Experimenta Conmigo [+18] ✔️ (COMPLETA)

V E I N T I S I E T E | H E L A D O

"¿Por qué un día estábamos muy bien y al otro pasaba algo? Me estaba enamorando de él y ni siquiera sabía cómo manejarlo"

Abby

Varias semanas habían pasado después de aquel momento con su padre, desde que Abby había conocido a Kevin.

Era un jueves por la tarde a principios de febrero, donde el sol empezaba a esconderse y el cielo se estaba transformando entre rosa, naranja hasta un azul suave. Y ese día era día de partido de fútbol, por lo que tanto Abby como Johanna se encontraban sentadas juntas mientras miraban como los hombres entrenaban. Y por supuesto, cada una llevaba la camiseta correspondiente del joven con el que salían.

Johanna llevaba la camiseta de Jonathan.

Y Abby llevaba la camiseta de Mike.

Ninguna se dijo nada de esa camiseta que llevaba la dulce Abby. Primero, porque Abby no le iba a responder y segundo, porque Johanna no le gustaba meterse en la vida de nadie. Pero tarde o temprano se lo preguntaría y Abby debía estar preparada para contárselo.

Ambos seguían teniendo esa relación rara, pero hablaban siempre que lo necesitaban y charlaban sobre cosas importantes. Y eso hizo recordar a Abby que todavía le quedaban deseos por cumplir, pero había uno que le traía dolores grandes de cabeza y no sabía cuándo podía cumplirlo. O al menos le entraba el pánico nada más pensarlo.

Mike, en cambio, llevaba una sonrisa de oreja a oreja cuando la veía. Llevaba esa camiseta con su número en grande y su nombre. Le encantaba todo eso, verla así y deseó acabar el partido para llevársela a algún sitio y así poder hacerle todas las perversidades que se le ocurrirían.

Cuando acabaron de calentar, pararon un momento para saber las estrategias para ganar el partido y Mike tenía la vista puesta en Abby que en su entrenador. Y entre ambos se miraron desde la distancia con una sonrisa de oreja a oreja.

Y es que Abby no podía apartar la mirada del cuerpo de ese hombre que tan bien le quedaba ese uniforme del equipo y que tanto se le marcaban los músculos por culpa de esas prendas tan apretadas. Por lo que no pudo no morderse el labio a la vez que lo miraba y eso a Mike no le ayudaba, sabiendo que llevaba unos pantalones demasiados ajustados y un amigo muy juguetón.

Sonrieron y después de estar así por largos segundos, el partido comenzó.

Abby lo observaba desde la distancia como se movía, dejándola loca y a la vez, sintiéndose enamorada por ese joven.

Jonathan le pasaba el balón a Mike y este corría como nunca, simplemente para verse bien para esa mujer que tenía su camiseta y que le encantaba verla sin nada debajo.

Uriel, que estaba en el equipo de ellos, también había hecho un buen partido, quizás por el mismo motivo o eso era lo que pensaba Mike, que le fastidiaba bastante eso.