❀ live ❀『 Kth +Jjk 』

❀JinAh❀

Unos pasos apresurados se escucharon en la sala de espera, la joven mujer se acomodaba su pelo liso e inflado con la humedad, de la mejor forma que podía pero sin resultados. Maldijo cuando uno de sus cabellos largos se enredó en su anillo.

Llegó al mostrador de la sala de espera y le dedicó una sonrisa amable a la señora, con expresión seria; disimulando su anillo enredado apoyando su mejilla en su mano.

—Buenos días, soy Won JinAh, psicóloga, vengo a dejar una confirmación de que Kim Taehyung va a ser tratado por mí persona —habló, buscando en su bolsillo con su mano libre el papel que había escrito, firmado y sellado. La mujer lo tomó, mirándolo un momento.

—Bien —dijo simplemente.

—¿Podía visitar al joven Kim? —La mujer asintió.

—Habitación 28 —dijo, antes de tomar una revista e ignorar a la chica de nuevo. JinAh masculló un "Gracias" y al girarse rodó los ojos con cansancio. Caminó casi sin rumbo por los pasillos del hospital, mientras se terminaba de desenredar el anillo del cabello. 

Luego de cansarse de buscar la habitación, tomó su celular con un suspiro y marcó a la única persona que tenía esperanza de que esté allí. 

—¿JinAh? 

—¡Jimin! ¿Qué tal? 

—Eh... ¿Bien? 

—Sé que normalmente eres tú quién me llama, pero, estoy perdida en el hospital intentando encontrar la habitación de Tae, ¿Me ayudas? —Escuchó murmullos del otro lado de la línea, se apoyó en la pared mientras esperaba que Jimin contestara.

—No estoy en el hospital en este momento, JinAh, lo siento —dijo—. No podré ir, pero dime dónde estás y enviaré a alguien a buscarte. 

JinAh asintió.

—Bien, estoy frente a una puerta que dice "Privado", cerca hay una máquina expendedora y al fondo del pasillo hay un cartel que dice "Maternidad" y una fle... —JinAh frunció el ceño al escuchar los sonidos al otro lado de la línea, y la conversación se le hizo incómodamente graciosa —¿Jimin? ¿Estoy interrumpiendo algo? 

Los besos del otro lado fueron callados con la voz de Jimin, unos segundos después, este volvió a colocarse el teléfono junto al rostro para hablar.

—No, no, no es...

—Siempre con protección, tigre —dijo JinAh, con una pequeña risa.

Jimin suspiró pesadamente.

—Jungkook irá a buscarte en un momento, adiós. 

Jimin cortó sin más, y la chica no pudo evitar comenzar a reír. Unos minutos después, un muchacho castaño y alto apareció en el pasillo.

—¿Jungkook? —preguntó la chica, el chico asintió—. Un gusto —estiró la mano hacia él, miró con curiosidad las manos de Jungkook, al notarlas más delgadas que las suyas.

—Ibas por el lado contrario —dijo Jungkook, una vez que habían empezado a caminar hacia la habitación de Taehyung. JinAh miró al castaño, su postura y forma de caminar, analizándolo. 

Al ver que la chica no hablaba, Jungkook miró por sobre su hombro.

—Veo que has pasado mucho tiempo en este hospital —dijo, y a Jungkook le pareció algo raro. Los ojos de JinAh viajaron desde los pies de Jungkook hacia su rostro.

—Caminas muy seguro por estos pasillos —dijo la chica—. También supiste exactamente dónde estaba.

Jungkook sólo se quedó en silencio, y sin decir nada, continuó caminando.

Al llegar a la habitación con el número 28 en ella, el castaño abrió la puerta, dejando pasar a JinAh primero. El pelinegro alzó la vista desde la camilla.

—¡V!

Taehyung sonrió, se acomodó en la camilla para sentarse más derecho. JinAh lo abrazó con fuerza. 

El pelinegro vió el ceño fruncido de Jungkook por sobre el abrazo de JinAh, no pudo evitar reír un poco ante los celos de su novio. Cuando la chica se separó, arrastró la silla junto a la camilla.

—¿Cómo estás? —preguntó con una sonrisa. Taehyung abrió la boca para hablar, pero luego sus ojos viajaron a la presencia de Jungkook. 

JinAh de giró para ver al castaño, dedicarle una sonrisa y decir: 

—Lindo conejito, ¿Podrías dejarnos solos un momento?

Jungkook alzó una ceja, pero no se apreció bien el gesto por su flequillo, aún así, Taehyung lo notó y se mordió el labio para ocultar una risita. Luego el castaño sólo asintió y salió de la habitación.

—¿Te diste cuenta que lo estás poniendo celoso? —dijo Taehyung cuando JinAh se volteó hacia él, la chica asintió con una sonrisa. La pregunta de Taehyung era algo retórica, JinAh había tomado lecciones para leer el lenguaje corporal, comprendía a otras personas mejor que ellas mismas y podía predecir qué cosas podría hacer alguien fácilmente.

—Por supuesto, creo que no le agrado mucho —comentó.

—Sin duda eres muy especial —dijo Taehyung —, a Jungkook le caen bien todos. 

JinAh hizo silencio, esperando que el pelinegro siga hablando.

—Aunque creo que no quería mucho a Jimin al principio tampoco, pero ahora son buenos amigos. 

—¿Y tú? ¿Qué tal tus amigos? 

Taehyung rió un poco.

—Casi completo una mano si los cuento, nunca tuve tantos. 

JinAh sonrió, de alguna manera se sentía orgullosa por él. La psicóloga tocó el yeso de la pierna de Taehyung, lo miró exigiendo una explicación. 

El pelinegro suspiró.

—Parece que hubieran pasado años —dijo—. Dentro de un mes o dos me lo quitarán, depende de si curó más rápido o no. Extraño caminar, JinAh, nunca pensé que me cansaría de estar acostado.

—¿Y cómo te cuidas? —preguntó con voz tranquila.

—Yo no hago mucho, Jungkook se encarga de mí. 

—¿Y cómo te sientes con eso? 

Taehyung se mordió el labio, odiaba decir la verdad.

—Que él me ha ayudado más de lo que yo lo he hecho —dijo—, tengo miedo de no ser suficiente. Él... En serio es la persona más generosa que he conocido en mi vida. Todos los días se empeña en que yo esté bien, y no tengo ni idea de cómo devolverle todo lo que ha hecho por mí, estoy intentando ser menos egoísta, no quiero lastimarlo porque es la mejor persona que he conocido desde...

Taehyung miró con ojos nublados a JinAh, la chica quería que siguiera hablando.

—Desde SeokJin. Quiero curarme, sentirme mejor, para que él no sufra por mí —terminó.

JinAh asintió, una sonrisa se formó en sus labios.

—Lo estás haciendo bien, Taehyung —dijo, en tono casi maternal—. Ahora puedes decirle a tu novio que deje de intentar escuchar la conversación tras la puerta y puede pasar.

Taehyung frunció el ceño, y como si lo hubieran llamado, Jungkook abrió la puerta, con las mejillas rojas por la vergüenza y una leve sonrisa.

—No escuché nada —dijo algo bajo.

—Ajám —dijo la chica, en tono duro—. Tengo que irme, V, me encantó verte —sonrió—. Después te paso la cuenta de esta sesión. 

Taehyung no pudo evitar comenzar a reír, pero la expresión seria de JinAh lo obligó a callarse.

—Envíale mis saludos a Jimin, estaba algo ocupado cuando le llamé —la sonrisa pícara hizo que ambos chicos se dieran cuenta qué había pasado. La chica abrazó como despedida a Taehyung y luego le exigió a Jungkook que la llevara de regreso a la entrada del hospital, con la excusa de que no tenía tiempo para perderse.