Experimenta Conmigo [+18] ✔️ (COMPLETA)

O N C E | A M A R G O

"Ocultaba muchas cosas y a pesar de ello, yo simplemente quería estar a su lado... Solo a su lado, por duro que fuera algunas veces"

Mike

Diciembre había llegado con tranquilidad para ambos amigos. Mike seguía siendo el chico abierto que era con todo el mundo, mientras que Abby al menos era menos cerrada, pero no ayudaba demasiado las cosas que le ocultaba a Mike.

Y lejos de eso, él respetaba ese límite que ella le había marcado.

Bien es cierto que apenas se conocían, pero Abby se había convertido en un pilar fundamental en ese pequeño grupo de amigos formado por Mike, Johanna y Jonathan.

Ese tiempo había pasado tranquilamente, mientras Abby seguía sufriendo en silencio sus problemas, Mike tenía toda su atención en aquella muchacha.

Abby era una joven increíble que necesitaba que alguien la descubriera y le diera una oportunidad. Y aunque Mike no había besado a ninguna mujer aun tras descubrir que también le gustaban las mujeres, sabía que no tardaría mucho. Y las cosas que tenía en mente no eran pocas para ofrecerle a la dulce e inocente Abby.

Y lo cierto es que Mike tenía un dolor de entrepierna desde que había conocido a la dulce Abby y esa inocencia que la describía en su rostro era la lujuria del universitario que, a pesar de intentar ser su amigo, sabía que necesitaba experimentar con ella muchas cosas. Y lo había descubierto esas semanas de amistad. Se llevaban tan bien que se sentían cómodos juntos y Mike deseaba encontrar el tiempo correcto para poder pedirle a ella ciertas cosas, pero con suavidad para no tener que asustarla.

En ese mismo momento, las dos mujeres -tanto Johanna como Abby- estaban en las gradas viendo a los hombres entrenar y, mientras ellos se pasaban el balón, ellas hablaban de sus cosas.

—¿Cómo vas con Jonathan? —le preguntó Abby, intentando no mirar a Mike que estaba completamente sin camisa, sudado y con esos abdominales que tenía bien marcados con esos hombros que deseaba ella tocar desde que lo había conocido.

Se habían convertido en muy buenas amigas ambas desde esas semanas y ya no se sentían tan solas, lejos de que Abby viviese un infierno cuando se iba de esa universidad.

Johanna estaba repasando algunas cosas de clase antes de poder responderle.

—La verdad es que vamos muy bien. Estoy dando grandes pasos y estoy mejorando para mí misma —contestó y luego miró a Mike, que Abby no le había quitado la vista de encima a ese hombre.

Y es que Jonathan como Mike estaban sin camisa, pasándose el balón y escandalizando a las universitarias que pasaban por esa zona. Lo cierto es que las gradas estaban llenas de público femenino, y no precisamente para ver el entrenamiento.

—¿Te gusta Mike? —preguntó Johanna con una pequeña sonrisa en la cara.

Y eso hizo alarmar a la joven que tenía al lado y que se colocó las lentes para dejar de mirar rápidamente a ese chico rubio. Tragando saliva con nerviosismo y haciendo un fuerte esfuerzo para no tener que volver a mirar a Mike y a esa "v" que se le formaba por debajo de su estómago y que no le dejaba ver más abajo por culpa de esos pantalones tan apretados que se ponían los futbolistas y que hacía tragar en seco a la inocente Abby.