XVI

5.7K 703 41
                                    

El joven moreno al ver a su novia, sonrió, acercándose a ella para saludarla con un beso en los labios... Pero Giselle corrió suavemente su rostro.

—Mart, recuerda porqué te cité —le dijo desviando la mirada.

—Sí, tienes razón, íbamos a hablar sobre nuestra relación. Y no entiendo porqué este cambio en ti, porqué lo haces un problema.

—Porque ya no quiero continuar con nuestra relación —pronunció mirándolo.

—¿Tienes a alguien más? ¿Es eso, Giselle? Dímelo.

—No, no hay nadie más, Mart. Pero he estado pensando, y creo que tú serías más feliz estando soltero.

—Yo te amo a ti ¿Cómo debo hacértelo entender? —preguntó frustrado, tomándola del rostro con ambas manos—. Si lo que quieres es que no tenga más sexo fuera de nuestra relación, lo acepto, no me importa dejar eso de lado, y sólo hacerlo contigo, porque te amo, Giselle.

Ella miró sus ojos negros, insegura.

—Probemos, estoy seguro que va a funcionar, mi amor. Sabes bien que debes decirme todo lo que no te agrade, así se resuelven las cosas, hablando —sonrió acariciándole las mejillas.

—Mart.

Él la miró sonriendo, y cuando intentó besarla, Giselle puso una mano entre la boca de ambos.

—Mi decisión está tomada, lo siento, Mart, pero no quiero seguir contigo —le dijo seria.

***

Giró en su silla, mientras fumaba y bebía licor. Ya iba por la mitad de la botella, cuando escuchó su celular sonar, y si no fuera por el tono, lo habría ignorado.

—Hola, niña —pronunció poniéndolo en alta voz, dejándolo sobre la mesa, mientras seguía girando, aburrido.

"—Señor Athana, llamaba para informarle que no podré ir mañana a su casa."

—De acuerdo ¿Pero estás bien? —le inquirió curioso.

"—Sí, sólo un poco ocupada."

—¿Segura? No te oyes muy bien.

"—No se preocupe, es sólo estrés. Le estaré enviando las preguntas por mensajes, y respóndalas si se siente a gusto."

—Mm, de acuerdo. Y Giselle, si tienes algún problema y necesitas hablar, sólo llámame, o envíame un mensaje.

"—¿Por qué lo dice?" —le inquirió luego de una leve pausa.

—Ya llevamos tiempo de conocernos, de que quieras escribir mi biografía, y jamás cancelaste una cita hasta hoy, y eso que has rendido exámenes al lunes siguiente. Sé que no estás bien de ánimo, puedo notarlo en tu tono de voz.

"—... Tal vez tenga razón."

—Puedes contarme lo que sea, lo que quieras, sabes que yo no se lo diré a nadie.

"—Hice lo que creí que era mejor para mí, pero mí decisión lastimó a alguien más."

—A veces hay que ser un poco egoístas, niña, no se puede vivir alegrando a los demás, a costa de nuestra propia felicidad. Vivimos intentando hacer felices a los que nos rodean, y no a nosotros mismos.

"—Dejé a mi novio, señor Athana." —murmuró la jovencita.

—Lo imaginé —le dijo dándole una calada a su cigarrillo—. ¿Quieres venir a mi casa?

"—¿Por qué querría ir?"

—Pues, tengo mucho chocolate, puedo comprar pasteles, alcohol también tengo, comida chatarra también. No sólo, tal vez comer ese tipo de cosas te hagan bien.

"—Gracias, señor Athana, pero no estaría bien ir a su casa, luego de terminar con mi novio."

—No veo porqué no, tampoco lo engañaste conmigo y por eso lo dejaste —rio—. Aunque, siendo sincero, creo que se lo merecía.

...

No me dejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora