Respuesta Carta 4

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Querido Hijo mío:

Estuvimos trabajando hasta tarde con tu hermano ayer. Hicimos varios muebles para vender y el negocio está en marcha. Se te extraña acá. Pensás que no, pero ocupas un lugar muy grande en este lugar y, por sobre todo, en nuestros corazones. Aunque no lo creas, tu hermano también te extraña. Le mandé tus saludos y se puso muy contento. Los dos estuvimos pensando en vos y en tu nuevo amigo.

Si, ya lo conozco. Sé quién es. Él estuvo en tu lugar también. Tu amigo ocupaba un lugar muy importante hasta que un día decidió alejarse y vivir su vida alejado de mí, alejado de la verdad, alejado de casa. Decidió hacer su camino y con él convenció a muchos otros para también alejarse. Ese día llore con gran amargura. Su corazón se rebeló en contra mío y ahora está en busca de mis hijos para poder convencerlos y destruirlos.

Hijo mío, tené cuidado. Ese que se dice ser "tu amigo" quiere una vida de desgracias y tristezas para vos. Ahora te endulzó el oído, te dijo lo que querías escuchar. Te convenció de su verdad, su versión de la historia. Pero todo lo que sale de su boca son mentiras. Todo es mentira. No le creas. ¡No lo sigas hijo! Sé que ahora no querés escucharme y que tu amigo en su trabajo es el mejor.

Él se encarga de disfrazar la verdad mientras llena tu cabeza con mentiras que solo van a llevar a la destrucción de tu alma. Te prometió una vida "fácil", libre de reglas y formalidades, llena de emoción y felicidad. Pero vanidad de vanidades, todo es vanidad. Todo en esta vida pasa. Te ofreció felicidad, pero no te dijo que es momentánea. Te ofreció riquezas y honra, pero un día, estas cosas también no van a tener valor. Te ofreció lujuria y satisfacción, pero no te dijo que esto te traería consecuencias irreversibles en tu vida. Te dijo la mitad de la historia, solo para alejarte y convencerte de seguir lejos de casa.

Si, la vida que te prometió a su lado puede parecer más "fácil" y libre de sacrificios. Una vida donde si se cumplen tus sueños, tus ideales, tus placeres. Pero no te dijo que el fin de todo es la destrucción. ¡Ay hijito mío! Le abriste la puerta de tu corazón, lo invitaste a sentarte a tu mesa y lo escuchaste. Tú amigo te convenció de su verdad y te alejó de aquello que es realmente verdadero y real.

Nadie dijo que la vida en casa iba a ser fácil. Lo entiendo. Una vida de sacrificios, dependencia y confianza en mí. Nada depende de vos. Solo te pido que confíes y me dejes encargarme de tus sueños y anhelos. ¡Yo quiero cumplir cada uno de los deseos de tu corazón! ¡Yo quiero el bien! Pero también te pido que te apartes del mal, que te apartes de todas las cosas que puedan llenar tu alma de pasiones y lujurias momentáneas. Te pido que seas Santo porque YO SOY santo.

Todo lo que te pido es por tu bien. No el mío, sino el tuyo. Quiero lo mejor, conozco lo mejor, lo sé todo y lo mejor para vos es apartarte del mal, es ser santo y confiar en mí. Nadie dijo que iba a ser fácil, pero confía en mí. Un día vas a ver el por qué. Quiero darte aún más, pero debo ver tu corazón. Debo ver verdadero amor hacia mí.

Hijo mío. El camino más fácil lleva a la perdición de tu alma. Una vida alejada de casa es una vida llena de dolor y tristeza. Espero que recuerdes cada cosa que te enseñé mientras estuviste acá, mientras tu corazón estaba cerca del mío. Recordá cada enseñanza.

Te ama,

Tu Papá

Cartas de un pródigo                               Where stories live. Discover now