|||Capitulo Veinticuatro||

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 →𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬, 𝟏𝟗𝟗𝟓.

—¿Tú le crees?

—¿A quién?

—A Potter —dijo Kiara en un susurro.

—Claro que no. ¿Tú sí?

—Yo... No lo sé —reconoció. Suspiró.

—No pienses en eso, ¿vale? —Draco puso su dedo pulgar e índice en el mentón de su chica, y dejó un corto beso en sus labios

—¿Qué os pasa? Vaya caras traéis —dijo Theodore.

—Habrán tenido una noche de pasión y acción —comentó Andrew, divertido.

—Qué gracioso, Taylor —en ese momento, el aula se quedó en silencio al ver como aquel pájaro que habían hecho, se desintegró.

—Buenos días, chicos —dijo Umbridge, la nueva profesora de Defensa Contra Las Artes Oscuras. Automáticamente, todos se giraron para mirarla—. Título Indispensable de Magia Ordinaria —conforme caminaba por el aula, aquellas palabras aparecían en la pizarra—. T-I-M-O. Más conocido como TIMO —se puso delante de sus alumnos—. Estudiad mucho, y seréis recompensados, de no hacerlo... Las consecuencias pueden ser severas —con un ágil movimiento de varita, los libros de la asignatura fueron pasando por las mesas de los chicos—. Vuestra instrucción previa en esta materia ha sido alarmantemente irregular. Pero os complacerá saber que, desde ahora, seguiréis un curso de magia estructurado y homologado por el Ministerio. ¿Si? —dijo al ver que Kiara había levantado la mano.

—¿No hay nada aquí sobre el uso de hechizos defensivos?

—¿Hechizos? —soltó una risa—. ¿Por qué ibais a necesitar usar hechizos en mi aula? —preguntó acercándose a la mesa de la chica.

—¿No vamos a usar magia? —preguntó también Andrew.

—Aprenderéis hechizos defensivos de un modo seguro —explicó—, libre de riesgos.

—¿Para qué nos servirá? Si nos atacan, no estaremos libres de riesgo —añadió Potter.

—Los alumnos que quieran preguntar en mi clase, deberán levantar la mano —respondió, dándole la espalda al chico—. El punto de vista del Ministerio es que un conocimiento teórico será suficiente para superar los exámenes, que es en definitiva, el objetivo de toda escuela.

—¿Y cómo se supone que esta teoría nos va a preparar para lo que nos espera fuera?

—No hay nada fuera, querido. ¿Quién te imaginas que podría atacar a niños como vosotros?

—Pues no sé, tal vez Lord Voldemort .

—Qué pesado es —murmuró Blaise. Ni siquiera la profesora sabía qué decir ante esa respuesta por parte de Harry.

—Voy a dejar una cosa bien clara —de nuevo, caminó entre sus alumnos—. Se os ha dicho que un tal mago oscuro anda suelto de nuevo. Eso es mentira.

—¡No es mentira! ¡Yo le vi, luché contra él!

—¡Castigado, señor Potter!

—Entonces, según usted, ¿Cedric Diggory murió porque le dio la gana?

—La muerte de Cedric Diggory fue un trágico accidente.

—Fue un asesinato. ¡Voldemort le mató, y usted debe saberlo! —en ese momento, Kiara notó como Malfoy puso su mano sobre su pierna, y acarició su rodilla con el pulgar.

—¿Qué pasa?

—No paras de moverla —respondió en un susurro. Sanderson no era consciente de lo nerviosa que le estaba poniendo aquella conversación—. Tranquilízate, ¿quieres? Está chalado, te lo dije anoche.

—Ya, tienes razón —de nuevo, suspiró—. Tienes razón.

►◄

—Tu madre es una genio, Ki.

—Te dije que nos mandaría algunos discos.

—Y yo que poner un tocadiscos en la Sala Común, era buena idea —añadió Maxine.

—La verdad es que crea un ambiente muy bueno, no sé si pensáis lo mismo —los chicos iban caminando por el pasillo, hasta que vieron un cartel colgado en la pared.

Dolores Umbridge ha sido nombrada Suma Inquisidora de Hogwarts —leyó Andrew—. ¿Por qué? Menudo martirio.

—Según he oído durante el almuerzo, es porque dice que las cosas aquí están peor de lo que ella pensaba —comentó Draco, que iba agarrado de la mano de su novia.

—Yo lo único que tengo en mente, es ponerme el pijama —Theodore se aflojó la corbata—. Odio tener que llevar esto.

—Ya, la verdad es que es una mierda —Drew repitió su acción. Pero de un momento a otro, la corbata volvió a ponerse bien, y Kiara y Draco notaron un chispazo en sus manos, que les obligó a separarse—. ¿Qué demonios...? —vieron pasar a Umbridge por su lado, con esa sonrisa socarrona que llevaba siempre.

—¿Os ha...? Uy, qué mal me cae esta mujer, de verdad —comentó la pelirroja.

—Eh, ¿qué os pasa? —Pansy se acercó a ellos junto a Blaise.

—Que yo creo que voy a terminar en Azkaban un día de estos —respondió Archer.

—A ver, eso ya lo sabíamos. ¿Pero por qué esta vez?

—Porque va a matar a la Suma Inquisidora —Kiara dijo aquel título con retintín—. Y yo la voy a ayudar.

—No me esperaba menos de ti.

—Oye, Max —Zabini captó la atención de la muchacha—. ¿Puedo hablar contigo un segundo?

—Eh... —Kiara le dio un leve empujón para que se fuese con él— Claro, sí —ambos se alejaron de aquel grupo—. ¿A dónde vamos?

—A la Torre de Astronomía —respondió el moreno.

—Un poco lejos para hablar, ¿no? —Blaise sonrió, y la miró.

—Mejor, así es más íntimo —el silencio inundó aquel camino. Cuando llegaron a la torre, Maxine fue hacia la barandilla.

—¿Sabes una cosa? Me encantan estas vistas —reconoció la chica.

—Lo sé, me lo dijiste —el joven se puso a su lado.

—Bueno, ¿de qué quieres hablar? —Max le encaró.

—Pues... —Blaise la miró, nervioso— De nosotros.

—Oh —en ese instante, Archer notó que su corazón comenzó a latir a mil por hora.

—Creo que es algo evidente, al menos por mi parte, pero... Me gustas mucho, Max, de verdad. Desde el primer momento en que nos vimos, supe que no se iba a quedar en una simple amistad. Eres una chica genial, adoro tu risa, tu sarcasmo y tus gestos cuando algo no te cuadra. Me encanta verte poner una mueca cuando no entiendes algo de Pociones, o de Encantamientos, y la cara que poner cuando me pides que te lo explique —la chica rió—. Y me encantas tú, en general. Y no te voy a mentir, Draco y Kiara estaban empezando a darme envidia, yo me di cuenta antes de mis sentimientos, y el rubio ese se ha adelantado para declararse.

—Tú a mi también me gustas —una sensación de alivio recorrió sus cuerpos—. Y me gusta tu manía de quitarle la corteza a las tostadas, y la de tener que sujetar algo con la mano mientras estudias. Y adoro que me abraces cada vez que te dan ganas, y tus besos en la frente... Son simplemente una maravilla. Y... La vida contigo fluye un poco mejor —Zabini sonrió al escucharla.

—Y tú sin duda eres lo mejor que me ha pasado —Blaise acunó la cara de la chica entre sus manos, y acarició sus mejillas con cariño antes de besarla.

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Halo ||Draco Malfoy||Where stories live. Discover now