||Capitulo Treinta||

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𝐇𝐨𝐠𝐰𝐚𝐫𝐭𝐬, 𝟏𝟗𝟗𝟔.

—Amor, ¿quieres venir conmigo a la fiesta que ha organizado el profesor Slughorn? —Kiara se sentó en sus piernas.

—Querer, quiero. Pero no puedo —suspiró—. Está noche tengo que probar de nuevo el armario.

—Oh… —hizo una leve mueca de disgusto, realmente quería ir con él— Pues tengo que llevar a alguien. Supongo que hablaré con Drew o con Theo. Pensé que sería un buen plan para que te pudieses despejar un rato —el rubio sonrió al notar los dedos de su novia en su nuca, acariciándolo.

—Estaré bien, no te preocupes.

—¿Seguro? Puedo decir que no puedo ir, y…

—Amor —el chico acunó la cara de la joven entre sus manos—, te prometo que estaré bien. Cuando termine, regresaré a mi habitación y me pondré a leer un libro, o me quedaré con los chicos, de verdad.

—Vale, vale, está bien —Malfoy le dio un beso en la mejilla.

—Por cierto, toma —del bolsillo de su túnica, sacó una pequeña caja negra.

—¿Qué es esto?

—Una sorpresa. Ábrelo —Kiara agarró la caja y frunció el ceño. Al abrirla, vio un anillo con una cadena.

—¿Y esto?

—El otro día me mencionaste que te gustaba mi anillo nuevo, ¿no? —el chico agarró la cadena— Pensé que quizá te gustaría tenerlo. Pero como seguramente te quedaría enorme, lo puedes utilizar como collar —la muchacha se sobresaltó al notar la frialdad del objeto sobre su pecho.

—Te lo dije hace casi una semana. ¿De verdad te has acordado de eso?

—Siempre me acuerdo de todo lo que me dices, Kiara, desde el primer día —la morena se acomodó para mirarle.

—Eres genial, ¿lo sabes? —Draco sonrió, y negó con su cabeza.

—No, amor, no lo soy.

—Sí, sí lo eres —Sanderson le acarició la mejilla—. Que nada ni nadie te haga creer lo contrario.

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—No me gusta ese vestido. ¿En qué pensó cuando se lo compró?

—No lo sé, pero creo que si llegó a fijarse en algo, fue en el precio. Seguramente pensaría que cuanto más caro, más bonito.

—¿Algún día dejaréis de ser tan chismosas? —Maxine miró a su chico.

—Nunca, Zabini. Además, no te hagas ahora el decente, que tú eres el primero que critica hasta la estatua de la pared.

—Ahí te ha dado —añadió Drew, dándole un sorbo a su copa—. Aunque es absurdo mentirnos, todos en el grupo somos cotillas y criticones, lo tenemos todo —Kiara soltó una leve risa—. Por cierto, ¿habéis visto…?

—¡Quítame las manos de encima, sucia sabandija! —aquella voz era demasiado conocida para los cuatro.

—No me lo puedo creer —Kiara suspiró—. Lo mato, es que le voy a matar.

—Profesor Slughorn, señor. Acabo de descubrir a este chico merodeando de arriba —informó Filch—. Dice que ha sido invitado a su fiesta.

—Está bien, está bien. Intentaba colarme —reconoció el rubio—. ¿Feliz?

—Yo le acompañaré fuera —dijo Snape. Draco se soltó del agarre de Filch.

—Claro, profesor —ambos se marcharon. Kiara iba a ir detrás de ellos, pero Drew la detuvo agarrándole la mano.

—Esta noche no, Ki —susurró—. Snape está con él.

—Pero…

—Lleva razón, Kiara —añadió Max—. Él te agradecerá que no vayas.

—¿Cómo me va a agradecer eso? —los cuatro se alejaron, lo suficiente para que nadie les escuchase.

—Kiara, bastante tiene con lo que tiene que hacer. No te metas en esto, no sabemos de lo que pueden estar hablando —dijo Blaise.

—Dejadme con ella un momento —pidió Drew, y sus amigos se marcharon.

—¿A qué ha venido eso? —preguntó Kiara.

—Todos estamos preocupados por Draco, ¿pero quién se está preocupando por ti? —Andrew se apoyó en una pared— Queremos subirle el ánimo a él, sacarle tema de conversación, intentar que no sobrepiense… ¿Pero y tú?

—Yo… —en ese momento, la joven notó que sus ojos se llenaban de lágrimas, apoyó sus manos en sus rodillas y se sentó en el suelo— Me sobrepasa, te juro que me está viniendo grande —Drew se sentó junto a ella—. ¿Sabes? Junto a Draco, eres el único que sabrá esto de mi vida.

—Adelante, no te juzgo.

—Mi padre fue un mortífago. Y estuvo en la batalla del ministerio el año pasado, por lo que sigue trabajando para él.

—Venga ya, no me vaciles, Ki.

—No lo estoy haciendo. Te lo estoy diciendo en serio.

—Pero tú no tienes ese pensamiento, no lo compartes, y lo has dejado claro mil veces.

—Porque mi madre se encargó de educarnos a mis hermanos y a mí —explicó—. Por lo que me han contado Ashley e Ian, estos meses no han parado de discutir. Mi madre odia esa faceta de mi padre, y creía que después de la guerra todo había terminado, pero…

—Pero no ha sido así —finalizó Drew por ella.

—No es fácil —dijo casi con un hilo de voz mientras se secaba las lágrimas—. Le estoy ayudando, no sé las consecuencias que me va a traer eso.

—Si nadie se entera de que tú has estado yendo con él para reparar el armario, no tiene por qué pasarte nada. Y créeme, él no dirá nada.

—Estoy entendiendo ahora lo que seguramente sentiría mi madre en ese tiempo —apoyó su cabeza en la pared—. Es como algo… Prohibido, va en contra de mis principios por completo, pero… 

—¿Pero…? —le incitó a que siguiese.

—Le quiero tanto, que si me tengo que meter hasta el fondo en esta mierda, lo haría sin pensarlo dos veces —aseguró—. Y no sé si es bueno o malo.

—Se podría considerar peligroso, pero… Es tu novio, Kiara, llevas casi dos años con él. Estás enamorada, en parte es normal.

—¿Qué pasará cuando esto termine?

—No lo sé, Kiara, no lo sé. Si él se fuese… ¿Tú qué harías? —se miraron.

—Me quedaría. ¿Cómo le explicaría a mis padres todo esto? No, no puedo hacer eso. No puedo hacerles eso. Mis hermanos se pasarían los días enteros buscándome, posiblemente causaría el divorcio de mis padres, y… No quiero eso. No quiero vivirlo.

—¿No crees que eso es un poco fuerte? —Kiara rió ligeramente.

—No. Sería exactamente lo que pasaría, de eso estoy segura.

—Pues… Ahora vas a dejar de pensar en eso. Vamos a volver a entrar, y vamos a intentar pasarlo bien, ¿de acuerdo? —Drew se levantó, y extendió su mano para ayudarla.

—Gracias por esto, Drew.

—Por nada, no tienes que agradecerme nada —la morena sonrió, y le abrazó.

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Halo ||Draco Malfoy||Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz