||Capitulo Veintinueve||

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𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬, 𝟏𝟗𝟗𝟔.

—Ha sido increíble, no me he sentido nunca tan bien como ahora —admitió Drew tumbándose en la cama de Pansy.

—Tienes un serio problema con usurpar mi cama —dijo la pelinegra enfatizando el mi.

—O puede que lo tenga contigo, ¿quién sabe? —mostró una sonrisa inocente, que logró sonrojar a la joven.

—¿Y Draco? 

—Duchándose, ahora viene —Theo se sentó en uno de los sillones que había en aquella habitación.

—Habéis hecho un partidazo tremendo, chicos. Estamos muy orgullosas de vosotros —comentó Max.

—Es que ha sido espectacular. Weasley lo ha pasado realmente mal —añadió Blaise.

—Totalmente. Cada vez se ponía más nervioso. ¿Habéis visto cuando…? —en ese instante, Malfoy entró en aquella habitación. Y todo se quedó en silencio.

—¿Podéis no quedaros callados, por favor? Porque siento que os corto todo el rollo —pidió el rubio.

—Nunca haces eso, hermano. Y siéntate, estamos hablando del partido —le dijo Nott—. Se nota que hemos salido con todo, no como otros. ¿Habéis visto la cara de Potter? Simplemente maravilloso —los chicos rieron ante aquel comentario. Draco se sentó al lado de su chica, que le acarició la espalda por encima de la camiseta.

—Qué raro se me hace verte sin tu característico traje —dijo Max, sonsacándole una breve sonrisa.

—Creo que… Os debo una explicación, ¿no?

—No tienes por qué hacerlo si no quieres —murmuró Blaise—. Somos tus amigos, nos preocupamos por ti, pero si dices que todo está bien, pues…

—No, no está todo bien. Nada está yendo bien últimamente en mi vida —reconoció, captando la atención de sus compañeros.

—¿A qué te refieres exactamente?

—No sé cómo deciros esto… —se puso los dedos índice y pulgar en el puente de la nariz, y cerró sus ojos.

—Me estás asustando, Malfoy —dijo Drew—. ¿Qué pasa? —no respondió, directamente se levantó la manga de la camiseta.

Max se tapó la boca, al igual que Nott. No sabían qué decir, era uno de ellos.

—¿Por qué? O sea… Sí, ¿por qué? ¿Qué quiere de ti? —preguntó Theo casi en un susurro.

—Mi padre le ha fallado un par de veces. Es una manera de… Remediar lo que él ha hecho, por así decirlo —volvió a taparla.

—Tú lo sabías, ¿no? —Max miró a su mejor amiga, que asintió con su cabeza— Por eso has estado así, y por eso has dicho que no te concierne a ti contarlo. Algo que es… Completamente comprensible, en realidad.

—¿Qué tienes que hacer? —quiso saber Blaise.

—Nos pueden escuchar, no creo que sea…

—Mira, a la mierda —Max se levantó, e hizo un hechizo para evitar que alguien que pasase por allí les oyese—. Esto es serio, de verdad. ¿Qué tienes que hacer? ¿Podemos ayudarte en algo?

—Tengo que… —Draco miró a su novia, y volvió a mirar a sus amigos— Tengo que arreglar el armario evanescente que hay en la Sala de los Menesteres. Ki me está ayudando con eso.

—¿Solo tienes que encargarte de eso? Entonces es sencillo, ¿no?

—No, eso no es lo único.

—¿Entonces? Venga ya, no te vamos a juzgar, ni vamos a retirarte la palabra —dijo Theodore.

—Tengo que matar a Dumbledore —lo soltó—. ¿Mantienes que no me vais a juzgar, Nott? —ninguno respondió, ni siquiera Kiara.

—¿Esto también lo sabías? 

—No, esto no —dijo casi en un murmuro, se le cortó la voz.

—Os digo lo mismo que le dije a ella. Entiendo que os queráis alejar de mí, y no os odiaría por ello teniendo en cuenta que estoy en una etapa que destruyo todo lo que toco. 

—Eh, ¿estás de coña? —Blaise se puso en cuclillas delante de él—. ¿Alejarnos? ¿Retirarte la palabra? No, ni de broma. ¿Qué clase de amigos seríamos?

—Unos falsos, sinceramente —añadió Pansy—. ¿Te imaginas que le damos la espalda? No, eso no se hace. 

—Nosotros vamos a encargarnos de subirte el ánimo, sea como sea, ¿de acuerdo? —Drew le puso una mano en el hombro— Y puedes contar con nosotros para lo que te haga falta, te lo prometo. 

—Gracias. Sois… —suspiró— Sois increíbles.

—No te pongas sentimental. No tienes que agradecernos nada.

—¿Queréis comer algo? Ya es la hora del almuerzo —informó Maxine frotando sus manos—. Y el hambre manda.

—¿Y si mejor vamos nosotros, y los dejamos a solas un par de minutos? Les podemos esperar en la Sala Común.

—Me parece buena idea —salieron de la habitación, y dejaron a la pareja sola—. Tengo que ser sincera.

—Adelante.

—¿En cierta parte? Me lo esperaba. Nadie cambia tanto en un verano por algo simple —dijo la pelirroja mientras bajaban las escaleras.

—Nos necesita, y eso es lo único que importa. Vamos, nos conocemos desde los once años, no podemos darle la espalda, y menos ahora —añadió Blaise.

—No quiero ni imaginarme como se tiene que sentir —murmuró Drew—. Tener que sacrificarte tú, por los fallos de tu padre…

—Tiene que ser horrible —corroboró Theo.

—Pues sí. ¿Y Kiara? Otra le hubiese dejado que se comiese él solo la mierda.

—No te haces una idea, de lo enamorada que está de él —aseguró Max.

Por otro lado, Kiara y Draco seguían en la habitación, en silencio.

—Kiara, yo…

—No, no digas nada —le interrumpió—. Sé lo que me vas a decir.

—No, no lo sabes.

—Sí, sí lo sé. Seguramente ibas a soltarme un discurso para llegar a la conclusión de que debería dejarte —la chica le miró, aquellos ojos que la estaban mirando con tristeza, le estaban matando—. Pero no puedo. No puedo dejarte, ni tampoco quiero hacerlo.

—¿Por qué? Te voy a arrastrar a un infierno conmigo, Kiara.

—Un infierno nunca lo será si tú estás ahí —aseguró la morena, y agarró sus manos—. Y que no se te pase la idea por la cabeza de ponerme los cuernos, porque en vez de dejarte, te mataré, porque sabré por qué lo has hecho.

—¿No me ves capaz de engañarte por voluntad propia? —Kiara alzó una ceja.

—Dime, valiente. Mírame a los ojos, y dime que me engañarías porque te ha salido del corazón hacerlo —conectaron sus miradas, y Malfoy sonrió.

—No, definitivamente no podría hacerte eso. 

—Pues creo que no hay más que hablar. ¿Juntos en esto?

—En esto y en todo, cariño.

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Halo ||Draco Malfoy||Where stories live. Discover now