Olor a comida

140 30 17
                                    

Capítulo 7

Finalmente llegó la hora de irnos a casa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Finalmente llegó la hora de irnos a casa. La clase de literatura había sido muy buena, teníamos que escribir un pequeño poema, reflexión o lo que nos gustara. Mi profesor me felicitó por mi creación, aunque no solo a mí, a Xian le dio un reconocimiento destacado, pues su poema había estado hermoso. Y también a Dylan, quien sorprendentemente, había escrito algo muy bonito también.

A la salida del colegio Lenna y yo decidimos tomar un helado de camino a casa.

-¿Te das cuenta de que hagamos lo que hagamos, siempre terminamos comiendo? –me dijo ella.

-Ahora que lo mencionas, es verdad –respondí.

-Tal vez necesitemos ayuda profesional.

-Tiene razón, creo que lo mejor será contratar a un chef –le dije comiendo un poco más de helado.

-Eres una idiota –me dijo seria y luego se rió. ¿Temperamental, dónde?

Finalmente llegamos a la esquina en donde nos separábamos todos los días, ella se despidió con el mismo saludo de siempre.

-Luego hablamos, bye –dijo.

-¡Baisiiii! –le grité, como siempre.

Comencé a caminar hasta mi casa, pero en el camino, un auto se detuvo a mi lado de golpe.

Desde adentro alguien bajó el vidrio y un hombre habló:

-Disculpa, niña.

Ay no, ya me secuestraron.

-¿En dónde queda el centro comercial?

Hice lo mejor que podía hacer en una situación así.

-What? I'm sorry, i don't understand –le dije con un marcado acento inglés.

El tipo me miró y prosiguió:

-Oh –me dio una corta sonrisa-. I'm sorry, where is the mall? Because I am lost –dijo-. And I...

¡QUÉ RAYOS!

Luego de eso, hice lo mejor que podía hacer luego de que la situación girara en mi contra. Correr.

Rápidamente corrí las pocas cuadras que me faltaban antes de llegar a mi casa, no podía permitirme seguir charlando con ese desconocido. Aunque, unas cuadras antes de llegar a mi casa, me choqué con alguien.

-Oh, disculpa –le dije-. ¿Taylor?

-Hola, princesa –dijo con una sonrisa-. Discúlpame a mí, fue mi culpa.

-No hay problema –le entregué mi mejor sonrisa.

-¿A dónde ibas? –me preguntó-. Si se puede saber.

-Ammm, hasta mi casa...

-Si quieres puedo acompañarte –propuso.

Dios, ¿esto es real?

CONSTELACIÓNWhere stories live. Discover now