Respuesta Carta 6

45 8 2
                                    


Querido Hijo amado:

Cada vez te noto más distante. Estoy preocupado. Por favor, no escuches las voces que te rodean, no escuches a tu amigo. No lo escuches. Siempre miente, quiere alejarte, quiere que siempre estés lejos de casa. ¡No! ¡Ahí vas a conocer el verdadero dolor! ¡Ahí vas a conocer el verdadero sufrimiento de tu alma! Y no quiero eso, esos no son mis planes para vos, eso no es lo que quiero.

No hace falta que hagas nada para que me sienta orgulloso de vos. ¡Ya lo estoy! Ver cómo has crecido durante estos años, ver como a pesar de tus dudas y preguntas seguiste confiando, me seguiste buscando. Estoy orgulloso, aunque ahora me duele la actitud y la decisión que estas tomando.

La vida que quiero para mis hijos no es así como la describiste. Quiero lo mejor. Quiero todo lo bueno. Quiero paz y gozo. Quiero planes grandes. Quiero que mis hijos vivan sin preocuparse, ya que yo me encargo de todo. Yo me encargo de suplir cada necesidad, cada falencia, cada espacio vacío. Yo me encargo de sanar cada herida, "Yo la hice, Yo la vendo". Yo me encargo de que a mi tiempo perfecto los planes se cumplan y todo obre para el bien de sus vidas. Yo me encargo de sacar lo podrido, lo oscuro... a mí no me asusta, a mí no me avergüenza. Yo soy quien perdona las rebeliones del alma. Yo soy quien hace la vida más liviana.

El problema hijito es que muchas veces vos trataste de encargarte vos y solucionar situaciones que me correspondían a mí. Trataste de manejar todo de acuerdo con tu criterio y tus limitaciones... pero todo terminó mal o no como lo esperabas. ¿Por qué no dejaste que me encargara? ¿Por qué no me dejaste que te ayudara? Ahí estaba. Acá estoy. Siempre. Yo puedo encargarme de lo que te preocupa. Yo podría haberlo hecho, pero vos no me dejaste. Te aferraste a eso y no lo soltaste. No me dejaste ser quién soy: DIOS.

Que no te engañen... tus amigos no están felices. Eso es lo que muestran. Eso quieren demostrar detrás de caras sonrientes, de vidas llenas de lujuria y placer. Pero yo conozco sus corazones. Yo conozco su dolor. Llenos de pecados, lejos del descanso, lejos del verdadero amor. SI, pueden demostrarte que todo está bien, pero por dentro... qué tristeza. Dentro de sus corazones hay un problema mayor. Lejos de mí jamás podrán conocer la verdadera felicidad.

Ni las riquezas, ni la fama ni el honor se pueden comparar a una vida en casa. Acá está la razón de vivir. Acá hay amor y gracia inagotable. Acá está todo lo que el alma humana necesita para sentirse "completa". Afuera vas a encontrar cosas que llenen el vacío momentáneo, pero son tan efímeras, son como el viento mismo. Quiero que sepas que tengo todo lo que necesitas para "sentirte" pleno, para sentirte seguro.

Hijo mío, sabes que para conocerme necesitas de fe. No te pido mucha. Necesito que creas en mí, no en tus circunstancias. Ya te lo he dicho. Si supieras cada paso de tu vida ¿confiarías en mí? ¿te acordarías de mí? ¿me preguntarías? Además, quiero decirte algo. Lo importante es que Yo sepa qué va a pasar, porque siempre voy a elegir lo mejor, aunque no sea lo que quieras, aunque las cosas no salgan como las planeaste, yo voy a elegir lo mejor para tu vida siempre.

La fe es el mejor riesgo que podés decidir tomar.

Te ama,

Tu Papá. 

Cartas de un pródigo                               Where stories live. Discover now