12. Sentimientos

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El labio inferior de Samantha quedó atrapado entre los labios de Flavio.

Ambos estaban sorprendidos por aquel impulso de la chica y al principio no supieron como reaccionar.

Segundos después, la mano del chico posada aún en la cintura de Samantha tiró de ella instintivamente para acercar un poco más sus cuerpos. Allí fue cuando pudieron coordinar apenas un movimiento para acabar dándose un beso dulce y cálido, aunque demasiado corto.

Cuando se separaron, aún sorprendidos, Samantha echó de menos los labios de Flavio rápidamente, lo que era extraño porque era la primera vez que los sentía sobre los de ella. Se miraron con los ojos muy abiertos y las mejillas sonrojadas, la mano de él seguía en el costado de la chica y la mano de Samantha aún reposaba sobre el hombro de Flavio.

- Flavio, lo siento mucho, yo...

- No, no si...

Ambos se vieron interrumpidos y giraron la cabeza en cuanto escucharon el ruido de unos zapatos de tacón golpeando contra el suelo del pasillo, los pasos retumbaban por toda la sala advirtiendo que alguien estaba acercándose a ellos.

Se separaron rápidamente, Samantha salió de entre las piernas de Flavio y se alejó unos pasos como si eso hiciera que nadie notara su presencia allí.

La doctora encargada de la enfermería ingresó a la sala y miró sorprendida a ambos chicos, acababa de hacerle las suturas a Flavio y se había ido de la sala para buscar los analgésicos que iba a darle antes de enviarlo a casa.

Lo que la sorprendió fue el hecho de ver a Samantha, que aunque no la conociera de nada se notaba que era una paciente con tan solo ver como iba vestida. Para ese horario, todos los pacientes debían estar en sus habitaciones y no tenían permitido bajar hasta aquel sitio sin compañía.

- ¿Pero que es ésto? - preguntó la mujer, aún de pie en la puerta.

- Norma, yo te lo explico - Flavio levantó una de sus manos hacia la doctora y dejó ver una mueca de dolor por la herida reciente que tenía en el abdomen - ha venido a ver que estuviera bien, estaba preocupada, pero ya regresará a la habitación.

- ¿Y cómo ha llegado hasta aquí? - preguntó la doctora.

- En realidad yo he venido porque me he torcido el tobillo - Samantha decidió seguir con su mentira y se ganó una mirada de abajo hacia arriba por parte de la mujer.

Estaba de pie y parecía estar bien, si tuviese algún problema en el tobillo estaría aún en la silla de ruedas.

- Estoy mejor ahora - Samantha intentó salvar la situación, aunque no había forma de convencer a la mujer, que continuaba pasando la mirada de Flavio hacia ella repetidas veces.

Norma sacudió la cabeza, se la notaba cansada después de la situación que acababan de vivir todos allí en la clínica y no tendría ganas de lidiar con nada más.

- Quédate aquí un momento que ya buscaré quien te acompañe hasta tu habitación - le dijo mientras se acercaba a Flavio.

- Yo puedo llevarla - dijo él.

- Tu nada, a descansar a tu casa - le dijo la mujer, que despegó el cuadrado de gasa que estaba manchado de sangre para cambiarlo por uno limpio - los puntos están supurando un poco, pero los veo bien.

Samantha quiso no mirar la herida pero no pudo evitar hacerlo.

Mediría unos pocos centímetros, quizás dos o tres.

No era muy grande pero debía de haber sido profunda porque había sangrado mucho.

Observó como la mujer se colocaba de espaldas a ellos para buscar gasa y la tela adhesiva que necesitaría.

Plumas blancas [ flamantha ]Where stories live. Discover now