Érase una vez que me enamoraba...
Y aunque estaba cerrado al amor, encontré algo real.
Al principio pensé que era una constelación...
Hice un mapa de sus estrellas y, luego tuve una revelación:
Ella es tan hermosa como interminable.
En sus ojos de...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
NICK POV's.
-¿Puedes venir aquí, princesa? -llamé a mi hija, mi esposa estaba de guardia en la clínica, y me había dicho que Hannah iba a salir al parque de diversiones con sus amigos hoy.
-¡Papá, ya soy mayor para ser una princesa! -me dijo molesta entrando al despacho.
Era obvio, ella ya era una adolescente... En algún momento de su vida tenía que madurar.
-¿Entonces cómo debo llamarte? -le pregunté.
-La reina -respondió con simpleza y se sentó en el sofá a jugar con uno de sus ponis de My Little Pony.
Olviden lo de madurar.
-Escucha, hija... me dijo tu madre que hoy irás con tus amigos a la feria.
Ella asintió.
-¿Con quiénes?
-Con Lenna, Xian y creo que Dylan –me dijo algo dubitativa.
-De acuerdo, tu hermano irá con sus amigos del básquet, si necesitas algo, puedes buscarlo. También irá Charlie, creo que con esa chica que le gusta, te digo por si se te ofrece algo...
-Está bien papá –se rió-. Gracias.
HANNAH POV's.
-Mi pequeña es toda una adulta –dijo mi padre secándose una lágrima.
-Papá... es solo una feria.
-Lo sé, lo sé. Así empieza todo... y cuando me dé cuenta, estarás camino al altar –dijo mordiendo su puño.
Mi padre definitivamente no era normal.
-Okay... ya me tengo que ir a preparar –le dije, debía cortar su drama.
-De acuerdo, diviértete... Pero no te diviertas tanto...
Me reí.
-Gracias, papá –le di una sonrisa y me acerqué a él para darle un pequeño abrazo.
-Ya, ya... vete.
-Okay...
Me fui a mi habitación a cambiarme, faltaba una hora, pero la feria no estaba tan cerca de mi casa. Lo bueno era que Noah me llevaría.
(...)
-Hannah, cualquier cosa que necesites, me llamas, ¿de acuerdo? Aquí hay mucha gente y... -me decía mi hermano en el auto, ya estábamos llegando.
-Lo sé, Noah. Dios santo, eres peor que papá.
Él se encogió de hombros y luego se estacionó.
-Bien, te veo más tarde –le dije.
-Hasta luego, hermanita –me sonrió y se fue con su grupo de amigo que al parecer lo estaban esperando.
