9. Tertulia sabor a café y libro

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¿Qué me imaginé cuando Chris dijo una fiesta de libros?, pues... pensé que me encontraría a un grupo de esperpentos desadaptados, con las medias con motivo de rombos por fuera del pantalón y anteojos con un espesor de culo de botella. Pero la realidad era muy distinta. Estábamos en el sótano de la biblioteca rodeadas por especímenes masculinos de muy alta calidad, eran sumamente hermosos, y amables. Incluso había una chica, igual de hermosa y encantadora, que cuando chocabas miradas con ella, no podías evitar levantar una sonrisa en la boca, a pesar de que ella no mutara su expresión seria del rostro. Era como si sólo verla, ya te alegrara el corazón. ¿Cómo podía Chris conocer personas tan bellas?, tal vez la gente hermosa se junta con gente hermosa, no encontraba otra respuesta racional. Y por otro lado, fiesta de libros, me imaginé que se trataría de una reunión donde se debate sobre algún libro leído en común, después de todo en una fiesta de libros, los libros debían estar involucrados, ¿o me equivoco?, pero no, no estábamos debatiendo sobre textos literarios, no, estábamos sentadas en un sillón de la pared, viendo como los invitados, que no eran muchos, jugaban al pool o al hockey de mesa, mientras Chris preparaba en la barra unos batidos con frutas naturales.

— Son todos super guapos — me susurró Ellie riendo con los pómulos encendidos en excitación.

— Aquí están sus batidos, señoritas — dijo Chris con galantería acercándose con un batido en cada mano. Ellie fue la primera en tomar su batido y en darle un sorbo.

— ¿No tiene alcohol? — preguntó luego de saborearlo.

— No necesitas del alcohol, ni de las drogas para divertirte — dijo mientras me miraba fijamente, como si la pregunta se la hubiera formulado yo y no Ellie. Lo miré extrañada, porque sus palabras no me supieron como una simple frase al azar, sentía que las estaba diciendo para que se grabaran en mi mente.

— No seas aburrido Chris, un poco de alcohol no hará daño a nadie — interfirió uno de los comensales.

— Andrei, por pensar así es que siempre te metes en problemas — dijo Chris al invitado que había interferido. Era un chico medianamente alto, su cuerpo era delgado y su cabello castaño oscuro. Tenía algunas pecas sobre los pómulos, y una mirada llena de picardía en sus dos ojos de chocolate. Era un chico lindo, y tenía un atractivo extraño, no era como Chris o como el resto de invitados, Andrei se veía mucho más natural.

— Es mi naturaleza.

Chris lo miró con el ceño fruncido ante sus palabras, como si Andrei le hubiera dicho algo, que sólo ellos dos comprenderían. Parecía que quería responderle, pero la chica antes mencionada, lo llamó a la distancia.

— Bien, me están llamando. Diviértanse.

Miré como Chris caminó hasta el encuentro con esa chica que era hermosa. La observé con detenimiento, percatándome que tenía un aspecto delicado y angelical. Parecía de esas personas que no le harían daño a nadie. Chris y ella hablaban muy animadamente, pero desde la distancia no podía escuchar nada. ¿Será su novia?, fruncí el ceño ante aquella idea que me resultó desagradable. Pero segundos después me sentí culpable, no podía enojarme con esa chica, no la conocía y tampoco conocía a Chris. Intenté concentrarme en mi batido para no pensar qué tanto me desagradaría la idea de esa chica y Chris juntos.

— A pesar de que no es una fiesta, con todas las letras, se ve divertida — me dijo Ellie observando como un grupo de tres chicos comenzaban un partido en el pool.

— Sí — dije, a pesar de que yo no lo sentía así. No sabía por qué, pero desde que había ingresado por la puerta de esta biblioteca, una sensación molesta se plantó en mi cuerpo.

DaemoniumWhere stories live. Discover now