20. La verdad tras las palabras.

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"Las traiciones más dolorosas siempre vienen de quien más quieres y de quien menos te lo esperas." —Blaise Zabini

" —Blaise Zabini

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Narra Annie

Las voces se escuchan cada vez más lejos y mi mirada se centra en ese par de ojos azules que tantas noches he mirado con dedicación sin descanso. La única pregunta que rondaba mi cabeza era... ¿Por qué él?

Había confiado en él. Aquel día en la biblioteca cuando pensé que me llegarían a pillar por estar cogiendo un libro de la sección prohibida y él llegó, pensé que era una buena idea tener algo que nos convirtiese en cómplices. Algún secreto que nos haría sentir más unidos.

Pero me había equivocado.

¿Cómo no había pensado antes en las consecuencias que traería el confiar en Draco Malfoy ante un secreto así?

Me sentí mal cuando vi la cara pálida de todos mis compañeros al darse cuenta de lo mismo que yo: estábamos en un grave problema.

¿Éste sería mi fin en Hogwarts?

Conocía a Dolores Umbridge, sabía sobre sus decretos y esto era una causa justificada para expulsarnos a todos los que habíamos formado parte de estas clases clandestinas, así que no había vuelta atrás.

Harry intentó enmendar el castigo que nos caería a todos por participar en esto, pero no sirvió de nada. Umbridge se había quedado con todos nuestros rostros grabados, y juro que pude notar una pizca de diversión y maldad cuando llegó al rostro de una Slytherin y supo que podría manipularme de la manera más cruel que sabía.

Sabía el contacto que tenía con mis padres, sobre todo con mi padre. Él trabajaba en el ministerio y se enteraría más temprano que tarde que su hija había cooperado en ayudar al niño que sobrevivió y lo peor no sería la expulsión, sino lo que me esperaría en casa.

Evité de mil maneras la mirada de Draco, que incluso se intentó acercar a mí, pero logré alejarme rápidamente para que no consiguiese su cometido. No quería saber nada de él, al menos no ahora.

Umbridge ordenó claramente que todos fuéramos a nuestras habitaciones y no saliéramos de ahí mientras que ella pensaba cuál sería el castigo apropiado para cada uno de nosotros. Mis piernas temblaban paso tras paso, mi cabeza estaba gacha y no escuchaba las voces a mi alrededor.

Como la única Slytherin, cogí sola la dirección hacia las mazmorras y en mi mente se reflejó la mirada de un Harry arrepentido y apenado, intentando disculparse con la mirada hacia todos los que le habíamos ayudado a aprender.

Yo no lo pensaba así. Harry era el que nos había ayudado a todos nosotros a aprender hechizos que, si llega a ser por el ministerio y las reformas escolares, jamás seríamos capaces de realizar. Pero sobre todas las cosas sentía cómo me había ayudado a mí y me sentía agradecida por ello.

𝐋𝐎𝐒𝐓 | DRACO MALFOY | PRIMER LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora