Epílogo

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Bajé la mirada, no sólo sentía vergüenza, no, estaba lleno de frustración. La había dejado ir, y no me lo podía perdonar.

— Te asignaron su protección y fracasaste – no podía ver a mi padre al rostro, y mucho menos al otro ángel. Había dejado en vergüenza a mi padre, no sólo eso, había puesto en peligro a Amanda por no saber cómo protegerla de la oscuridad que la envolvía.

— Prometo que esta vez no les fallaré... no le fallaré a ella — agregué al final en casi un susurro, dolía mucho más haberle fallado a ella que a mi padre y a todo el Empíreo entero.

— ¡Cronos se llevó a Amanda! Ya no nos sirves, esto ahora nos incumbe a nosotros, a los arcángeles.

— No, iré a salvarla. Prometí que la protegería, tengo que ser yo.

Levanté la vista de manera decidida. Me negaba a hacerme a un lado. No podía abandonarla ni dejar su vida en manos de otros ángeles. No podría seguir viviendo conmigo mismo si no hacía nada al respecto.

— Qué niño más testarudo — dijo el arcángel y me miró con algo de fastidio —. Cronos se la llevó y no sabemos dónde puede estar. Esto no es algo que un niño como tú pueda manejar. Quédate quieto aquí y no nos estorbes.

El arcángel se despidió de mi padre y segundos después desapareció para volver al Empíreo.

— No te preocupes, hijo. Sé que hiciste todo lo que pudiste — escuchar las palabras consoladoras de mi padre, fueron una pequeña gota cálida a todo el torbellino de emociones que sentía en ese momento, pero no fue suficiente.

— ¡Ellos se la llevaron! No puedo no preocuparme — no quería ser grosero con mi padre, pero la situación ya me sobrepasaba.

Ella fue secuestrada, y no saber las cosas horrorosas por las que podría estar pasando me volvía loco.

Lo prometo, Amanda. No importa que el mismo Cielo se ponga en mi contra. Iré por ti. Sólo espera. 

DaemoniumWhere stories live. Discover now