Respuesta Carta 5

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Querido Hijo:

A pesar de tu dolor y enojo hacia mí, quiero que sepas que te sigo amando, como siempre lo he hecho. Te amo con amor eterno. Aunque me des la espalda, Papá te va a amar siempre. Lo que hagas o no hagas, no va a cambiar el amor profundo que siento por vos. Desde el vientre de tu mamá quiero que sepas que te he cuidado y amado.

Tu mamá. A tu mamá también la amo tanto como a vos. ¡Qué gran mujer! ¡Qué hermosa mujer! Quiero que sepas que yo sé que ella está bien, está en el lugar donde no hay dolor, no hay llanto ni desesperación. Ella es feliz. Ella está cerca mío junto muchos de mis otros hijos.

Sé muy bien tu dolor. Té conozco. Yo estuve ahí, cuando la diagnosticaron, cuando sufrió dolores, cuando te quedaste llorando en soledad en aquel frio lugar. ¿No me viste? ¿No te diste cuenta? Siempre estuve ahí. Jamás me fui de tu lado ni del lado de tu madre. Yo recogí cada una de tus lágrimas, las tengo en mi redoma. Conozco tu dolor. Conozco lo que sentís en tu corazón. Y no creas que no me dolía... ¡Sufría con vos hijo mío! ¡A mi tampoco me gustaba verte así!

Pero hoy me duele mucho más saber que estas escuchando a tu amigo. Me duele aún más saber que decidiste creer sus mentiras y dejar que sean tu verdad. Me duele saber que preferís estar lejos porque sé el fin de esa decisión. No sos el primero de mis hijos que deciden irse de casa. Sos uno de los tantos que "tu amigo" convenció de alejarse de casa, de vivir la vida "disfrutando". Me duele ver que pensás todo eso de mí: que no soy bueno, que te miento y que quiero el dolor en tu vida. Todas son mentiras dichas por tu amigo y te las creíste.

Yo soy bueno. No hay mal en mi persona. Soy bondad. Es una de mis características, está en mi esencia ser bueno. Las circunstancias alrededor tuyo no determinan mi persona. Mi persona no cambia, pero tus circunstancias sí. Eso es lo que te hace pensar así. Perdiste a tu mamá y si... yo pude haberla salvado, yo pude haberla curado en un instante, pero no quise. Ese no era mi plan. Esa no era mi voluntad. Pero que yo haya decidió eso no significa que sea malo. Los "no" que recibís como por respuesta están también cargados de tanta bondad y amor como los "si" que te doy.

Ahora quiero que veas como yo. No tendría por qué contarte esto, ni mucho menos darte explicaciones. Yo soy Dios y vos mi hijo. El Creador y la creatura. No siempre voy a darte explicaciones de mis acciones o de mi actuar. No siempre voy a darte todo tal y como lo pedís. Pero quiero que sepas que cada decisión que tomo es para tu bien. Por tu bien. Todo lo que hago es para tu bien. Quiero que lo sepas. Lo sabes, pero ahora estas confundido, desviaste tu mirada, te convencieron de otra "verdad".

Dije que iba a contarte algo. Decidí no sanar a tu mamá para que vos fueras mi hijo. Ella desde chica mostró un corazón entregado hacia mí. Ella desde que me entregó su vida estuvo dispuesta a seguirme a donde yo le dijese, estuvo dispuesta a obedecerme sin preguntar "por qué". Demostró ser una hija fiel y temerosa a pesar de las tristes circunstancias que le tocaron vivir. Tu mamá demostró que me amaba más allá de sus fuerzas, más allá de su humanidad.

Pero ese no era tu caso. ¿Te acordás? ¿Te acordás cuando eras pequeño y me rechazabas una y otra vez? ¿Te acordás que te hablaban de mí y no querías escuchar? Y cuando se fue tu papá tu corazón se enfrío aún más. Ahí todo empeoró.

Recuerdo que cuando tu mamá estuvo en el hospital fue la primera vez que me hablaste. Lo recuerdo bien. Ella te contó quién era yo. Ella te volvió contar la historia de mi muerte en la cruz y ese día me hiciste tu Padre. ¡Hubo fiesta en el cielo! ¡Estábamos felices todos!

Si tu mamá no hubiese muerto, vos no serías mi hijo. En cada una de mis decisiones busco tu bien y tu bien siempre es que estés cerca mío.

Te ama

Tu Papá.

Cartas de un pródigo                               Donde viven las historias. Descúbrelo ahora