Érase una vez que me enamoraba...
Y aunque estaba cerrado al amor, encontré algo real.
Al principio pensé que era una constelación...
Hice un mapa de sus estrellas y, luego tuve una revelación:
Ella es tan hermosa como interminable.
En sus ojos de...
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LENNA POV's.
Hoy debía comenzar mis observaciones para mi experimento, así que decidí utilizar a la única persona que me daría buenos resultados al evaluarla: mi mejor amiga.
Llegamos a la escuela y ella como siempre, estaba de mal humor. Porque, ya saben, o se levanta temprano, o se levanta amable, no puede con todo.
-Buenos días Hannah –le dije.
-¿Qué tienen de buenos? –me preguntó pateando una roca del suelo.
Le entregué una bolsa con gomitas, y saqué mi libreta para las anotaciones.
-Oh, gracias Lenna –me dijo con una gran sonrisa.
Alimentar al animal puede modificar su estado de ánimo, anoté en mi libreta.
-Bueno, ¿nos vamos o qué? –le pregunté.
Ella asintió con la boca llena de gomitas, parecía una ardilla guardando nueces para el invierno.
HANNAH POV's.
Íbamos caminando para entrar por fin al salón de clases, pero, un suspiro por parte de Lenna hizo que posara mi atención en mi mejor amiga.
-Lenna, ¿qué tienes? –le pregunté.
-Nada –me dijo haciendo una mueca.
-Dime –le pedí-. Porfis.
-Es que –ella dio un suspiro algo largo-, no me he vuelto a cruzar con el chico de detención, ese tal Ethan... ¿recuerdas que te hablé de él?
Asentí.
-Bueno, no nos hemos vuelto a ver –se quejó-. Sospecho que no sirvo para estas cosas del amor...
-Deja de sufrir, Lenna. Ve tú a saber si el amor de tu vida está en Europa, y tú aquí sufriendo con estos indios –le dije molesta.
-Es que Ethan es muy bonito –me dijo, quejándose nuevamente.
Ay, por todos los cielos. No sé por qué Lenna siempre persistía en buscar chicos, si sabía a la perfección que yo quería que fuera novia de mi hermano, Noah. Pero no, como siempre, la señorita debía hacer de las suyas.
-Ya sabes que yo siempre te shippearé con Noah –la abracé. Ambas comenzamos a reírnos.
Lenna no volvió a hablar, y nos fuimos a clases.
Antes de comenzar, me llegó un mensaje. Me preocupé un poco, ya me habían enviado otro mensaje anónimo anoche, ¿sería él o ella otra vez?
Revisé mi celular, y sí, efectivamente era el señor x:
Anónimo:
No tienes derecho a tener amigos como los que supones tener, porque no eres nada en esta escuela.
