Halo ||Draco Malfoy||

||Capitulo Dos||

 →𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬, 𝟏𝟗𝟗𝟏.

—Ya hemos llegado —los cuatro miraron por la ventanilla antes de bajarse del tren—. No me lo puedo creer.

—Es increíble, ¿eh?

—A ver, los de primer año. Por aquí, por favor —un hombre gigantesco comenzó a llamar a todos los alumnos nuevos—. ¡Vamos, los de primer año por aquí, no seáis tímidos! ¡Vamos, rápido! — en un abrir y cerrar de ojos, todos estaban fuera del tren—. Venid, hay que coger los botes.

—Los... ¿Botes? —ambas chicas se miraron, y se encogieron de hombros. Comenzaron a caminar detrás de aquel hombre—. Me va el corazón a mil.

—Ya... A mí me pasa lo mismo —admitió Max—. ¿Tienes alguna preferencia?

—Toda mi familia ha formado siempre parte de Slytherin —comentó la morena—. Y quiero ir ahí.

—La verdad, te pega bastante —Kiara le miró, y Max se encogió de hombros—. ¿Qué? Es cierto.

—¿Y tú?

—Al mismo sitio —la pelirroja sonrió—. Mi hermano también está allí, nunca viene mal un poco de apoyo.

—Los míos también.

—Entonces estaremos bien si acabamos en Slytherin.

—Seguro que sí —a lo lejos, pudieron ver a Draco caminar junto a otros dos chicos—. ¡Blaise! —el chico se giró al escuchar su nombre—. ¿Vienes con nosotras?

—Claro —les regaló una sonrisa amable.

—Estábamos hablando sobre la casa en la que queremos estar —comentó Max.

—Yo quiero ir a Slytherin.

—¡Como nosotras! Sería una fantasía que entrásemos ahí los tres.

—No creo que el sombrero dude sobre donde meternos, ¿no creéis?

—Mis hermanos me dijeron antes de venir, que siempre tiene en cuenta tus preferencias.

—Entonces no tenemos que preocuparnos. Yo siempre he oído que es la "casa de los malos" —Max hizo una mueca de disgusto, y unas comillas con sus dedos—. Pero yo no lo veo así, no sé.

—Supongo que tendremos que averiguarlo por nuestra cuenta —llegaron al lago, donde les esperaban los botes para poder llegar al castillo. Cuando se montaron, Kiara no podía dejar de mirarlo todo a su alrededor. Era increíble.

—Madre de mi vida —murmuró Max—. Es...

—Impresionante —Zabini terminó la frase por ella.

—No veo el momento de empezar a vivir esto —dijo Kiara—. Por Merlín, va a ser espectacular.

Una vez que llegaron a la orilla, se bajaron de los botes para acto seguido entrar en el castillo.

—Qué pasada.

—Me va a costar acostumbrarme a esto, y no perderme cada vez que tenga que ir a clase —dijo Kiara.

—Creo que estamos en las mismas, Ki.

Subieron las escaleras, y al final, les esperaba una mujer.

—Bienvenidos a Hogwarts —todos los niños que estaban ahí y que formaban aquel gran grupo, notaban como sus nervios crecían cada vez más—. Bien. En breve atravesaréis estas puertas para reuniros con vuestros compañeros. Pero antes de eso... Se os seleccionará para vuestras casas —los tres se miraron entre ellos—. A saber, Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw, y Slytherin —la mirada de aquella mujer se posó sobre Draco, que miró a sus acompañantes con una sonrisa socarrona sobre sus labios—. Mientras viváis aquí, vuestra casa será vuestra familia. Vuestros triunfos serán puntos para vuestra casa, y cualquier infracción hará que los perdáis. Al final del año, la casa con más puntos será galardonada con la Copa de las Casas.