Capítulo 15: Mantente en la cima

119K 12.1K 10.6K
                                    

De inestabilidades estaba hecha mi nueva vida

Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.


De inestabilidades estaba hecha mi nueva vida. Lyra era mi hermana, y pronto sería mi reina.

Crecimos juntas en Mujercitas, nuestros cumpleaños tenían días de diferencia, la había visto todos los días de mi existencia sin falta antes de mi Compra; admirando su belleza, su porte, su elegancia y la manera tan digna con la que afrentaba todo lo que se le plantaba adelante. Jamás se me ocurrió pensar que ella podría ser algo más que una Vendida, mucho menos una lady prometida en matrimonio al heredero de Aragog.

El baile de pronto se me tornó eterno, como si hubiese transcurrido una vida entre el momento en que desperté en el sofá de Shaula y ese. Tanto había pasado en tan poco tiempo, muchas revelaciones fuertes se interpusieron en mis planes de que aquella fuese una noche tranquila, seguía sin acabar.

—Los Cygnus son bastante poderosos —apuntó uno de los nobles a la conversación sobre el descubrimiento de Lyra—, las tierras nevadas son hostiles pero muy importantes. Un levantamiento en Deneb no nos vendría nada bien, su majestad Scorp ha hecho bien en contentar a Lord Cygnus manteniendo una promesa de hace más de veintidós años, misma que pudo haberse roto en cuanto desapareció la pequeña.

—De todos modos —opinó un hombre que ya iba por su cuarta copa—, no es ningún sacrificio. Dicen que la niña es lo más precioso que se ha visto en Ara desde hace siglos.

—¿Qué esperabas? Las mujeres de Deneb son diamantes, no se puede esperar menos de la hija de sus Lords.

—Disculpen —interrumpió Lord Circinus a los nobles que discutían mientras me tomaba del brazo—, me ausento un segundo, enseguida vuelvo.

Una vez disculpado por todos, me arrastró solo lo suficiente para quedar alejados del tumulto de chismosos. Se le veía leía la ansiedad en la mirada, en el modo que relamía sus labios más de lo usual. No tenía idea del motivo por el que decidió apartarme de los demás pero no se puede decir que estuviera emocionada por descubrirlo, al contrario, mi cuerpo reaccionó de forma inesperada y las axilas me comenzaron a sudar por los nervios. Mirarle la cara, con su barba recién rebajada de la que todavía sobresalían vellos rojizos que brillaban con la luz de las lámparas del techo, era recordar que lo besé. Y recordar ese beso implicaba revivir los motivos que me llevaron a ese desesperada decisión. Me dieron ganas de arrancarle la copa de licor de las manos y vomitar en ella.

—Ya, mujer, hablemos claro. Vas a bailar conmigo.

—¿No le duele la mano, Lord Zeta? Dudo que así pueda tolerar mi agarre durante toda la pieza.

—No te hagas la graciosa, esto es un baile, y no veo a nadie abalanzándose para bailar contigo, y eso solo nos deja una opción. Tienes que bailar conmigo.

—¿No puede una mujer decidir no bailar? ¿O bailar sola, en su defecto?

—¿Bailar sola? ¿Pero tú dónde crees que estás? Vas a bailar conmigo quieras o no, la alternativa es levantar sospechas y eso no dará una buena atención ni ante la corte ni ante el rey.

Vendida [YA EN LIBRERÍAS] [Sinergia I]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin