos bolas de oro cubiertas por el fuego.

Al levantarse, sus pies encajaron perfectamente en las pantuflas a su merced con forma de gatos. Caminó hacia el baño y al llegar, se detuvo frente al espejo, levantando la mirada levemente y viendo su reflejo mal cuidado por todos estos días que se había mantenido en cama

La ropa cayó al suelo y la regadera se abrió, gotas de agua cayeron sobre su cuerpo desnudo. Recorriendo así cada parte de la piel de seda, cada curva de su cuerpo y cada tentación de Kevin.

Chico que se encontraba dormido en la sala, con un cojín en la cara para evitar la claridad, pero ni todo eso lo libraría de la llamada que sería su despertar.

El teléfono sonó repetidas veces, hasta que el chico abrió los ojos y tomó el móvil, la llamada se cayó y recibió un mensaje.

Álex: Las chicas van a ir de compras para el concierto. Si llevaras a Angélica, ellas se pondrían muy felices, además de que es bueno que se distraiga un poco.

Kevin leyó el mensaje y dejó el móvil en la mesita, se levantó y caminó al fregadero para enjuagarse la cara. Luego de secársela con una de las toallas en el balcón de la casa, entró a la habitación de Angélica aún medio adormilado.

—Angélica, llamó... —él iba hablar justo en el momento en el que se la encontró en ropa interior saliendo del baño—. Perdón. —Salió de la habitación y cerró la puerta.

Las mejillas de Angélica eran dos tomates prácticamente, pero sin embargo, una sonrisa se apoderó de sus labios, empezando a ponerse la ropa que ya tenía preparada sobre la cama.

Minutos después cuando salió de la habitación, Kevin estaba tomando algo de agua parado frente a refri cuando la vio salir.

—Angélica. —Dejó el vaso en la mesa y fue con ella—. En serio debí tocar, perdóname.

—Ya para, Kevin... No importa, en serio. —Ella le dio un beso y abrió el refri para tomar algo para comer.

—Alex dice que las chicas van a ir de compras para el concierto. —La volteó a ver y ella lo miró, mientras sacaba una caja de jugo del refrigerador—. Quieren que las acompañes.

Ella asintió levemente.

—Salimos de aquí en cuanto desayune, ¿vale?

—Vale.

Ella cerró el refri y se fue a la mesa.

*
                 
Las grandes escaleras del centro comercial atrajeron la mirada de la castaña, quien no dejaba de mirar a su alrededor en cuanto entró. Aquello era impresionante ante sus ojos, pues de todas las veces que había bajado a la Tierra, nunca había visto un lugar tan grande.

—Aún no me creo que en todo tu tiempo acá nunca hayas entado al centro comercial. Es el más grande del mundo. —Luna se le enganchó en uno de sus brazos.

COMO CAÍDA DEL CIELO (CCDC) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora