||Capitulo Treinta y Cinco||

4.3K 287 92
                                    

 →𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬, 𝟏𝟗𝟗𝟖.

Antes de que quisieran darse cuenta, la navidad ya había pasado. Estaban a un mes escaso de finalizar el curso.

—¿Sabes una cosa? —Kiara miró a Nott cuando habló, estaban solos—. Una vez Malfoy nos dijo "En lo profundo de sus ojos, creo que veo el futuro" —la chica frunció el ceño, y Theo le devolvió la mirada—. Se veía en un futuro contigo, Ki, y eso no se lo iba a quitar nadie.

—¿Y me lo tienes que decir ahora que estoy mejor? Cabrón, eso se dice antes —Theodore soltó una carcajada ante aquella respuesta—. A mí una vez me dijo "Si te enseño mis defectos, si no puedo ser fuerte... ¿Me querrías de la misma manera?" —dejó ver una sonrisa amarga.

—Decía que eras demasiado para él, ¿sabes? —Nott se apoyó en la pared— "Ella es una dama, y yo sólo soy un chico" estábamos hartos de escucharle decir eso. Pensaba que no te merecía.

—Lo sé, me lo ha repetido hasta la saciedad —Kiara suspiró y cruzó sus brazos—. Cuando empezó todo esto, una de tantas noches que fuimos a la Torre de Astronomía, me dijo "No sé cómo dejarte, y nunca te dejaré caer". No pensaba que literalmente fuese a dejarme unos meses más tarde. Y en uno de sus ataques de ansiedad le dije "Cariño, yo puedo ver tu halo". Y todo por su padre, es que te juro que...

—Chicos —Blaise les interrumpió—. Snape quiere que nos reunamos todos en el Gran Comedor.

—¿Tan tarde? —preguntó Theo.

—Yo he pensado lo mismo. Venga, vamos. Quizá quiera contarnos algo importante.

Hogwarts ya no era un lugar cálido, se había convertido en un entorno frío, y eso se notaba en todo. Una vez que llegaron al Gran Comedor, se colocaron por casas, apenas se juntaban.

Snape entró y caminó por el pasillo que habían dejado los alumnos. Subió los escalones, y se giró para mirarles.

—Muchos de vosotros os estaréis preguntando por qué os he reunido a estas horas —silencio absoluto—. Ha llegado a mi conocimiento, que hoy por la tarde Harry Potter ha sido visto en Hogsmeade —automáticamente, todo se llenó de murmullos—. Sabed que si alguien, alumno o profesor, intentase ayudar al señor Potter, sería castigado de un modo proporcional a la gravedad de su transgresión. Es más, cualquier persona conocedora de estos hechos que no se pronuncie, será tratado igualmente como culpable —bajó los escalones—. De modo que, si alguien aquí tiene conocimiento de dónde ha estado el señor Potter esta tarde, le invito a que se pronuncie ahora —nadie dijo nada.

Puede que estuvieran encubriendo al chico, o puede que verdaderamente nadie supiese nada. Después de unos segundos que parecieron infernales, alguien se pronunció.

—No me lo puedo creer —murmuró Kiara.

—Parece que, a pesar de sus exhaustivas estrategias defensivas, sigue teniendo un problema de seguridad, director —mientras Potter hablaba, se abrieron las puertas del Gran Comedor. Sanderson perdió un poco el equilibrio al ver entrar a sus hermanos mayores, al igual que le sucedió a Maxine al ver allí a su hermano—. Y me temo que es bastante grande. ¿Cómo se atreve a ocupar su lugar? Cuénteles lo que ocurrió aquella noche. ¡Cuénteles cómo le miró a los ojos, a un hombre que confiaba en usted, y le mató! —los chicos se miraron entre ellos. No eran conocedores de lo que sucedió esa noche, daban por hecho que Draco había completado su tarea— ¡Cuénteselo!

Snape sacó su varita para enfrentarse a él, pero McGonagall se interpuso.

—¿Qué coño están haciendo aquí? —preguntó Kiara en voz baja.

—No lo sé, te juro que no lo sé. Pero he notado todo el miedo entrar directamente en mi cuerpo —sabían que aquella noche no iba a ser como las demás.

Tras un ataque de Minerva, Snape huyó a través de una de las ventanas.

—¡Cobarde! —volvió a darle luz a aquella habitación.

Potter cayó al suelo, y se comenzó a escuchar como una tormenta. Alguien gritó, una niña, pronto otra chica también lo haría.

Sé que muchos de vosotros querréis luchar. Algunos incluso pensaréis que es lo más inteligente, pero es una insensatez. Entregadme a Harry Potter. Hacedlo y nadie sufrirá ningún daño. Entregadme a Harry Potter, y Hogwarts quedará intacta. Entregadme a Harry Potter y seréis recompensados. Tenéis una hora —tras aquel mensaje del Señor Tenebroso, se quedaron en silencio. Todos le miraban.

—¿A qué estáis esperando? ¡Que alguien le atrape! —dijo Pansy, sin saber que sería maldecida internamente por sus amigos por haber dicho eso.

Ginny Weasley, Hermione Granger, Cho Chang... Todos se pusieron delante de él para protegerle.

—¡Alumnos fuera de la cama! ¡Alumnos al pasillo! —Filch entró corriendo con su gata en brazos.

—Se supone que ya están todos fuera de la cama, pedazo de idiota —dijo McGonagall—. Mire por dónde, su llegada es de lo más oportuna. Si es tan amable, me gustaría que se llevara a la señorita Parkinson y al resto de la casa de Slytherin del pasillo.

—¿Que me los llevara exactamente dónde, señora?

—A las mazmorras —salvo los miembros de Slytherin, todos celebraron aquella decisión.

—¡Kiara! —Sanderson se lanzó sobre los brazos de su hermano— Menos mal que estás bien.

—¿Qué demonios estáis haciendo aquí? —preguntó abrazando a Ashley.

—Si hay que luchar, al menos que sea por una buena causa —respondió Ian.

—¿Luchar? —Maxine se separó de Jared— No, no, no, ¡nos podemos ir! ¡Vamos!

—Max, no —le dijo su hermano—. Hay que terminar con esto, y cuanta más ayuda tengan, más fácil será.

—Podéis morir.

—Pues si eso pasa, sabremos que ha sido peleando por el bien —respondió Ash.

—¿Mamá sabe esto? ¿Ella dónde está?

—En casa, con los abuelos. Y sí, sí que lo sabe, se lo hemos contado antes de unirnos a ellos.

—Cuando nos volvamos a ver seguiremos vivos, no os preocupéis.

—¿Y papá? —preguntó Kiara—. ¿Dónde está?

—Mamá dice que se fue hace tres días, y que aún no ha vuelto —contestó Ian—. No... No sabemos si ha huido, o si está con ellos —de nuevo, tanto Kiara como Maxine abrazaron a sus hermanos.

—Estaremos bien —le susurró Jared a Max—. Te lo prometo, aún me queda mucha vida por delante para molestarte.

—Ten cuidado, por lo que más quieras.

—Lo tendré, tranquila —dejó un beso en su frente—. Te quiero, enana.

—Y yo a ti, mucho.

—Nos vemos en unas horas, Ki.

—Más os vale, porque si no os resucito y os mato de nuevo —Kiara les miró—. Mamá nos enseñó bien. Nadie es más que nadie por el tipo de sangre que tenga.

—Ya va siendo hora de vivir con normalidad.

• ────── ✾ ────── •

Halo ||Draco Malfoy||Where stories live. Discover now