Érase una vez que me enamoraba...
Y aunque estaba cerrado al amor, encontré algo real.
Al principio pensé que era una constelación...
Hice un mapa de sus estrellas y, luego tuve una revelación:
Ella es tan hermosa como interminable.
En sus ojos de...
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-¿A qué te refieres? –le pregunté algo sorprendida.
-Nada, solo que... te oí hablando de él con tu madre cuando llegaste, hablas mucho de él...
-Ah, sí es ammm... un compañero de la escuela –le comenté.
-¿Y qué pasa con él? –volvió a preguntarme.
-¿A qué te refieres?
Él me miró con esa típica mirada de "no te hagas"
-Bueno... no lo sé, él me gusta mucho, su sonrisa es preciosa, y siempre me trata como a una reina –sonreí.
-Pues más le vale –dijo él, serio-. Invítalo a casa alguna vez, para conocerlo.
-¿En serio?
-Pues sí, si en algún momento de la vida es tu novio, ya sabré a qué atenerme, y sus fortalezas y debilidades las conoceré, por si se atreve a lastimarte –me dio una sonrisa.
-¡Papá!
-Es en serio Hannah... pero en fin.
-Pensé que me dirías otra cosa –me reí.
-Claro que no, Hannah. Estar enamorada o de novia, es algo que inevitablemente te pasará –se lamentó.
Lo miré extrañada.
-Y yo, sé que evidentemente eres hermosa, así que seguro él y muchos más chicos... -se puso su puño en la boca, e hizo una mueca-. Muchos chicos... se enamorarán –parecía estar al borde de la locura-, se enamorarán de ti. ¡Ya! ¡Lo dije!
-¡Papá! –me reí, me hacía feliz que se preocupara, aunque fuera algo dramático.
-Lo lamento, es que, eres mi única hija, y, aquí entre nos –se acercó a mí-. Sé que soy tu favorito. Entonces, me es algo difícil decir eso sin ir a matar a cualquier chico que te mire.
-Estás loco –me reí-. Tú lo dijiste, es más, te diré algo... prometo un día de estos llevar a Xian a casa para que lo conozcan, ya verán que es muy bueno...
-Okay... -miró al cielo inhalando y exhalando-. Ahora, come tu hamburguesa, si llegamos tarde a casa, tu madre nos regañará de nuevo.
-¿Tú no comerás nada? –le pregunté.
Él rodó los ojos-. No, mi único permitido de hoy, es una cerveza, además... lo único que tengo autorizado cenar esta semana, es ensalada. ¡Y Nicholas Presley no es un hombre de ensaladas!
Me reí-. Okay, papá...
La cena terminó rápidamente, una vez que llegamos a casa, ambos nos fuimos a dormir, ya todos se habían acostado.
La charla con mi padre había sido algo extraña, sobre todo porque siempre lograba ser aún más dramático que yo. Pero realmente estuve agradecida de tenerlo, porque no podía haberme tocado padre más comprensivo y paciente que él.
