Amor En Negación

C A P I T U L O XIV: I N S T I N T O S

Ambos nos sentamos en la mesa que quedaba en el centro de la biblioteca, la cual hacia juego con la madera y el labrado que ésta tenía. Él se sentó frente a mí, supongo que quería observarme bien, no me sentía nerviosa, pero me sentía algo ansiosa de saber cómo irían desenvolviéndose las cosas.

-Me gustaría que eligieras un capitulo solamente, el que más llame tu atención, al final de cuentas es sólo una prueba para retro alimentar, cabe mencionar que esta novela está escrita en diálogo teatral, así que no hay un apartado como tal de capítulos -

Asentí y ojeé el libro lentamente – Mmmm... elegiré el tercer encuentro-

-Muy bien, ahora léelo en voz alta y ve elaborando el ensayo, yo te iré siguiendo la lectura y lo que escribes, si tienes dudas dime-

Comencé a leer en voz alta –... "Entonces abandónate, querida; abandona todos tus sentidos al placer, sumérgete en esta sensación maravillosa. Deja que tus sensaciones se conviertan en tu Dios; sacrifícalo todo a esta forma de vivir, como lo harías con el tipo de religión más adecuada..."- Tome nota, tragué saliva y seguí -..." Es como un sueño... un aturdimiento delicioso se ha apoderado de todo mi cuerpo..."- Hice pausa y tomé una bocanada de aire y proseguí con la lectura, pero cada que avanzaba con los diálogos, parecía que describían lo que sentía en cada una de mis situaciones con Henry. A la mitad de la lectura me di cuenta de lo explicito que era el libro, describía todo placer banal de manera directa, tanto que no costaba nada imaginarlo sin embargo podía sentir mie mejillas ruborizadas y mis manos sudando.

- Me gusta cómo vas interpretando cada frase, sin embargo, veo que omites ciertas características del acto, ¿Quieres continuar o prefieres parar? -

- ¿Afectaría en algo que parar ahora? - apreté las piernas y limpié mis manos en la falda.

- Trata de avanzar unas hojas más y terminamos- Cruzó los brazos y estiró sus piernas, haciendo que su pierna rozara con la mía, pero de inmediato las regresó a su lugar y se reacomodó en la silla con total desinterés.

- "...Imagina, Eugenia, a una muchacha como tú misma, que apenas ha salido del hogar de su padre sabe poco y ha experimentado menos aún. De pronto se le exige que se entregue a los brazos de un hombre a quien nunca ha visto con anterioridad..."- seguí escribiendo y continué leyendo, mientras mi cuerpo comenzaba a sentirse acalorado – "... ¡El placer me está matando! ¡No puedo soportarlo!"- alcé la voz al terminar esa frase y cerré el libro de golpe dejándolo caer en la mesa. Sentía mi corazón latiendo muy rápido y mis mejillas me quemaban, traté de evadir la mirada de Henry escribiendo un par de letras para finalizar el ensayo, el cual se había convertido en una tortura. –Creo que esto basta para comprobar que yo fui quien elaboró el ensayo sin ayuda de nadie- con mis dedos deslicé la hoja hacia él. La tomó y le dio una leía rápida.

-Fue fascinante... – dijo con voz ronca sin dejar de mirar la hoja – Es fascinante como deja que las palabras tomen sentido y lo relacione con sus pensamientos y emociones reales...-

Sentía el latido de mi corazón hasta los oídos, tanto que aturdía, la humedad de mi entre pierna delataba lo que mi cuerpo y mi mente me pedían a gritos. Él se puso de pie y desapareció un momento entre los libros, me puse de pie y me senté sobre la mesa alzándome un poco la falda para calmar el calor. Y como si las cosas empeorarán Henry apareció de nuevo, pero está vez había salido frente a mí, haciéndolo detenerse un poco y bajar la mirada a mis piernas que dejaban ver un poco mi ropa interior. Volvió a fingir desinterés y siguió buscando entre los libros.

- ¿Sabes cuan cara ha costado esa mesa en donde estas incorrectamente sentada? – preguntó dejando un libro a un lado y acercándose a mi posando sus manos sobre ambas piernas evitando el movimiento de querer bajarme a prisa de la mesa.