S I E T E | M E N T I R A S

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"Me sentía dolido y con ello hice daño emocionalmente"

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"Me sentía dolido y con ello hice daño emocionalmente"

Mike.

Mike observó a la mujer con asombro y luego miró hacia todas las casas que había en el lugar más siniestro que había visto en su vida, alejado de toda civilización con pocos vecinos y en medio de un bosque, con una única carretera de salida.

Tragó saliva y se negó a creer que Abby le había mentido, pero, de cualquier forma, ella no lo conocía a él, estaba en su derecho a no decirle donde vivía. Pero aun así se sintió triste por ello.

Y la mujer que tenía frente a Mike, al verlo así, decidió decirle donde vivía;

—Abby Payne vive en la casa de al lado con sus padres. —Señaló la casa de su izquierda y el joven cambió la mirada hacia la casa que estaba a veinte metros de esta.

Era todo lo contrario, comparado con esta casa. Mucho más pequeña, humilde y menos cuidada. El jardín estaba descuidado, incluso con algunas flores intentando salir, como si alguien intentase darle vida.

Y volvió a mirar a la mujer que tenía frente a él mirándolo con cariño.

—¿No es aquí? Oh, perdóneme... —Se disculpó con toda la educación del mundo—. Pensé que era aquí. Muchas gracias y disculpe las molestias.

—No se preocupe —respondió la señora, despidiéndose del hombre y cerrando la puerta.

Entonces, Mike caminó recto hacia la casa que la mujer le había dicho, con algo de furia e intentó calmarse. Había venido para asegurarse de que ella estaba bien, saber su estado y darle los deberes que tenía aquellos días que no había ido a clase. 

Pero toda esa preocupación se nubló por culpa de una mentira. Mike era siempre sincero con la gente, tanto que incluso contaría con los dedos de las manos las veces que había mentido en su vida y aun así le sobrarían dedos para contar.

Llegó a dicha casa y, con las manos igual de sudorosas que antes, tocó el timbre y dio dos pasos para atrás. Tardó simplemente un minuto antes de oír pasos al fondo y ver cómo le abrían la puerta.

Una joven tímida lo abrió, con el pelo completamente suelto y viendo como le caía en cascada hasta casi por su ombligo. La vio por primera vez sin esas lentes tan grandes, disfrutando de aquellos ojos marrones tan hermosos a la perfección y ahora, el que tragaba saliva en seco, era él. Y no pudo evitar mirar aquel pijama demasiado corto que debería estar prohibido en cualquier parte del mundo.

—¿Mike? —preguntó Abby, con la voz temblorosa y tiñéndose sus mejillas de rojo.

Y Mike dejó de mirarla como si quisiera llevarla en la primera pared que había visto para carraspear su garganta y poder hablar.

—Hola, mentirosa —saludó él con ironía y Abby se sintió mal por haberlo mentido—. ¿Por qué mentiste con tu casa?

Abby hizo un gesto como para colocarse las gafas, pero recordó que no las llevaba puestas y ya estaba más que acostumbrada a hacer ese gesto que tenía algo pillado al joven que tenía a medio metro de ella.

Experimenta Conmigo [+18] ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora