❀Esperaza❀

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Jimin todavía cuidaba de Yeontan, más por costumbre que por otra razón, ya que Taehyung había demostrado poder hacerce cargo de sí mismo.

Así que un día, Jimin apareció en la puerta del departamento, con el perro Pomerania en sus brazos y lágrimas en los ojos.

Jungkook lo miró confundido. 

—¿Qué pasa? — preguntó, ya que el chico no le había dicho nada. 

—Vengo a devolver a Tannie, creo que es momento para que esté con ustedes. 

Le entregó el animal a Jungkook, quien la acarició un par de veces antes de dedicarle una sonrisa a Jimin. 

—¿Quieres pasar a quedarte un rato? —ofreció el castaño. 

Jimin entró al departamento, por primera vez desde hacía meses, desde aquel día en que entró sin permiso para rescatar a Yeontan, cuando Taehyung estaba tan depresivo que ni siquiera tenía fuerzas para darle atención a su perrito.

—Taehyung está en el cuarto, lo llamaré para tomar un café los tres —Jungkook cerró la puerta, dejando al perro en el suelo—, ¿O quieres un té? ¿U otra cosa?

Jimin se encogió de hombros, miró su celular, sentándose en el sillón. Al ver el interés del chico, Jungkook se dirigió al dormitorio. 

Taehyung llegó a la sala cuando Jungkook terminaba de servir el té en las tazas, se sentó en el sillón individual, dejando las muletas a un lado, él permaneció en silencio, acariciando a Yeontan mientras escuchaba a Jungkook y a Jimin hablar entre ellos, tomando su té con tranquilidad. 

—Tannie te extrañaba mucho —dijo Jimin, luego de unos segundos en silencio. 

Taehyung alzó la vista para mirarlo, sin dejar de acariciar al perrito. 

—Solía llorar todas las noches mirando la puerta.

Taehyung miró a Yeontan de nuevo, echo un ovillo en su regazo, parecía que dormía. 

Pensó en todo lo que dejó de lado, y en que no recordaba el día específico en que Jimin se había metido en su departamento para llevarse al animal. 

—A pesar de que lo dejé de lado me sigue queriendo —dijo por la bajo Taehyung, aunque los dos chicos lo escucharon perfectamente—. Entiendo porqué dicen que los perros son tontos.

Jungkook miró al pelinegro atentamente, casi parecía enojado por esas palabras. 

—Al contrario, Taehyung —dijo Jungkook, en un tono más duro del que quería—; Yeontan es tan inteligente que él te quiere porque sabe que detrás de todo, sigues siendo el mismo.

Taehyung no pudo contestar con nada, solo miró los ojos oscuros de Jungkook, casi con impotencia. Jimin se sintió incómodo, así que dió un último y largo trago a su café y se levantó apurado luego de ver un reloj invisible en su muñeca.

Se despidió hablando tan rápido que solo entendieron el "Hasta luego" que dijo antes de cerrar la puerta. Luego de un minuto en silencio, Jungkook soltó lo que ya no podía guardarse. 

—Creí que ya habías superado esa actitud. 

—¿La realista? —dijo Taehyung. 

Jungkook suspiró, mirándolo. 

—Sabes de lo que estoy hablando, Taehyung

—Que dejara de mostrar esa actitud no significa que la haya superado. A demás, ¿Desde cuándo reaccionas así? Últimamente estás diferente...

La imagen de cuando Jungkook rompió en llanto cruzó por la mente de los dos. 

—¿Quién lo diría? El que no ha cambiado...

Taehyung frunció el ceño. 

—¿Jungkook? ¿Qué mierda te está pasando? 

—¿Tendría que pasarme algo?

"Mierda santísima" pensó Taehyung. 

—Dime, ¿A tí te pasa algo para estar así? —continuó Jungkook, tenía el rostro encendido en enojo, y los ojos inyectados en lágrimas. 

—¡Claro que sí! —Yeontan se despertó con el grito,saltando del regazo de Taehyung—, ¡Mi novio se habla con el chico que mató a mí ex-novio! Y en verdad, si tengo superado un poco mi odio a Jimin luego de la charla en el parque, la cual tú habías organizado...

—¿Estás celoso, Taehyung?

Taehyung se mordió el labio inferior antes de contestar.

—Sí.

—¿De Jimin? 

—¿Qué parte de que él era amigo con derecho de mí ex-novio no se entendió? No tengo mucha confianza con él desde que lo sé. 

—Taehyung, yo jamás te haría algo así —dijo Jungkook, casi parecía ofendido—. Tal como SeokJin tampoco lo hizo. 

Taehyung se quedó callado, miró abajo de la mesa ratona, donde Yeontan estaba sentado, mirándolos casi con miedo. El pelinegro tomó al perrito, acunandolo en su pecho. Vió a Jungkook suspirar, luego como se frotaba los ojos, intentando disimular cómo se secaba las lágrimas. 

—Los médicos me dijeron que a mi hermano le quedan pocos días —dijo, con la voz ronca, mirando su taza de té.

Taehyung se quedó en silencio. 

—Por un lado es bueno, él no sufrirá más en este mundo —continuó Jungkook—, y logrará lo que siempre quiso, morir.

Taehyung no pudo salir del silencio, alcanzó a tomarla mano de Jungkook, acariciándola con el pulgar.

El pelinegro comprendió el estado sensible de su novio con esa noticia.

Por más que parezca que una persona no te importa, aún así te afecta. Y eso era lo que estaba pasando con Jungkook y su hermano, por más que el castaño pareciera que había superado el estado de su hermano, el hecho que siguiera respirando pero sin vivir; aún no había muerto. 

Taehyung creía que Jungkook todavía tenía esperanza, tal como se la había demostrado a él cuando le dijo que iba a hacer que tuviera ganas de vivir. 

La esperanza es lo último que se pierde, pero a la vez, lo que más duele cuando se va.

Taehyung lo dejó llorar, se sintió mal al no poder parase y abrazarlo, en parte por su pierna y en parte por Yeontan en su regazo.




❀ live ❀『 Kth +Jjk 』Where stories live. Discover now