Capítulo 9: ¿Te Has enamorado Alguna Vez?

152 5 0
                                    

Pov camilla.

El día de ayer había sido una locura, 4.00 a.m no podía dormir, mi mente no dejaba de viajar a cada instante vivido, de una visita para besarnos con lauren casi termina en algo más si no es por mi madre, como me escapé de la casa por una locura que casi termina mal para mi, y finalmente no volvería a ver a mi ojiverde favorita, en ese momento recordé el blog de notas, creí que sería algo bueno apuntar otra vez ahí, pero obvio solo la mejor parte de la noche, antes de hacerlo recordé otra vez aquella situación.

Flashback

Llegamos a una descuida habitación, sentía un poco de miedo, no por lauren ni el lugar, sino por lo que iba a pasar, yo estaba segura que lo quería pero no tenía ni la más mínima idea de cómo sucedería o que pasaría luego de eso.

No es el mejor de los lugares, debí llevarte a otro lado, estuve pensando mucho en esto y francamente no creí que un hotel sera buena idea por... La cara de lauren mostraba mucha preocupación, me gustó saber que ella se interesó por esto

Lauren, está bien, no te preocupes. Me acerqué a ella hasta rodearla por la cintura su vista viajó a mis labios.

Es que no es un buen lugar para... Su vista seguía en el mismo lugar.

¿Para..? Mencioné aquello con una voz graciosa, lauren río antes de humedecer sus labios y acercarse más a mí para desaparecer la distancia. En medio del beso mis manos viajaron a la parte trasera de su cuello, al mismo tiempo que las de ella se posicionaron en mi cintura, la llama que incendió mi cuerpo horas antes no tardó en aparecer y esta vez más fuerte, caminamos torpemente hasta llegar a la cama me separé de ella y comencé a desvestirme, en serio que necesitaba contacto con su cuerpo desnudo, ella solo me miraba, y seguía cada movimiento que hacía, al quedar en ropa interior me detuve y le di una sonrisa corta mientras me acercaba para también quitarle la ropa que llevaba puesta, tuve un orgasmo visual al ver su cuerpo expuesto para mi.

¿Sabes que Dios condena esto? Ahí vamos otra vez.

¿En serio?. Me subí a su regazo y besé su cuello.

Si.. Iremos al infierno.

¿Podremos hacer esto allá también?

Supongo que si pero..

Lauren. Dejé de besar su cuello y la miré a los ojos. ¿Tu quieres hacer esto o no? Dime la verdad porque estoy sintiendo que no lo deseas.

No es eso camila solo que me cuesta hacerme a la idea..

¿Confías es mi?

A decir verdad no te conozco y..... Negué con la cabeza, tenía razón en no confiar, pero haría hasta lo imposible para que lo haga y ambas disfrutemos de él mágico momento que estaba por venir; pegué mis labios a los suyos. Si quieres volver a decirme algo, hazlo con tus manos. Me concentré en sus labios y no los dejé, mis manos bajaron inconscientemente hasta la parte donde se soltaba el sujetador, y sin dudar lo solté, al caer mi vista no podía creer lo que observaba, quite rápidamente el mio y quedamos al mismo nivel de desnudez, mi boca bajo a uno de sus pesones y empezó jugar con el mientras una de mis manos acariciaba el otro, no entendía el por qué lo hacía esto era nuevo para mí, la dosis de placer que sentía en mi cuerpo aumentó cuando los gemidos de lauren comenzaron a invadir la habitación, dejé su pezón y la empujé para que cayera a la cama conmgio en cima, una electricidad me recorrió cuando mi cuerpo chocó directamente con el suyo un gemido involuntario salió de mi garganta, ella me sujetó de la cintura, mi cuerpo encajaba tan bien en sus manos y ahora más que nunca lo noté, comencé a tocar y conocer cada parte de ella, su piel era tan perfecta y suave ante mi tacto que me fascinaba, dejé un camino de besos húmedos desde sus labios hasta su ombligo pero me detuvo, y me movió para quedar encima mío, sus ojos verdes tenían un tono más intenso se veían hermosos al igual que ella; comenzó a acariciar todo mi cuerpo con una lentitud que me desesperaba, al parecer ya no me conformaba con solo sus caricias, su recorrido paró al llegar al borde de mis bragas; en ese momento sus ojos buscaron los míos para pedirme permiso asentí muchas veces hasta que la yema de sus dedos acarició mi centro por encima de la tela que cubría esa parte de mi cuerpo, no puedo describir todo lo que estaba sintiendo, porque ni yo sabía lo que era, lo único que sabía era que quería más.

Cuando Nadie Ve Where stories live. Discover now