❀Gracias❀

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Jungkook manejaba con tranquilidad camino hacia el mirador de estrellas, con Taehyung dormido en el asiento del copiloto.

Esa noche harían una cena, la de bienvenida que no pudieron hacerle en su momento, y había sido idea de Hoseok de hacerlo en ese lugar, ya que sabía cuánto le gustaba. Jungkook dió un vistazo a su derecha, viendo a Taehyung apoyando la cabeza en el vidrio entre sueños. El castaño pensó que su novio era bastante parecido a un león, en el sentido que Taehyung podía dormirse en cualquier posición.

Volvió la vista a la carretera, viendo el cielo teñirse naranja por el atardecer. Sin querer, las palabras de JinAh, luego de la sesión regresaron a su cabeza:

—Si Taehyung volviera a tener un episodio como el de las pastillas... Sólo quedaría internarlo en un hospital psiquiátrico.

Y la simple idea de dejar a Taehyung en un lugar así lo aterraba. Jungkook no le había dicho nada al pelinegro al respecto, y no pensaba decirle tampoco. Probablemente se lo comentaría a Jimin cuando lo viera en la cena, pero no se lo diría a nadie más.

En cuanto entraron al camino de tierra que llevaba al mirador y el auto pasó sobre el primer bache, Taehyung despertó de golpe y miró confundido al rededor.

—Buenos días —dijo Jungkook, con una pequeña sonrisa. 

Taehyung no contestó, se frotó los ojos y bostezó, antes de entrecerrar los ojos para intentar reconocer el lugar.
Al ver que faltaba poco, permaneció despierto, mirando el camino. Se sorprendió un poco al ver que todos los invitados ya estaban allí, habían colocado una mesa amplia sobre el suelo de madera, que ya estaba repleta de comida. Todos saludaron con grandes sonrisas cuando el auto pasó, estacionando algo alejado bajo un árbol. 

Jungkook bajó rápido para esperar a Taehyung, rodeando el auto para llegar a su lado. 

El castaño notó que Taehyung no había dejado de sonreír desde que había visto a todas las personas en la mesa, no sabía si él se había dado cuenta, ya que no era un secreto que su novio era de las personas más serias del mundo. Aún así, la sonrisa de Taehyung sólo se hacía más grande conforme iba saludando a todos, y para más sorpresa, con un cálido abrazo.

—Hay mucha comida —comentó el pelinegro cuando se sentó. —Yoongi dice que todos estan demasiado delgados —comentó Namjoon.

—Tú también, además tú lo dijiste primero —dijo el nombrado.

—Vivo comiendo tu comida desde hace años y no he engordado, nací para ser delgado, supéralo —dijo Namjoon, en tono cansado, como si ya hubieran tenido esa conversación mil veces.

Taehyung soltó una ligera risa por esa pequeña discusión. Pasaron varios minutos hablando de banalidades mientras comían, la cena se alargó bastante ya que cada vez que NamJoon veía el plato de alguien vacío volvía a servirle, sin darle tiempo a negarse.

Había llegado al punto de discutir con Jimin por unos cinco minutos cuando el castaño dijo que ya estaba lleno, y NamJoon se había ofendido afirmando que realidad no le había gustado la comida de Yoongi. No fue sino hasta que el mayor se cansó de servir, y luego de que Yoongi le dijera varias veces que dejará de molestar con la comida que los platos quedaron finalmente vacíos. Mientras Hoseok, Jimin y Jungkook ayudaban sirviendo "jugo" en los vasos, ya que el olor a alcohol se podía sentir desde la distancia, Taehyung hablaba con Namjoon a cerca del libro que estaban leyendo en ese momento.

—¡Paren su charla intelectual para beber! —los interrumpió Jimin, ofreciendo los tragos a ambos, aunque de forma algo torpe, y Taehyung supo que su amigo ya había estado bebiendo. Tomando el vaso, lo llevo hasta su rostro para olerlo, haciendo una mueca al sentir el fuerte olor del vodka. Recordó lo que había dicho JinAh unos días atrás de su botella de vodka y supuso que el trago había sido un consejo de su querida psicóloga, ya que Jimin no era de beber, principalmente porque él sabía que era bastante torpe sobrio, lo era mucho más estando ebrio.

—¡Ahora, muchachos! —dijo el castaño con alegría —¡Un brindis! ¡Por V! —apuntó su vaso medio vacío hacia Taehyung. El pelinegro se golpeó el rostro generosamente con su mano ante ese apodo. ¿En que momento JinAh se había apoderado del cuerpo de Jimin? Aunque sabía que el chico buscaba molestarlo con ese estúpido apodo, Taehyung no se sintió molesto, en cambio, rió un poco por el estado de Jimin, considerando que seguramente el chico no había tomado más de un vaso y medio como mucho. Sintió una mano en su hombro y alzó la vista hacia un sonriente Jungkook. 

—¿Algunas palabras? —dijo el castaño. 

Taehyung lo pensó un segundo antes de levantarse, apoyando su cuerpo en una muleta mientras se sostenía de Jungkook con el otro brazo. Vió a todos y no pudo evitar sonreír.

—Prefiero hablar estando consciente de lo que digo antes de beber... Esto —alzó el vaso, Namjoon asintió con aprobación. —Gracias —dijo—, parece una palabra muy común, pero hay otra que describa mejor lo que siento. Namjoon, Yoongi —dijo, ambos lo miraron con atención—. Los conozco desde hace muy poco, pero en serio los aprecio muchísimo, fueron... Son unas muy buenas personas conmigo. Y espero una gran amistad con ustedes. Gracias.

Ambos chicos asintieron, con sonrisas complacidas. 

Los ojos de Taehyung se dirigieron al pelirrojo.

—Hoseok, Hobi —dijo—. Siempre te preocupaste por mí, incluso cuando apenas me conocías. Sé que eres como un hermano para Jungkook, y me encanta considerarte como mi cuñado. Además de que me has acompañado al hospital, dejas que vengamos a este lugar. El mirador se volvió mí lugar favorito en todo el mundo. En serio, gracias.

Los ojos de Taehyung continuaron hacia Jimin, quién parecía tener los ojos nublados, que podría ser por el alcohol, por las palabras bonitas del pelinegro, o por ambas.

—Minnie —comenzó Taehyung—, supe que eras un idiota el día en que te conocí. Y llegué a odiarte varias veces, por mucho tiempo. Enserio te odiaba.

Jimin comenzó a correr sus lágrimas rápidamente, queriendo simular que ellas no estaban allí. 

—Pero a pesar de todo lo que yo podía odiarte, tú nunca lo hacías —continuó—, nunca odias. Ni siquiera a la persona que te trató tan mal, la que rechazó tu remordimiento una y mil veces, la que te mandó a la mierda cada vez que te veía. Aún así seguías ayudándome, a pesar de toda la mierda que te tiraba, tú fuiste quién me busco ayuda, tú fuiste quién cuidó de todo lo que yo no podía cuidar... — la voz de Taehyung sonó quebrada—. Y comprendí, Jimin, que el idiota era yo, y que tú eras todo menos eso.

Jimin se había rendido en ocultar sus lágrimas, en cambio se cubría el rostro.

—Y que no fue tu culpa, Minnie — dijo Taehyung con lágrimas rodando por sus mejillas.

Su tono había sido suave y sincero, esas eran las palabras que Jimin había necesitado durante mucho tiempo, y fue cuando las escuchó que terminó por romper en llanto. Luego de un momento, el castaño caminó hacia Taehyung sólo para abrazarlo por sobre los  hombros, y ambos hablaron al mismo tiempo: —Gracias.






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