¿Amor o amistad? Primera parte. (Super Junior-Yaoi)

Capítulo 79 "¿Puedes irte?" (Leeteuk)

79. “¿Puedes irte?” (Leeteuk)

Sus brazos se aferraban a mi cuello, sus dedos a mi pelo. De la misma manera que yo me aferraba a él. Mis ojos estaban cerrados. Solo le sentía, completamente abrazados y besándonos como si el despegarnos nos costase la misma vida.

Sentía mis emociones fluir descontroladamente. Rabia, enfado, miedo, tristeza... Deseo... Mordió mi labio ligeramente y gemí.

Pasé mis manos a su cara y entonces, en un segundo de lucidez, logré separarnos unos milímetros y le miré a los ojos.

Nuestras respiraciones estaban agitadas. Nuestras expresiones debían ser muy similares. Apoyé mi frente contra la suya, pero se separó para mirarme de nuevo.

-No quiero parar.-dijo de manera bastante firme.

-Ok.

Yo tampoco quería parar. Y era la primera vez en un mes y medio que le veía reaccionar ante algo.

¿Cómo habíamos llegado a ese punto Heechul y yo?

Hacía escasa media hora había entrado a su cuarto con el gatito que le había comprado en las manos. Quería intentar hacerle sentir mejor... Quería ayudarle. Era mi deber como compañero, como líder, como amigo. O aun más que eso. Super Junior éramos como una familia. Heechul era parte de esa familia.

Pero las cosas no iban a salir como esperaba. En cuanto me vio entrar me miró para ignorarme al segundo.

-Heechul... Mira quien hay aquí.

Tendí mis manos con el pequeño animalito pero no me prestó atención. Entonces lo dejé en el suelo y Heebum, su gato, se acercó a este y lo olisqueó. Luego ambos maullaron y el pequeño se restregó contra los pies de Heechul.

Él la cogió y se lo puso en el regazo mientras lo acariciaba.

-Tendré que pensar un nombre.

-Heechul, tienes que intentar...

-Cállate.

-Pero Heechul.

-¡No quiero escuchar toda esa mierda de nuevo!

-Quizá necesites oírla de nuevo.

-¡No! ¡Lárgate!

-Hangen...-comencé.

-¡No te atrevas a decir nada de él!

En ese momento entró Sungmin.

-Chicos... No peleéis... Hyungs...

-¡¡¡Fueraaa!!!-le gritamos ambos.

El pobre desapareció corriendo. Vamos, en dos minutos desaparecieron todos de casa. Pudimos escuchar como corrían y cerraban la puerta.

-Será mejor que te marches también.-me advirtió.

-No. Tenemos que hablar. Hangeng no va a volver. Y tú lo sabes. ¡Nos ha dejado! ¡Te ha dejado!