Capítulo 36: Infame

71.2K 7.8K 6.7K
                                    

(Capítulo dedicado a mi hermosa Psycho_Unicorn14 por este booktrailer de Vendida que espero disfruten).

Me dolía que mis ojos pudieran ver a Orión, pero que ataduras invisibles me impidieran tocarlo, besarlo, gritar en público las confidencias de mi corazón hacia él y lo malditamente feliz que era con cómo él me hacía sentir.

Le había mandado a avisar con una de mis Vendidas que no pasara a buscarme, era demasiado peligroso luego de la escena que Sargas montó en mi casa, más teniendo en cuenta que sus últimas palabras parecían un aviso, una perniciosa promesa, más que un hecho dicho a la ligera.

«Nos vemos en el baile».

Por supuesto que nos íbamos a ver, pero no le daría motivos para vincularme con Orión, para alimentar sus celos y poner a trabajar su fracturado cerebro en busca de una nueva manera de lastimarnos.

Orión se veía tan radiante luego de la última noche. No hacíamos contacto visual, pero aproveché que lo tenía de perfil para espiarlo un poco. No era de los que iban a un baile en traje, era el único con uniforme de entrenamiento además de los guardias con armaduras. El negro resaltaba el bronceado de su piel, su cabello recogido me daba una visión privilegiada de su sonrisa enorme mientras hacía bromas con los de su equipo y se bebían una copa tras otra. Quería que me estrechara contra su fuerte pecho, que me robara y nos pusiéramos a bailar a mitad de pista a pesar de todo, pero me contuve por el bien de ambos.

No se me olvidaba el final de mi mensaje:

—Dile que no me venga a buscar, que finja que no existo en esa ceremonia, pero que ni se le ocurra hacer planes después de ella porque esta noche se queda conmigo.

Contaba los segundos para que aquella fiesta acabara y pudiera irme a mi torre con él.

Sin embargo, todavía me quedaba algo que enfrentar: el rey.

Me atreví a mirarlo desde mi distancia a su trono, y vislumbré el deleite con el que levantaba su copa hacia mí —como si brindara en mi honor— y bebía sin perder el brillo de satisfacción en su rostro. Algo muy malo estaba sucediendo a mis espaldas, o como mínimo estaba a punto de pasar.

Pasaron los segundos en un aburrimiento alargado. No tenía con quién hablar y no quería bailar con nadie que no fuese Orión. Al cabo de un rato sobrepasada por el fastidio, decidí ir a la mesa de cócteles y servirme una trago que me ayudara a pasar la noche. No alcancé a hacerlo puesto que la voz del mismísimo Lesath Scorp me alcanzó antes que mi mano a la primera copa.

Me di la vuelta para mirarlo de frente. Estaba más radiante que nunca, con una sonrisa de oreja a oreja y su copa ya medio vacía.

—¿Cómo se encuentra mi viuda favorita?

—Ansiosa por su anuncio, majestad. Créame que no puedo esperar.

Un brillo malicioso invadió sus ojos de oro fundido y pronunció las arrugas que se evidenciaban con sus expresiones.

—Tal vez si puedas. —Le dio un sorbo más a su bebida y la alzó hacia mí—. En realidad, si yo fuera tú, disfrutaría al máximo antes de escucharlo.

—¿No me dará ni siquiera una pista?

El rey me sonrió y se alejó. De regreso a su trono le habló a su copero y el chico se acercó a mitad del nivel donde estaban los puestos de la familia real, vociferó para captar la atención de la audiencia y anunció que a continuación la princesa Shaula daría unas palabras a su pueblo.

Vendida [YA EN LIBRERÍAS] [Sinergia I]Where stories live. Discover now