23. Querer quedarse

3K 181 23
                                    

- Estamos de vuelta - dijo Flavio mientras prendía las luces del salón de su casa.

Entró junto con su maleta y Samantha le siguió con la suya.

El viaje de vuelta había sido tranquilo, Samantha le había dedicado la mayoría del tiempo a pensar, tenía muchas cosas que resolver. En pocas horas se había enterado de que tenía un primo, y a los minutos se enteró de que aquel primo tenía un hijo. Tenía familia, una sensación que había perdido hace ya mucho tiempo.

Después de salir de aquel bar donde un Hugo que no estaba al tanto de nada les había servido dos cafés, habían decidido recorrer un poco el pueblo para despejarse antes de volver a la carretera.

Flavio le cogió la mano a Samantha para hacerle saber que estaba allí, gesto que ella agradeció porque era más de lo que necesitaba en ese momento. Procesaba toda la información mientras recorrían las pequeñas calles y cruzaban aquella plaza donde la iglesia del pueblo los recibía y los invitaba a sentarse frente a ella a descansar.

No pudieron quedarse mucho rato, tenían que emprender el viaje de vuelta porque Flavio empezaba su turno en la clínica a las siete y Samantha insistió en que llegaran un rato antes para que el chico tuviera tiempo a darse un baño y descansar.

Samantha si aprovechó el viaje de vuelta para dormir, habían sido unas horas donde el suave movimiento del coche en la carretera la arropó y la invitó a cerrar los ojos hasta desconectar su cerebro de todo lo que acababa de pasar y descansar por fin.

Se había despertado por su cuenta cuando aún faltaban tres horas para llegar y se sintió mal por haber dejado a Flavio tanto tiempo sin compañía, no era la mejor copiloto que el chico podía pedir.

Flavio cerró la puerta de su casa detrás de si y se acercó a Samantha, que estaba aún en medio de la sala con ambas manos reposando sobre la manija de su maleta.

- ¿Estás bien? - le preguntó amablemente mientras le rodeaba con los brazos la cintura.

Samantha levantó su vista y la posó sobre aquellos ojos que la hicieron salir de sus pensamientos y sonreír de forma natural.

- Sí, solo estaba pensando - respondió colocando ambas manos en los hombros de él - no me esperaba nada de lo que ha ocurrido.

- Ya - Flavio le colocó un mechón de cabello detrás de la oreja, haciendo que Samantha casi se estremeciera en cuanto sintió el tacto - pero es algo bueno, ¿no? Una buena noticia después de mucho tiempo.

Ella asintió y se recostó sobre él, alzando la cabeza lo suficiente para dejarle un pequeño beso en el cuello.

Había intentado usar el viaje de vuelta para pensar en lo que iba a hacer, pero aún no lo tenía nada claro. Tenía que hablar con su tía, sí. También tenía una idea, una forma de manejar toda esa nueva información que tenía para recuperar su casa y su empresa, pero quería hacerlo bien. Pensaba en lo que haría su madre si aún estuviese allí, ella siempre tenía la forma correcta de actuar y Samantha pensaba imitarla.

- No quiero hablar con Susana hoy - le dijo aún contra su pecho - quiero pensar en lo que le voy a decir, y cómo voy a decírselo.

- Me parece bien - respondió él acariciando su espalda - tienes que darte los días que necesites para pensar, todo ésto es mucho información, Samantha.

- Ya - alzó la cabeza y se separó un poco de él para poder mirarle a la cara - ¿te molesta si me quedo algunos días más aquí? Si no quieres puedo buscarme otro sitio o...

Las cosas entre ellos estaban bien, muy bien, aunque eran conscientes de que les faltaba una conversación que aclarase las cosas que estaban pasando entre ellos. Samantha no sabía como seguirían las cosas una vez de vuelta de Barcelona, quizás lo de Murcia había sido un espejismo y todo ese cariño que se daban mutuamente se acabaría una vez volver.

Plumas blancas [ flamantha ]Where stories live. Discover now