❀Una más pt. 2❀

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Jungkook caminaba nervioso por la sala de estar, mirando cada tanto a la puerta al final del pasillo, hacia el dormitorio donde Taehyung se había encerrado.

Con manos temblorosas, tomó su celular y marcó el contacto de la única persona con la que podía hablar de lo que había ocurrido.

—¿Hola? 

—J-Jimin... —Jungkook apretó los puños, en un inútil intento de controlarse—, l-la cagué, ¿Po-podrías venir un momento? 

—Kook, claro que sí. Estaré allí en dos minutos. 

—Te espero abajo. 

Jungkook cortó, mirando la puerta del cuarto con impotencia. No sabía bien cuándo le había dado permiso a su boca para decir esas palabras. O qué tan idiota era su cerebro para pensar en algo así. 

Un sollozo escapó de sus labios, acunando su rostro en sus manos, intentó calmarse. Sintió unas patitas correr a su alrededor, se limpió los ojos para ver al pequeño perrito a sus pies.

—¿Quieres venir conmigo? 

Jungkook tomó la correa de uno de los cajones de la cocina, enganchando el collar, abrió la puerta para salir al exterior, bajando las escaleras con Yeontan a su lado.

(...) 

—¿En serio crees que te quiere? —la voz de su padre se escuchaba gritando en su cabeza—. No crié a un hijo tan... ¿Crees que eso es amor? 

Taehyung recordaba esas palabras, del almuerzo de Navidad. Del día en que sus padres lo echaron de casa cuando les presentó a SeokJin. Sabía que su padre había apuntado a SeokJin desde el otro lado de la mesa.  Pero en su mente sólo pasaban imágenes de Jungkook. 

¿En que momento Jungkook lo quiso?

¿Cuándo se enamoró de él tanto como él lo estaba? 

Taehyung no podía evitar preguntarse. 

¿Jungkook realmente estaba enamorado de él?

¿Quién va a querer una molestia? ¿A un inútil cómo él?

¿Las sonrisas de Jungkook eras reales? 

Nada podía ser tan perfecto.

¿Vas a elegir a ese chico antes que tus padres? 

Entre todo el caos de sus lágrimas, Taehyung pudo ver lo único que era en verdad perfecto en este mundo. Lo que más quería. Lo que ya no tenía.

Kim SeokJin.

¡Largo! ¡Fuera de esta casa! 

De pronto Taehyung se dió cuenta que quizás Jungkook no era el único que fingía. Él seguía amando a SeokJin. En su cabeza, todo tuvo sentido. Si SeokJin se había llevado su corazón, ¿Con cuál podría amar a Jungkook?

Entre sus lágrimas, vió el gran espacio abierto, el cementerio parecía un parque salpicado de lápidas. Siguió hasta la que ya conocía, aquella donde, tallado en la piedra y con una flor seca a su lado, estaba el nombre de Kim SeokJin.

¡No quiero volver a verte, Kim Taehyung! ¡Desde hoy ya no eres mi hijo! 

Callendo de rodillas frente a la lápida, Taehyung vió el nombre en la lápida cambiar lentamente, y la flor seca pasó a ser un ramo de tulipanes.

Frente a él, tallado en piedra, estaba su nombre.

¡Muerto, Taehyung! ¡Muerto! ¡Estás muerto para nosotros!

—Padre siempre había tenido razón. 

Él siempre había estado muerto.

(...)

Por más que se había aguantado las ganas de llorar, y había bajado las escaleras con una expresión dura, en cuanto Jungkook vió a Jimin, no pudo evitar comenzar a llorar de nuevo.

Consolado entre los brazos de su amigo, balbuceó algunas cosas hasta que Jimin tuvo que separarse para decirle que se calmara.

—¿Quieres caminar un rato? ¿Respirar un poco de aire? 

Jungkook asintió repetidas veces.

Jimin tomó la correa de Yeontan antes de empezar a caminar por las calles, vacías a esas horas de la noche. Jungkook le contó entre balbuceos y sollozos lo que Taehyung le había dicho, y cómo la había cagado al darle a entender a él que no lo quería.

—Pero lo quiero, Jimin... Claro que lo quiero, lo amo, pero... 

El mayor lo abrazó, acariciando el cabello castaño de Jungkook.

—No la cagaste, Kook, eso no tiene nada de estar cagado —dijo Jimin, con voz sueve y tranquilizadora—. A Taehyung le dolió, no voy a mentirte, pero no es nada que no pueda Arreglarse, no importa el pasado, y si lo quisiste o no antes; lo quieres ahora, en este momento, eso cuenta. 

Jungkook asintió sobre el pecho de Jimin, sonriendo un poco entre sus lágrimas, el mayor sacó unas servilletas de su bolsillo y se las extendió a Jungkook, quien se limpió el rostro y se sonó la nariz ruidosamente.

Jungkook le dedicó una sonrisa de disculpa y guardó las servilletas en su bolsillo para tirarlos luego.

—Perdón si te he molestado a estas horas —Jungkook se dió cuenta lo tarde que era, y que Jimin parecía estar vistiendo un pijama bajo su abrigo.

—No, no —Jimin negó—, necesitabas a alguien. Y fuí yo quien te dijo que hablaras con Taehyung, está bien que me dijeras. 

—Gracias, hyung. 

Jimin sólo sonrió.

(...)

Sentado en su cama, Taehyung no era capaz de pensar claramente, sólo podía sentir el dolor en su pecho, las lágrimas nublando su vista y sus pensamientos. Su mirada se dirigió hacia el armario, donde, en el último estante tras unas cajas de zapatos, estaban los medicamentos. Aquellos antidepresivos que en un momento lo hicieron sentir bien.

¿Podrían funcionarles de nuevo?





❀ live ❀『 Kth +Jjk 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora