XXIII

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"Mira, esta hubiera sido tu habitación."

Giselle observó la foto que él le había enviado junto al mensaje, y sonrió.

—Me hubiese encantado estar allí. Y no por la habitación, que se ve hermosísima también, sino por la playa. Parece un lugar único.

"—Y lo es, niña. Cuando decidí hacerle la casa a mí abuela, elegí la mejor ubicación. De por sí, éste ya era un lugar especial para ella, y mucho más lo fue al estar aquí." —le contó por mensaje.

—Fue un gesto muy lindo de tu parte. La amabas mucho.

"—Demasiado..."

—¿Sueles visitar seguido la casa? No es bueno que permanezca mucho tiempo sola.

"—No, pero a veces viene una pareja a cuidarla y quedarse unas semanas también. De ese modo la mantienen."

Giselle le estaba por grabar un audio, cuando le llegó una llamada a su celular. La jovencita suspiró, y luego cerró los ojos, antes de atender.

—Hola, Mart ¿Cómo estás?

"—Bien, ¿Y tú? Sabes, estoy de paso por Kanat'ma, mis papás vendrán a buscarme en una hora, y creí que sería bueno vernos. Ya sabes, salir a tomar algo, pasar el rato juntos.

—A-Am, sí, pero-

"—Sólo será una hora, Gisse. Incluso podríamos quedarnos en alguna plaza, o puedo ir a tu casa si no quieres salir."

Apretó sus ojos y luego negó con la cabeza, poniéndose de pie.

—No, no, iré yo a verte. Dime dónde estás.

"—De acuerdo."

—Será sólo una hora ¿Verdad? Porque estoy bastante ocupada.

"—Sólo una hora, lo prometo."

—Bien.

***

Zhanda terminó de almorzar, al rededor de las tres de la tarde, y se sirvió una gran copa de vino, dirigiéndose al living, que daba hacia un gran ventana con vista a la playa.

Se sentó en el sofá, y le dio un profundo trago, tomando su celular.

Bueno, ella dijo que iba a estar al teléfono, pero ya llevaba unas seis horas desconectada. Al parecer, le había salido algún imprevisto.

O simplemente no tenía ganas de hablar con él.

Es que ¿Qué podrían hablar una adolescente y un hombre cómo él? ¿En qué estaba pensando cuando le había propuesto llevarla allí?

Zhanda negó con la cabeza, y se bebió casi la copa entera. Definitivamente no estaba muy bien de la cabeza, esa niña sólo tenía diecisiete años.

Lo mejor, lo más sensato, y sano para todos, era no seguir haciéndola parte de su vida.

Bastante problemas tenía él, para pasárselos a alguien más. Debía salir solo de allí, y no buscar ayuda, ni compañía, de una muchachita de su edad.

***

Entró casi corriendo a su casa para poner a cargar su celular. Al final, no había sido una hora ¡Sino dos horas y media que había estado con Mart!

Y la jovencita se había olvidado completamente de poner a cargar su celular. Había estado hablando toda la mañana con Zhanda, que ni se había percatado de la batería.

Y lo peor de todo, es que no había podido volver a su casa antes. Su madre y su hermanita la habían llevado de compras, luego de encontrarla en el centro.

En conclusión, Giselle llevaba seis horas sin batería, y sin poder hablar con el rubio.

Cuando pudo encender su celular, se encontró con varios mensajes de él.

"Niña ¿Sigues ahí? Mira lo que encontré. Es bellísima, creo que la llevaré a la cabaña."

Le había enviado junto a la foto de una gran caracola marina.

"No sé realmente que prepararme para comer. La verdad, no tengo ganas de cocinar."

"Pensándolo, creo que cuando regrese, te enseñaré a cocinar, porque si cocinas como preparas té, intoxicarás a alguien 🤣"

"Hm, tal vez estés haciendo un trabajo o algo así. Estudia mucho, Gisse. Sé que puedes lograrlo."

—Hola, Zhanda, lo lamento mucho, me quedé sin batería y... Tuve que salir con mi mamá y hermanita, no pude cargarlo antes y recién regreso a mi casa, pero ya no voy a irme. Llámeme cuando escuches el mensaje —le dijo afligida.

Al final, no había podido cumplir su palabra.

...

Para que sepan dónde está Zhanda -Flecha roja- 👀💕 (Giselle está cerca del avioncito."

"

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