❀Libre❀

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Los días parecían pasarse más rápido.

Taehyung mejoraba cada día, física como mentalmente, y JinAh se lo confirmaba a Jungkook luego de cada sesión. Por su parte, el castaño no podía estar más aliviado y orgulloso por su novio, y se lo recordaba cada vez que podía. Y no fue sino hasta tuvieron que regresar al hospital para remover el yeso de la pierna del pelinegro, que se dieron cuenta que las cosas habían pasado bastante rápido. 

Ese día, Jimin y Hoseok acompañaron a Jungkook y a Taehyung al hospital, con intención de al salir, ir a cenar en lo que Jimin había nombrado "una cita doble"

—Puedes caminar sin muletas con la bota —le dijo el médico—, claro que no te recomiendo que lo hagas todos el tiempo, menos los primeros días. Vuelve en una semana, hasta entonces debes usarla el mayor tiempo posible, puedes quitártela para dormir, con el paso del tiempo vas a poder usarla menos tiempo, pero por ahora tenla siempre puesta. 

A pesar de que no había mucha diferencia entre la bota y el yeso, ya que ambos pesaban casi lo mismo, y Jungkook tendría que usarla casi todo el día; se sentía libre.

—Mientras no apoyes todo tu peso en esta pierna puedes estar parado sin la ayuda de las muletas.

Taehyung quiso ponerlo en práctica, así que le pidió a Jungkook que lo ayudara a bajar de la camilla, con las manos aferradas a los hombros del castaño, el pelinegro se sintió algo extraño al pararse, no habían pasado más de unos meses sin hacerlo, pero se sentían casi como años. 

No pudo evitar preguntarse cómo el Taehyung del pasado no valoraba algo tan simple y cotidiano como ponerse de pie.

—Hasta Taehyung es más alto de tú, Kook —dijo Hoseok, intentando aguantar una carcajada. El comentario hizo reír a Taehyung y a Jimin, pero al castaño no le hicieron gracia y miró al pelirrojo con el ceño fruncido y los cachetes inflados de enojo. 

Al ver que Hoseok estaba grabando con su celular, Jungkook se obligó a no golpearlo.

—¡Eres tan adorable enojado! —añadió, acercando el celular al rostro de Jungkook. El castaño se volteó para ignorar a Hoseok, pero encontró a Taehyung con una sonrisa divertida en el rostro, el pelinegro apretó las mejillas de Jungkook.

—Igual, Hobi tiene razón —dijo. Al salir del hospital, los cuatro subieron al auto de Jungkook, y con Hoseok y Jimin cantando a todo pulmón toda canción que sonara en la radio, Jungkook manejó hasta salir de la ciudad.

Taehyung reconoció el camino en cuanto el auto pasó de la ruta de cemento a un camino de tierra y arena. El auto estacionó a unos metros del restaurante, apagando el motor y cortando la música automáticamente, pero los dos chicos en el asiento trasero no les importó y continuaron cantando.

— Dios santísimo —rogó Jungkook.

—Por eso son tan para cual —comentó Taehyung. 

Algo desesperado para que se callen, Jungkook apretó la bocina del auto hasta que los dos chicos lo miraron con algo de miedo.

—Bajen —dijo el castaño —, ahora mismo.

Sin decir nada, Jimin y Hoseok bajaron para ir directamente hacia donde cenarían. 

Taehyung soltó una risita por esa escena inesperada que su novio había hecho. Jungkook parecía tener toda la paciencia del mundo, pero esa pareja actuando como niños lo sacaban de quicio. Ante la risa del pelinegro, Jungkook dejó su rostro serio para reír también.

—¿Quieres caminar o que te cargue en mi espalda? —preguntó Jungkook. Taehyung lo miró un momento, antes de abrir la puerta y apoyar el pie con la nota en la arena. 

El suelo del hospital se le hacía demasiado duro y no había podido hacer más de tres pasos por el dolor; pero la arena era más suave y se hundía bajo su peso, y no sintió nada al apoyarse en ella.

—Creo que caminaré —dijo—, pero quédate a mi lado —pidió. Jungkook sonrió, antes de bajarse y rodear el auto para llegar junto a Taehyung. 

Lo ayudó a levantarse del asiento, y tomó las muletas antes de cerrar la puerta y volver al lado del pelinegro, para caminar al ritmo de Taehyung hasta entrar al lugar. No habían terminado de cruzar el umbral de la puerta que un guante de cocina golpeó la cabeza de Jungkook.

—¿Qué-? 

—¿Tú fuiste el idiota que quería molestar con esa estúpida bocina? —Yoongi no lo dejó hablar. Jungkook miró hacia Hoseok y Jimin, quienes se cubrían la boca para no reír.

—Ell- 

—¿Qué no entiendes que rompes la paz que hay en este lugar con ese enfermizo ruido? —Yoongi lo interrumpió de nuevo.

—Cálmate, amigo —la voz de Namjoon sé escuchó desde la cocina.

Yoongi se giró para mirar a la puerta de la cocina—, ¿Vas a apoyar a Jungkook? 

Nadie dijo nada por unos segundos, hasta que Namjoon salió de la cocina, secándose las manos con una pequeña toalla, miró a Jungkook con el rostro serio.

—En serio te encanta molestar para hacer todo ese ruido —dijo, mirando al castaño, para risa de los demás, Jungkook no pudo evitar reír y Namjoon tenía una sonrisa cómplice en el rostro, sólo Yoongi conservó la seriedad, ya que parecía que le había molestado de verdad el tema de la bocina.

—Ve a sentarte —ordenó el mayor, aún serio—, y espero que comas toda la comida —añadió, y miró por sobre su hombro a los otros dos chicos, sentados en una mesa—. ¡Ustedes también! 

Luego de cenar, los chicos hablaron un rato, hasta que la noche había caído por completo. 

Al ver a Taehyung mirando continuamente hacia afuera, Jungkook tocó su brazo para preguntarle si quería salir un rato, a lo que el pelinegro no se negó. Ninguno quiso acompañar a la pareja, pero el guiño que le había dedicado Hoseok a Jungkook cuando salían le dió a entender que querían que se tomaran su tiempo. 

Jungkook llevó los muletas sólo por si acaso, pero Taehyung parecía caminar perfectamente en la arena. 

Jungkook lo miró un momento de espaldas, el cómo su pelo se camuflada con la oscuridad del cielo, y de no ser por el reflejo de la luz de la luna, casi desaparecía. 

El castaño caminaba despacio, casi disfrutando de cada paso. Se volteó para encontrar la mirada de Taehyung sobre él, el pelinegro sacó su mano de su cálido bolsillo para estirarla hacia su novio, que no tardó en tomarla, colocándose a su lado, entrelazando sus dedos.

Ya más alejados de dónde estaban el resto, Taehyung pidió que se detuvieran, a lo que Jungkook no se negó, comenzaba a molestarle la pierna y no quería llegar al punto de no poder caminar. Aprovechando al mantener su peso en una pierna, Taehyung se reclinó sobre Jungkook, apoyando su cabeza en el hombro de su novio.

—Extrañaba caminar —confesó, mirando las olas romper en la orilla, a unos metros de donde estaban. Jungkook no dijo nada por un par de segundos.

—¿Extrañas otras cosas, también? —Taehyung pensó un momento.

—Sentirme tan bien, supongo —dijo, a lo que Jungkook no pudo evitar sonreír.

El castaño recorrió la mejilla de Taehyung como una caricia, para llegar hasta su mentón y alzar su rostro para depositar un beso en sus labios. Jungkook notó a Taehyung sonreír bajo sus labios.

—Sí —dijo Taehyung al separarse—, hacía mucho que no me sentía tan bien.






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