día 2: cascabel

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Chat Noir llevaba varios días escabulléndose durante las noches a mirar el balcón de Marinette. Nada de ir a verla, o conversar con ella, solo observar desde el edificio de enfrente.

Marinette ya había escuchado algo moviéndose fuera de su balcón, a los alrededores. Dejó de suponer que era un akuma cuando una noche escuchó un cascabel. Era un sonido muy tenue, casi imperceptible, pero ella pudo oírlo, ¿y cómo no? Lo había escuchado muchas veces antes.

Dejó que el superhéroe rondara todo lo que quisiera, no tenía porqué meterse y quizás estaba ahí esperando algo o a alguien, no era asunto de ella después de todo. Sin embargo, luego de una semana con el mismo asunto, se sintió exasperada. ¿Qué hacía ese gato allí? ¿Estaba buscando molestarla? Pensó que quizás realmente era un akuma, pero ella ya se habría dado cuenta, ¿no?

Una noche, harta de todo el asunto, asomó su cuerpo por la escotilla que daba a su balcón y fijó sus ojos enojados en el chico de traje negro que estaba sentado en el tejado de enfrente. No le importó que fueran cerca de las 2 de la mañana cuando le gritó.

"¿Qué quieres? ¡Llevas días viniendo!" Chat Noir se exaltó en su lugar al oír su voz, casi cayendo del tejado. Se irguió en su lugar tratando de apaciguar su corazón entre asustado y enamorado, fijando su mirada en la chica que había venido a ver todas las noches desde hace semanas. Se sintió descubierto sin saber porqué.

"Hola, princesa." Saludó galante, saltando a su balcón y haciendo una reverencia frente a ella. Se veía bastante enojada y su postura con sus brazos en jarra le recordó mucho a Ladybug. "Nada en particular, ¿por qué? ¿Haz notado mi presencia?"

"¡Claro que lo hago!" Marinette refunfuñó enojada apuntándolo acusatoriamente con el dedo. Tikki le golpeaba las piernas para que se calmara, realmente era una ridiculez, pero ya era muy tarde. "¡Tu cascabel!"

"¿Mi cascabel?" Chat se extrañó al escuchar la acusación tan extraña y tocó el objeto en su garganta, haciéndolo sonar. Marinette salió completamente a la superficie y golpeó el cascabel nuevamente, pero con enojo, haciendo reír a su compañero.

"¡Suena!" El superhéroe realmente se preguntaba si ella estaba siendo irónica o no, pero no quería tentar a su suerte.

"Claro que suena, para eso es." Chat se divirtió viendo como el rostro de la chica se encogía en enojo, frunciendo sus cejas y sus labios. La encontraba linda.

"No seas benevolente conmigo, gato. ¿A qué vienes?" La presencia de su compañera le tenía los pelos de punta hace días. Tikki le había mencionado que necesitaba calmarse y que realmente no era nada muy grave que él viniese a verla -si es que realmente lo hacía- y que quizás ello podría significar que su compañero ya no estaba tan enganchado de su versión moteada como ellas pensaban.

Pero Marinette se negaba a eso.

"No lo soy, princesa." Una sonrisa se deslizó en sus labios, mirando hacia abajo para poder apreciar mejor a la chica. "Venía a verte la verdad, nunca sabes cuándo puedes estar en peligro."

"No seas ridículo, o voy a patearte." Marinette lo golpeó con su dedo índice en el pecho repetidas veces, más enfurecida si era posible. Ese gato idiota la tenía enferma de los nervios, ¡la audacia que tenía!

A Chat Noir le pareció divertida su reacción, pero sabía que no podía engañarla, nunca había podido hacerlo.

"En realidad venía a ver a la chica más linda de París." El superhéroe silbó suavemente tomando un mechón de pelo de Marinette entre sus guantes, viendo como su cara cambiaba radicalmente de expresión. Decidió aguantarse la sonrisa. "No planeaba molestarla así que decidí venir estos días sin que ella se diera cuenta, pero fallé y ahora ella parece enojada conmigo, ¿habré hecho algo mal?"

Marinette sentía su cara caliente, pero su boca seguía fruncida, ahora más parecida en un puchero que en una mueca de enojo. Chat Noir acarició su cabeza y delineó su rostro con la punta de su dedo, esperando una respuesta de su parte. Marinette inclinó levemente su rostro apoyándolo en mano ajena, finalmente cediendo ante las caricias y por ende, ante las excusas estúpidas de él, pero poco le importó. Por su parte, el gato estaba complacido.

Y claro, él nunca hacía nada mal.










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¡Hola otra vez! Vengo a medianoche en punto a dejar el segundo día del reto. Salió medio meh, pero espero les guste uwu.


Próxima actualización: 3 de mayo. 

la princesa y el gato {marichat may 2020}Where stories live. Discover now