No me dejes

LVIII

Miró a su hija dormir sobre su pecho, y sintió que no podría con tanto amor. Era padre de una bebita hermosa, y tan amada.

Escuchó los pasos de Giselle acercándose, y abrazó a la bebé, cerrando los ojos. La joven madre los miró a ambos, y luego se fue, regresando unos segundos después con una manta, para taparlos a los dos.

Acarició suavemente la cabecita de su hija, y luego depositó un suave beso en su mejilla.

—Dulces sueños, mi amor —susurró antes de salir de la sala.

Zhanda volvió a abrir los ojos, y apoyó su mano sobre la espalda de la niña, volviéndolos a cerrar.

Sí, se quedaría allí hasta que su bebé se despertara.

***

Estacionó en su casa, y suspiró al ver la hora. Deismy se pondría muy intensa, ya eran las dos de la madrugada, y él recién regresaba.

Bajó del auto, y al abrir la puerta, se encontró con la rubia llorando de forma histérica.

—¿Dónde estabas Zhanda? ¿Por qué me haces esto? —lloró acercándose a él.

—Te envié un mensaje, diciéndote que estaba en casa de Gi-

El cachetazo que ella le dio, no lo dejó continuar, tomándolo por sorpresa.

—¡No te atrevas a mentirme! ¡¿Te crees que soy estúpida?! ¡¿Qué tienes con esa mujer?! ¡Contesta!

La miró con rabia, y la alejó de él.

—¡Zhanda!

—¡Me tienes harto, Deismy! ¡Harto! —le gritó—. Y esto que es has hecho, fue el colmo.

—No, no, Zhanda, lo siento, yo no quise...

Se fue a la habitación, sin querer escucharla. La rubia no tardó en llegar, y al ver que él tomaba algo de ropa, se desesperó.

—Z-Zhanda ¿Qué haces? Mí amor, no puedes irte, no puedes dejarme.

—Al diablo contigo y toda esta mierda —masculló.

—Te estaba esperando para darte la noticia —lloró desesperada.

Zhanda se giró y la miró con sorna.

—¿Qué noticia? ¿Me vas a decir que estás embarazada?

Ella asintió con la cabeza, y lo tomó de una de sus manos, poniéndola en su vientre.

—Debe ser menos de un mes, pero ésta tarde me hice un test porque no me sentía muy bien. Y dio positivo, mi amor —sonrió con lágrimas en los ojos—. Estoy embarazada.

—Debe ser una broma.

—¡No! Es verdad, si quieres puedo mostrarte-

Zhanda la tomó del rostro con una de sus manos, sin dañarla, y la miró fijo a los ojos.

—Tengo hecha una vasectomía, cariño. Si llega a ser cierto que estás embarazada, esa criatura obviamente no es mía. ¿Y recuerdas nuestro contrato prenupcial? Si me engañas, no te pertenece nada.

—¿Q-Qué? ¿Una v-vasectomía? —inquirió aturdida.

—Adiós, Deismy.

—¿Por eso no podía quedar embarazada? Todo este tiempo lo supiste ¡¿Y no me dijiste nada?! —le gritó siguiéndolo—. ¡Zhanda!

El muchacho salió de la casa, y se subió al auto, ignorando a la rubia que salió corriendo detrás de él. Aceleró y se perdió en alguna calle, luego de doblar por varias esquinas.

En verdad, esperaba que Deismy estuviera mintiendo con lo del embarazo, porque él no pensaba hacerse cargo del hijo de otro.

Y mucho menos, producto de una infidelidad.

...