Experimenta Conmigo [+18] ✔️ (COMPLETA)

Q U I N C E | B E S O S

"Sentía la necesidad de besarla, de demostrarle con un simple beso que ella valía mucho más que cualquiera de esas personas que le demostraban lo contrario. Necesitaba que alguien la sacase de ese lugar oscuro, y yo haría lo imposible para acercarla a la luz más brillante, para que todos sus espejos brillaran como nunca"

Mike

Al día siguiente, Mike cumplió todas sus promesas y recogió a Abby lejos de su casa, pero desde el mismo sitio estratégico donde se escondieron el día anterior, cuando le devolvió las bragas y le dio las primeras nalgadas a Abby.

Y Mike sonreía como un estúpido al recordar lo que habían hecho a escondidas. Y no eran pocas las ganas de hacer más cosas con ella.

Tras eso, el día pasó tranquilamente. Mike la esperaba fuera de clase y Abby empezaba a ser la envidia de todas las mujeres que estaban en el campus cada vez que veían al jugador del equipo de fútbol esperarla con esa sonrisa y esa mirada que nadie jamás le había regalado. Y del cual muchos empezaban a dudar de que Mike fuese gay desde que había conocido a Abby.

Ahora ambos se encontraban en ese coche tan clásico de Mike que le había regalado su padre cuando se había sacado el carnet hacía dos años. Y Abby no podía sentirse más que bien al estar a solas con ese hombre en ese sitio tan pequeño, jurando que sentía una electricidad cada vez que estaba con ese rubio que le hacía mojarse las bragas con una simple mirada.

Y cuando se quiso dar de cuenta, Mike no se la llevaba a la casa de ella y Abby se extrañó por ello.

—Por aquí no se va a mi casa —aclaró la muchacha y Mike sonrió por ello.

Había tomado una carretera distinta y, en vez de subir por esa cuesta que la llevaba a ver esas magníficas vistas de la playa desde lo alto, había tomado la carretera baja, donde le daría la mayor sorpresa de su vida a aquella joven.

Y Mike ni siquiera sabía que le iba a dar la mejor sorpresa a esa mujer que tenía a su lado.

—Porque no nos dirigimos allí —explicó como si fuese lo más obvio del mundo.

Y cuando Abby observó las vistas, pudo oler por primera vez el mar de cerca, viendo como las olas se formaban y luego rompían al caer contra el agua. Escuchando por primera vez ese ruido tan relajante y Abby sonrió por tener esas vistas más de cerca.

—¿Y a dónde vamos? —cuestionó.

Y Mike aparcó en aquel aparcamiento de tierra que siempre estaba vacío y luego observó a Abby quien era la primera vez que veía esas vistas y juró que le había visto la mirada más brillante que jamás le había visto en ese mes que la conocía. Ni siquiera cuando le había dado un orgasmo el día anterior. Eso era muy distinto.

—A la playa —contestó.

Pero Abby simplemente sonrió como nunca y Mike clavó esa mirada en esa expresión de ella, jurándose que la recordaría de por vida.