||Capitulo Veintiocho||

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𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬, 𝟏𝟗𝟗𝟔.

—¡Eh, tu! —Malfoy se giró al escuchar a su amiga— ¿Dónde has estado? Pensaba que vendrías a tomarte con nosotros una cerveza.

—Me daba pereza, no te voy a mentir.

—Ki —Blaise captó la atención de la morena—. ¿Vas a ir al final a esa cena?

—Supongo, no sé.

—¿Qué cena? —preguntó Pansy con curiosidad.

—El profesor Slughorn nos ha invitado a Ki y a mi a cenar con él y unos cuantos alumnos más —explicó el moreno.

—Favoritismo —canturreó Nott.

—Tengo que hablar contigo un segundo —le dijo la morena a su novio.

—Claro. ¿Qué ocurre?

—En privado, a ser posible —Malfoy frunció su ceño.

—Está bien —se alejaron de su grupo, y fueron hacia la habitación de la chica, que en cuanto entraron, cerró la puerta con pestillo—. ¿Pasa algo?

—No, no pasa nada —se acercó a él, lo suficiente para quedar a centímetros de sus labios—. Digamos que… He pensado en una manera para poder distraerte un rato —Draco dejó ver una sonrisa pícara en cuanto notó las manos de su chica subir por su torso.

—¿Ah, sí? —ella mostró la misma sonrisa, y asintió con su cabeza.

—Llevo todo el día dándole vueltas, y creo que es una buena solución. ¿Tú qué opinas? —Draco no respondió, la besó. 

Él puso sus manos en la cintura de ella, para pegar más sus cuerpos. Kiara rodeó el cuello de su novio con sus brazos, e intensificó más el beso.

La muchacha le quitó la chaqueta del traje negro que llevaba, seguida de la corbata. Ralentizó sus movimientos para desabrocharle los botones de la camisa. En cuanto lo hizo, pasó las yemas de sus dedos por el abdomen de su novio, que se estremeció ante aquellas caricias.

Draco le quitó el jersey, y ella se dio la vuelta, quedando así de espaldas a él. Los besos del joven pasaron al cuello de la morena, y sus manos bajaron hasta el cierre del pantalón. De nuevo, se giró para quedar cara a cara. Le dio un leve empujón, y cayó sentado sobre la cama. Ella se sentó a horcajadas sobre él, con sus piernas a ambos lados de su cuerpo, y le volvió a besar.

Malfoy comenzó a acariciarle la espalda, hasta que alcanzó el broche del sujetador. Poco tardó en quitárselo.

—No te haces a una idea de lo que me encantas, Kiara —murmuró con voz ronca. Ella sonrió y volvió a besarle.

Antes de que pudieran percatarse, ambos estaban completamente en ropa interior. Kiara se levantó, y se arrodilló ante él entre sus piernas. Le quitó lo que le quedaba de ropa, y se relamió los labios antes de mirarlo a los ojos.

Malfoy suspiró al sentir como su novia introducía su miembro en su boca. Apoyó sus manos en el colchón, y notaba como su respiración se iba acelerando por segundos. Ella sabía muy bien lo que hacía, y lo que a él le gustaba.

Cuando le oyó gemir, notó una oleada caliente en su cuerpo. Draco la interrumpió y la tumbó sobre la cama. La besó, y sus labios fueron bajando por su cuello, sus pecho, y su abdomen. Le abrió las piernas, y cuando se colocó entre ellas, la miró a los ojos y sonrió de manera malévola. 

Kiara gimió en cuanto notó el roce de su lengua. Automáticamente, enredó sus dedos en el pelo de él. Al igual que su novia, el rubio también sabía lo que hacía, y lo que a ella le gustaba. La mano de Draco subió hasta colocarse entre los pecho de su novia, y ella la agarró.

Cuando vio que su chica estaba lista, acercó su rostro al de la muchacha y la besó mientras se introducía lentamente en ella, logrando así que los dos gimiesen a la vez. 

Comenzó a moverse. Puso una mano en el cuello de su novia y volvió a besarla. Le encantaba hacerlo, podría pasarse el día entero así. La velocidad de sus movimientos fue aumentando.

—Draco —jadeó sobre sus labios.

—Hazlo —no hizo falta nada más, para que la chica llegase a su clímax. Él lo haría escasos segundos después. Dejó caer su peso sobre sus codos para procurar no hacerle daño. Estuvo unos minutos así, hasta que se dejó caer al lado de la joven.

Se miraron, y Kiara se apoyó sobre la almohada para poder ver mejor.

—Te quiero, Kiara —dijo una vez que su respiración se regularizó.

—¿Me lo estás diciendo por lo que acabamos de hacer, o…? —ambos rieron— Yo también te quiero, Draco.

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—¡Hey! —Maxine dejó un beso en los labios de Zabini— Suerte en el partido de hoy. Necesito que ganéis.

—¿Cuándo has apostado? —le preguntó el chico.

—Cuatro galeones a que pateáis el culo de esos leones —la pelirroja rió, y se sentó junto a su mejor amiga.

—¿Listas para el partido? —Pansy se acercó a ellas, seguida de los demás chicos.

—Evidentemente, no sé por qué preguntas.

—Oye, Ki —la morena posó sus ojos sobre Nott—. ¿Tú sabes qué le pasa a Draco?

—¿A qué viene esa pregunta?

—Anímicamente está en la misma mierda este curso —respondió Andrew—. Nos damos cuenta aunque intentéis disimular.

—Chicos, yo… —suspiró— Yo no soy quién para contaros nada. Y lo siento, pero…

—¿A qué vienen esas caras largas? —Malfoy se sentó al lado de Blaise.

—¿Qué te está pasando? —Draco tragó saliva.

—¿A mí? Nada, ¿por qué?

—No somos tontos, Draco —respondió Blaise—. Somos amigos, nos conocemos desde hace seis años, creo que hay suficiente confianza en este grupo como para que podamos contar los unos con los otros.

—No sé si es un buen sitio para hablar de esto —murmuró el rubio.

—¿Por qué? ¿Has matado a alguien y la loca esta te está encubriendo? —Drew soltó una carcajada, pero al ver que su amigo no se reía, paró— Estaba de coña, eh. Venga ya, no me jodas, ¿de verdad has hecho eso?

—No, no. ¿Podemos hablar de esto en otro momento? Esta noche o mañana, pero ahora no, por favor —al oír el tono de voz del chico, se miraron preocupados.

—¿Estás bien, Draco? —Pansy puso una mano en su hombro.

—Eso no importa ahora. Lo que importa es que ganemos este partido. Es contra Gryffindor, ya sabemos lo que significa.

—A muerte.

—Como debe ser —los chicos se fueron, y dejaron a las jóvenes solas.

—¿Va todo bien entre vosotros? —preguntó Max.

—Sí, sí, no hay ningún problema en la relación —aseguró Kiara.

—¿Y por qué parece que cortasteis a principio de curso? —añadió Pansy.

—Eso no es así. Habéis visto que seguimos pasando tiempo juntos —aclaró la morena—. Si él decide contaros, lo entenderéis.

—¿Crees que lo hará? Es Malfoy.

—Necesita a alguien con quien hablar. Alguien que no sea yo, así que sí. Creo que hablará con vosotros.

—Ki —Pansy agarró la mano de la chica por encima de la mesa—. Estaremos siempre, para lo bueno y para lo malo. Me has enseñado la que, posiblemente, será la amistad más sana de mi vida. Bueno, me habéis enseñado, más bien —se corrigió.

—Sabes que siempre te ayudaremos, ¿no? A ti, a él y a cualquiera de nosotros —añadió Max.

—Lo sé, de verdad, lo sé —Kiara suspiró, y también agarró la mano de la pelirroja—. Pero ahora olvidemos esto, y vayamos a ese partido. Hay apuestas en juego.

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Halo ||Draco Malfoy||Where stories live. Discover now