Érase una vez que me enamoraba...
Y aunque estaba cerrado al amor, encontré algo real.
Al principio pensé que era una constelación...
Hice un mapa de sus estrellas y, luego tuve una revelación:
Ella es tan hermosa como interminable.
En sus ojos de...
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NICK POV's.
El miércoles por la mañana, me quedé en casa, porque era día de padres e hijos en la escuela de Caleb, así que aproveché para hacer el desayuno para mis niños. También los llevaría a la escuela.
-Come bien, hijo. Hoy debemos ganar ese campeonato –le dije a Caleb, mientras le daba un gran vaso de jugo de naranja, hecho por mí.
-Claro papá –me sonrió.
-¡Hasta luego, papá! –Me gritó Noah desde la puerta de entrada-. ¡Me voy con mis amigos!
-¡De acuerdo! Nos vemos más tarde –le dije.
Se escuchó que cerró la puerta.
Decidí subir a la alcoba de mi hija, debía despertarla o llegaría tarde. De hecho, llegaría tarde no importa a qué hora la despertara, pues, se me había pasado un poquis la hora.
-Buen día, Hannah –dije entrando a su habitación.
-Cof, cof, resfrío –me dijo acostada en la cama, tapada hasta el cuello.
-¿Qué haces, hija?
-Necesito un día de descanso –me dijo con un tono extraño. Además, ella nunca necesitaba ningún descanso, era imparable.
-Pero, cariño...
-Papá, por favor –me dijo.
-Tienes que ir a la escuela, Hannah.
-¿Puedes entenderlo? –me dijo con una voz extraña.
-Si no me lo explicas, la verdad no –me crucé de brazos.
Ella rodó los ojos y finalmente se levantó y se fue al baño.
¡Bien! Nick 1 – Hannah 0.
Luego tendríamos una charla ella y yo, sabía que anoche había salido con ese tal Dylan. Teníamos mucho que hablar.
LENNA POV's.
El día había estado realmente apagado, aburrido. Hannah había llegado tarde, y con mala cara, supuse que no había dormido bien, ya que, siempre se queda leyendo hasta tarde, y seguramente anoche había sido así también.
Ahora, nos encontrábamos en ciencias. Pero Hannah ni siquiera había hecho su aporte semanal, era extraño. El celular de mi amiga sonó indicando que había llegado un mensaje, ella lo sacó y comenzó a leerlo.
-Hannah, no uses el celular en clase –le dijo la maestra.
-De acuerdo –respondió ella, desganada mientras bloqueaba el celular. Con un tono realmente extraño. No parecía mi amiga.
La clase pasó muy lenta y de forma monótona, debía hablar con mi amiga, pero no podía hacerlo en clases. Así que debí esperar al recreo.
