CAPÍTULO 36: "Eres mía"

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Capítulo 36:

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Curar una herida era algo difícil físicamente, y era algo aún más difícil con la herida que estaba en el corazón. Gracias a Dios, esas heridas no pertenecían a Kevin, excepto por un leve rasguño en la mejilla que al parecer se había hecho.

—No debiste haberlo golpeado, Kevin. Yo podía haberle hablado y explicado que estaba contigo, joder. —Suspiró con fuerza, pasando el alcohol por su mejilla con ayuda de un algodón.

—¡Joder, eso arde! —Gruñó Kevin.

—Quédate quieto, que esto es tu culpa. Si no lo hubieras golpeado, ahora no estaríamos aquí.

—Ya no me lo restriegues más en la cara, Angélica. Se me calentó la sangre cuando vi sus intenciones. ¡Joder, estaba celoso!

Angélica lo miró y negó levemente, suspirando.

—Igual no debiste haberlo hecho. —Dejó de curarlo y desechó las cosas utilizadas, sacó una tirita de su cartera y fue con él, para ponérsela en la mejilla.

Kevin la tomó de la cintura, sentándola sobre él, a lo que ella se sonrojó.

—¿Kevin, qué haces? —Ella intentó levantarse, pero él la secuestró sobre sus piernas y la apegó a su cuerpo.

—Tú eres mi Angélica, y no me gusta que nadie más toque lo mío. —Él la miró con los ojos llenos de fuego.

La respiración de Angélica se aceleró sin que ella se diera cuenta, y antes de esperarlo, su corazón subió a su garganta latiendo como nunca. Volteó a mirar hacia otro lado.

Kevin desprendía mucho deseo hacia ella, y ella sabía lo que eso significaba; pero igualmente necesitaba tiempo. No se sentía lista para perder sus poderes por completo, porque una vez que se entregara a él, ya dejaría de ser un ángel para ser una simple mortal.

—Kevin, yo...

—No te estoy pidiendo nada, Angélica. Solo quiero que sepas todo lo que siento por ti —le sonrió levemente y acarició su mejilla. Su mano bajó hasta su nuca y la jaló hacia él.

Sus labios se unieron en un tembloroso beso dado por Demon, quien bajó sus manos hasta la cintura de Angélica y la agarró de lado a lado. Volvió a acercarse, besándola de forma suave y derritiéndola en sus brazos. Angélica colocó sus manos en los hombros de Kevin sin dejar de besarlo.

Las manos de Kevin bajaron hasta sus caderas, apretándolas levemente. Angélica cerró sus ojos mientras lo besaba y sus manos bajaron a los primeros botones de la camisa color negra que él traía puesta.

Los dedos de Angélica desabrocharon el primer botón y Kevin tomó sus manos, separándose del beso para mirarla a los ojos.

—Angélica, no te estoy obligando a...

—Cállate y bésame.

Él asintió y la volvió a besar un poco más apasionado, pero sin dejar el ritmo lento que tenían. Las manos de Kevin bajaron hasta las piernas de Angélica, entrando por debajo de su vestido y agarrándolo por la orilla para poder subirlo.

Pero por más que ella estuviera decidida a caer en los brazos de su humano amado, el destino aún no lo decidía así.

La puerta del camerino se abrió y Angélica se levantó de un tirón, dándole la espalda a la persona que había abierto. Kevin tuvo que ponerse un cojín sobre las piernas para cubrir cierta cosa despierta.

COMO CAÍDA DEL CIELO (CCDC) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora